Uno llegó ayer, como si nada, como uno de esos lunes más que amanecen deseosos de arrancar el tiempo a la semana, y se dio cuenta que había cumplido 40. 40 no son muchos pero son. es una edad para algunos crítica y para otros -es mi caso-, agradecida. Agradecida a Dios por todo: lo bueno y lo malo, lo bueno por bueno y lo malo por experiencia. Uno de esos momentos de reflexión y meditación en los que lo único que se me ocurre, además del agradecimiento a Dios, es el deseo de poder vivir al menos otros 40 para seguir creciendo, haciendo y aprendiendo.
De todas las felicitaciones, de todos los regalos, uno en forma de meditación. Agradecido estoy y, por ello, aquí queda para lectura, meditación y reflexión de todos.

1 Corintios 13.1-13

1 Si hablo las lenguas de los hombres, y aun las de los ángeles, pero no
tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que retiñe. 2 Y si tengo el don de profecía, y entiendo los designios secretos de Dios, y sé todas las cosas; y si tengo la fe necesaria para mover montañas, pero no tengo amor, no soy nada. 3 Y si reparto entre los pobres cuanto poseo, y aun si entrego mi cuerpo para tener de qué enorgullecerme, pero no tengo amor, de nada me sirve.
4 Tener amor es saber soportar, ser bondadoso; es no tener envidia,d no ser presumido, orgulloso, 5 grosero o egoísta; es no enojarse ni guardar rencor; 6 es no alegrarse de las injusticias, sino de la verdad. 7 Tener amor es sufrirlo todo, creerlo todo, soportarlo todo. 8 El amor nunca dejará de ser. Un día cesarán las profecías, y no se hablará más en lenguas ni será necesaria la ciencia. 9 Porque la ciencia y la profecía son imperfectas 10 y tocarán a su fin cuando venga lo que es perfecto. 11 Cuando yo era niño, hablaba, pensaba y razonaba como un niño; pero al hacerme hombre dejé atrás lo que era propio de un niño. 12 Ahora vemos de manera borrosa, como en un espejo; pero un día lo veremos todo como es en realidad. Mi conocimiento es ahora imperfecto, pero un día lo conoceré todo del mismo modo que Dios me conoce a mí. 13 Hay tres cosas
que permanecen: la fe, la esperanza y el amor; pero la más importante es el amor.
Lo sigo pensando, lo sigo creyendo y continúo invitando: la verdadera sabiduría está en los libros pero, sobre todo, en algunos libros. El más grande, al menos para mí: La Biblia.

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