Me quedo con esos momentos, que son los que son. Momentos en los que te das cuenta que las cosas que te hacen feliz no son ni tantas ni tan grandes. Momentos de luz en la máxima ceguera en la que estamos acostumbrados a movernos. Momentos tan breves, a veces, pero que son capaces de abrirte los ojos para no cerrarlos más.
Me quedo con esos momentos por los que merece la pena no dejar de luchar.

Comentarios

  1. Tu le llamas ceguera, yo estar dormidos, pero afortunadamente practicando el sano deporte dobservar (mientras haces cualquier cosa), se abre la mente y ensancha el corazón ydejamos de roncar.
    Buenos entrenos!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 25

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 26

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 27