Diario de un Estoico III. El presente que me vive. Semana 1

 
S/2.L
 
Vuelves a salir de casa absorbido todavía por la oscuridad de la noche. Se terminaron esos amaneceres generosos bajando la calle Libertad hacia la estación.
Casi todas las caras del vagón en el que has subido te eran conocidas. Al igual que tú, iniciáis el curso aunque, de seguro, algunos no habrán tenido ese privilegio de disfrutar de un mes seguido de descanso. Y a veces te quejas. La queja es algo innato al ser humano. La queja es el desahogo que no sirve más que para deshumanizarnos y malhumorarnos.
 
Septiembre es el mes en el que realmente todo empieza. Septiembre comienza de manera natural. No es forzado, como ese enero invernal. En agosto nos desenchufamos, nos reseteamos.
 
La perspectiva de las cosas, cómo las miramos, define la calidad de lo que pensamos y, por tanto, la calidad de nuestra vida.
Así pensamos, así vivimos.
Pongamos en perspectiva las cosas.
Lo que hoy nos parece una hecatombe, mañana no lo será. Todo pasa. Nada dura para siempre. La vida son etapas y hay que aceptarlas como vienen  como van.
 
Qué difícil es juzgar. Me da igual que me juzguen, la opinión siempre es de los demás, la realidad es la mía.
 
La vida es, por lo general, en general, más y también menos bonita de lo que imaginamos.
 
Vuelves al menú. Qué tristeza. Debes replantearte esto de las comidas. Comes mal y peor, o peor y mal.
El día ha sido de agenda, con temas pendientes y otros por organizar.
Parece que fue ayer tu verano; realmente lo fue aunque se te haya escapado.
Tienes la mente puesta en el inicio de las fiestas, el miércoles. Sabes que, en parte, tu verano termina realmente ahí.
 
No podemos reducir nuestras vidas a producir y consumir. Es una forma de huir de uno mismo.
La vida es mucho más y normalmente no está lejos, está en uno mismo. En la soledad y el silencio está el encuentro.
Ese es el miedo de aquellos que escapan, encontrarse, preguntarse. En el silencio uno se pregunta y se encuentra.
 
 
S/3.M
 
Piensas en ordenarte, pero no llegas a hacerlo. Piensas que ni siquiera lo intentas.
Lo primero que deberías hacer es sentarte, en silencio, solo y anotar todo lo que te preocupa y ocupa. ¿En qué momento estás? ¿Hacia dónde quieres ir? ¿Qué pequeños objetivos te planteas para este curso?
No es fácil pero en tu caso tampoco es difícil una vez que tienes claro que tu verdadera prioridad seas tú.
Has de ponerte manos a la obra: físico, mental, espiritual. Tus campos de acción. Los tres totalmente relacionados.
 
“…para sanar antes se debe curar la propia percepción, elevar el nivel de comprensión, es decir, de conciencia, y pasar a la acción.” David R. Hawkins en ‘Dejar ir: el camino de la liberación”.
 
No nos compete estar pendientes continuamente de lo que hacen los demás; nos compete nuestra disciplina, nuestros hábitos, nuestro compromiso con nosotros y la tolerancia o no a los demás.
 
Deberíamos escucharnos más. Últimamente te lo propones pero vas dejando pasar.
Si algo no está en sintonía contigo, normalmente te suena raro, como que te da mala espina.
Cuando algo no está en equilibrio contigo, te estresas o angustias, no duermes bien.
Tu cuerpo rechaza aquello que no te encaja.
Por lo tanto, escúchate.
 
Te conviertes en aquello a lo que prestas atención.
 
 
S/4.X
 
Te acostaste ayer pesaroso, tenso, con un tema importante que después de los años te has dado cuenta no has solucionado. Un error que no tiene por qué tener consecuencias pero es un error y, en parte, se debe a tu confianza y dejadez, como siempre.
Confianza en las personas, en los demás; dejadez la tuya, de dejar las cosas para luego mientras que el tiempo va pasando sin darte cuenta de que lo importante está sin hacer.
Ahora debes ponerte las pilas y solucionarlo con la máxima diligencia, sin dejar pasar un solo día.
 
No dejarás de sorprenderte cada día; no dejes de sorprenderte.
 
Las fórmulas no funcionan para todos por igual, cada uno de nosotros es único.
 
