Querido hijo...
Busca siempre la pasión en la vida: en el amor, en los ideales, en el deporte, en la literatura, en el estudio, en el arte, en la música, en la religión ... en todo aquello que te enriquezca espiritual y personalmente. Nunca busques el placer en aquellas herramientas artificiales, que bajo absurdas fachadas, inmediatamente te provocarán dolor y devastarán tu cuerpo: el alcohol, las drogas, las medicinas no necesarias...
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