Lo más triste cuando has construído algo, lo que sea, es ver cómo otros lo destruyen sin razón. Lo que está mal hecho, se quita. Lo que está bien hecho, sea de quién sea, se deja crecer: el fruto siempre será de todos.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 29