¿Cómo decir No? Me cuesta bastante. ¿Cuántas veces decimos Sí a cosas que no queremos hacer? Prioriza lo que es importante para ti y utiliza tu poder para ser lo más auténtico en tus decisiones.
 
Expresamos nuestros pensamientos a través de la mente. Si la mente está al servicio de miedo nos llevará a la visión de la separación, que no es otra cosa más que esa percepción falsa por la que vemos al otro como alguien externo a nosotros, con el único objetivo de atacarnos con su manera de percibirnos.
 
Te cortas el pelo. Hacía exactamente un año y un mes que no ibas al peluquero. Quiere decir que tu imagen era más parecida a la de Jesucristo Superstar que tu yo habitual. Tampoco te disgusta pero, comienzas a tener reuniones dónde la imagen también cuenta.
El peluquero era bastante simpático. Venezolano, emigró hace algo más de seis años. No paraba de hablar. No ha habido manera de callarle durante la media hora que ha durado el proceso.
Te ha contado su vida, la de su familia, su mujer, lo felices que están en España.
No has querido interrumpirle ni tampoco decirle que a ti eso de hablar no te va. Que aprovechas hasta un corte de pelo para estar en silencio. Que no hablas y lo poco que lo haces es por obligación.
 


S/5.J
 
Llegaste ayer pronto a Minaya, más o menos a la hora de apertura de la Feria.
El protocolo de fiestas: unas cervezas, pregón, cena con los amigos y verbena.
Te has acostado cerca de las cinco de la mañana. Sin darte cuenta el tiempo se pasa, charlando con unos y otros, disfrutando de un ambiente cálido y acompañado de un clima perfecto.
 
Los años no te hacen mayor, la mente sí.
Que mentalmente seas joven no quiere decir que no tengas los años que tienes.
Todo está en el equilibrio.
 
Bajáis a La Roda. Solucionas temas pendientes, compráis productos para la comida de hoy y visitáis el bar de Jose, el que regentaba el Diego de Minaya. Tener amigos en todos lados. Dejar buen poso.
 
Piensas de vez en cuando, cuando piensas, que es posible que seamos el único ser vivo que haya descubierto el futuro.
No conoces otro animal que haga planes de futuro, a largo plazo. Simplemente se concentran en vivir día a día.
En el libro de Mateo hay uno de esos versículos que me encantan y guardo. La Biblia es sabiduría universal y está ahí para el que desee obtenerla. Dice:
“No os inquietéis, pues,  por el día de mañana, que el día de mañana ya traerá sus inquietudes. ¡Cada día tiene bastante con sus propios problemas!” Mateo 6:34
Cada día tiene bastante con sus problemas…
Soportemos lo que debamos de soportar en el momento exacto, pero no antes. ¿Para qué?
Los amigos estoicos desarrollaron varias herramientas para enfrentarse y vencer el miedo al futuro.
Aquellos que somos ansiosos, incluso vivimos momentos que nos generan ansiedad por miedo a cuestiones futuras podemos decir que estas herramientas funcionan.
Uno de los métodos es evaluar nuestros miedos.
¿Cuál sería el peor escenario? Lo imaginamos, lo definimos, nos ponemos en ese escenario. El miedo, y por extensión, la ansiedad, siempre se produce por la incertidumbre. Eliminemos esa incertidumbre y estaremos superando y poniéndonos por encima de la ansiedad.
Esto se conoce como premeditatio malorum.
Nos daremos cuenta de que nunca, nunca,  es tan malo como imaginamos.
Otro método sería circunscribirse al presente.
El futuro, cuando llegue, lo hará como una secuencia de momentos presentes.
Si somos capaces de soportar el momento presente, con todo su contenido, no tenemos nada que temer. La razón que usamos en este momento será la misma de la que nos serviremos cuando llegue aquello que tememos.
Y la otra herramienta es, por supuesto, esa de la que hablo siempre, preguntarnos “¿esto es algo que depende mí?” Y si no lo es, decirnos “entonces, no me va a preocupar”.
Lo que depende de nosotros son nuestros juicios, nuestros deseos y rechazos, nuestro impulso a la acción. Son tres ejercicios del alma, y son lo único, de todo lo que existe, que depende completamente de nosotros.
Dominar esos ámbitos te hace libre y, por supuesto, estar libre de ansiedad.
Como todo, o casi todo, no es algo fácil —claro está— pero justamente por eso sus frutos son más duraderos y satisfactorios.
 
