Podrán pensar que has perdido la batalla, incluso tú puedes pensarlo; lo que no sabrán es que lo que has hecho ha sido ganar. Las batallas que se ganan, en innumerables ocasiones, a la larga, se pierden; aquellas que se pierden, normalmente, se ganan.

Comentarios

  1. Muy cierto. A no ser que se sea un necio, las batallas perdidas nos hacen aprender de nuestros errores y nos enseñan nuestros puntos débiles. Las victorias, especialmente cuando son fáciles y dulces, nos embriagan en la creencia de que todo está ganado y frecuentemente nos hacen olvidar que puede que hayamos ganado una batalla, pero desde luego no hemos ganado la guerra.

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