Siempre me han podido los ideales y he sido fiel a ellos; siempre he guiado mi vida y mis acciones en defensa de aquello en lo que he creído - a lo mejor así me ha ido- pero es preferible ser libre que siervo. Es cierto que desde la humildad se pierde muchas veces, posiblemente desde la prepotencia se gane más; pero también es cierto, amigos, que desde la humildad una victoria se saborea mucho mejor porque es una victoria libre.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30