II Carrera de Madrid Norte vs Sur: Objetivo Cumplido.-

Pués sí, hemos cumplido el objetivo de correr la II Edición de esta carrera popular que, con algo menos de temperatura que el año pasado, ha conseguido divertirnos bastante. El año pasado ya disfruté de su recorrido cómodo en su I Edición - acabando en un tiempo de 46'- y este me lo he pasado bastante mejor. Debo decir que la organización me ha gustado mucho. siempre podremos decir que es mejorable, como todo, pero este año han corregido muchos de los detalles negativos del año anterior.

A las 7 h arriba, con pereza y sueño. Ritual de equipación y desayuno: suavecito, unas galletas integrales y un café. Anoche cené bien (pasta y dosis de pipas con cerveza mientras peli) y no he querido cargar demasiado.

A las 8h estaba aparcado en Atocha para coger el Metro. En ese momento me ha llegado un sms del primo Clemente que había aterrizado en Barajas a las 5 h, tras de un largo viaje desde China, y que no le apetecía meterse en la cama así que me acompañaba a la carrera. Una grata sorpresa porque el año pasado corrí solo y éste, desde un principio, parecía iba a ocurrir lo mismo. Siempre que corro solo me falta algo y no es lo mismo.

A las 8.45 h disfrutaba ya del ambiente running de la Plaza Castilla, con su musiquita, los corredores llegando y calentando, el olor a reflex... Unos de amarillo - Norte- otros de azul - Sur-, pero todos con las ganas de disfrutar de una mañana soleada, aunque fresca (16 º C).

Tras recojer el chip me he encontrado con Clemente que, despierto más que yo, con el cuerpo encogido del largo viaje en avión, disfrutaba de la luz y del cielo azul que viste nuestro Madrid, que viste nuestra España y que tanto ha echado de menos en China. Hemos tenido tiempo de que me contara algunos de sus momentos - unos mejores que otros- en este país comunista, de sus días de trabajo pero con instantes para descubrir, aprender y poder reflexionar - si cabe-, sobre la cultura y forma de vida de los millones de personas que habitan este país oriental.

Y a las 9.30 h, en un ambiente animado, han dado la SALIDA a esta II Edición. Hemos salido incómodos, en zig zag, pero rápidos, bajando por Mateo Inurría hacia Pío XII a buen ritmo: haciendo el primer kilómetro en 4':18". Error de estrategia, al menos para mí, pero lo de correr cuesta abajo no me permite encontrar el ritmo al principio. El caso es que iniciar la carrera a esa velocidad luego me ha hecho sufrir un sustillo.

Los primeros 5 km, aunque el ritmo era bueno, se me han hecho largos, bastante largos. A partir del 6º Clemente, que parece que venía como una moto de su periplo chino, con exceso de arroces, especias, pasta, saque o yo que sé, el caso es que ha tirado más de lo habitual. Le he seguido un poco pero no he podido aguantar y le he dejado marchara unos 50 metros por delante. Ha sido en ese momento en el que me han dado como un par de arcadas que, gracias a que no llevaba nada en el estómago, no me han hecho vomitar. Me he asustado y he dudado si parar. No sé si habrá sido del sobre esfuerzo o del café con galletas. He bajado de ritmo y rápido me he recuperado, como si nada, para llegar a la cuesta del Ángel Caído - maldita cuesta-, ya en el Retiro, mejor de lo que esperaba. A mi primo le veía de espaldas, 50/60 metros por delante, pero ya no arriesgaba a alcanzarle. El último kilómetro me ha salido a 4':23" y los últimos 100 metros, rápidos, Clemente ha aguantado para compartirlos conmigo. Todo un detalle que no debía haber hecho.

Nuestra entrada en meta, según el Polar, la hemos hecho en 44':44", bajando así el tiempo realizado el año pasado. Tendremos que esperar al tiempo oficial, pero normalmente el cronómetro no se equivoca. La media por kilómetro ha estado en 4':30" min/km, bastante bien y cumpliendo el objetivo que me había planteado.

Tengo que decir que Clemente podía haber hecho en esta prueba un tiempo cercano a los 44' ya que iba por delante, esperó unos segundos a que le alcanzara, y podía tirar bastante más.

Hemos disfrutado muchísimo, me ha alegrado la compañía de Clemente y, sobre todo, hemos vivido esos instantes que te ofrece la vida y que no se pueden rechazar. Tras pasar por meta y hacer las correspondientes zenabdominales, hemos bajado - también- dando un paseo por El Retiro, charlando de lo humano y divino, hasta el coche. Creo que a Clemente, aunque él no lo crea, le debo mucho más de lo que piensa. No es el primo mayor quién da buenos consejos al pequeño, es el pequeño el que se los da al mayor.

A disfrutar del correr y del vivir!!!!