Debemos de parar de vez en cuando, escucharnos más por dentro, sentirnos. Estamos demasiado obsesionados con todo lo externo, con todo lo que se mueve alrededor de nuestras vidas. El exterior nos marca el interior y debería ser todo lo contrario. Parar. Parar unos instantes, detenernos en el camino y escucharnos: pega tu oído a ti.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Diario de un Estoico III. El presente que me vive. Semana 15

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

SIMBOLOGÍA: 'EL OJO QUE TODO LO VE'