La poesía es como la miel. Te mira, te seduce, se lee espesa en silencio, pero una vez en el paladar se disuelve, se vuelve dulce pellizcando tus emociones y sentimientos. Es el momento en el que has conectado con el poeta. Es el momento sublime del poema, ese que no vuelve.

Comentarios

  1. Hola, disculpa que dejemos aquí este comentario, pero no encontramos otra forma de contacto.
    ¿Puedes hacerte eco de este proyecto literario?:

    http://7plumas.blogspot.com/2010/04/presentacion-nota-de-prensa.html

    Muchas gracias:
    www.7plumas.com

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30