Disfrutáis de un fantástico arroz, cocinado por L en la cocinilla del amigo D. Realmente esto es estar en feria, nada más, encontrarte con los amigos, convivir con ellos prácticamente todo el día, salir, estar en la calle, vivir, sentir el ambiente de pueblo, de tu pueblo.
No paráis hasta la noche.
Hoy decides descansar y no trasnochar.
 
 
S/6.V
 
Lo inteligente de ayer fue lo que hicisteis: venir a casa pronto, picar algo suave y acostarte.
Hoy te has levantado persona. Has dormido las horas adecuadas y has podido salir a caminar unos buenos kilómetros por el campo.
La base de operaciones la habéis ubicado en la cocinilla del amigo D.
Amistad y fraternidad.
 
Confías en Él. Él está ahí, siempre a tu lado. Te cuida y cuida a los que te rodean.
 
Nuestra mente es muy compleja. Tanto es así que puede llegar a engañarnos sobre lo que percibimos de esa realidad o sobre lo que creemos real.
 
La verdad es que en fiestas no se hace ni más ni menos que otros fines de semana, aunque la tendencia sea estar más en la calle, más cerveceando a todas horas, más transitando o deambulando de un lugar a otro.
Volvéis a comer en casa de D. La lumbre, el vino y una buena carne. De esos ratos que no se olvidan.
Tras la comida te vienes a casa a dormir un poco. No lo consigues. Tonteas con la cama. Te sientas, lees pero no lees.
 
La noticia que has leído en el periódico te ha dejado algo impactado. Te parece una de esas historias de libro. ¿Cómo es posible que ocurran cosas así?
Cada cierto tiempo las noticias te recuerdan que el ser humano es capaz de las mayores crueldades. El mal está ahí.
Un tipo, en Francia se ha dedicado, durante una década a drogar a su esposa e invitando a decenas de hombres a violarla mientras yacía inconsciente. Madre mía.
Esta mujer, de nombre Gisèle Pélicot, acudía a la consulta del médico, frecuentemente, porque decía tener pérdidas de memoria y diversos malestares físicos. La mujer no fue consciente de lo ocurrido hasta que un día la policía la llamó para enseñarle algunas fotos donde aparecía desnuda, inconsciente, junto a hombres que no conocía.
Su marido, padre de familia, afable, cariñoso y formal en apariencia, la ofrecía para saciar esas apetencias bárbaras, a unos y a otros, mientras fotografiaba las atrocidades.
El mal existe, el mal está entre nosotros.
 
 
S/7.S
 
Digamos que estás en un estado poco apto para pensar.
Volviste a acostar cerca de las cinco, tras verbenear y pasar un día realmente genial. Es lo que tiene la Feria. Encontrarte, recordar, vivir esos momentos y darlo todo. Eso sí, los años pasan y el cuerpo no aguanta lo que aguantaba. No filtro.
 
“En todo lo que hagáis, acordaos de vuestros últimos días, y nunca pecaréis”.  Eclesiástico 7:36
 
Y de repente quieres recuperar todo el tiempo perdido. Y entonces nos entra la prisa. Pero esta vida nuestra no va de tener prisa, va de tener claridad. La vida tiene sus tiempos, al margen de los nuestros. Aunque te sorprenda, es así. Esta vida no va de ir corriendo de un lado a otro, va de tener claro a dónde vamos. No va de hacerlo todo deprisa, va de tener claro qué hacemos. La vida, realmente, solo espera de nosotros que seamos eso: nosotros.
 
 
S/8.D
Madrid.
Eran cerca de las seis de la mañana cuando te has acostado tras un día, el de ayer, de intensidad festiva sin igual. Realmente necesitabas llegar a la casa de Madrid para así, lo que queda del día, dedicarlo al descanso.
Ahora sí puedes dar por finalizado el verano. Reconoces que haber estado todos los días de la feria te ha supuesto un desgaste importante aunque lo has vivido y pasado tal y como esperabas, fraternalmente genial. Repetirías.
Toca ordenarse.
 
Tienes tu vida envuelta en propósitos, de esos que casi nunca cumples.
 
En los agradecimientos iniciales de las Meditaciones, Marco Aurelio, agradece uno por uno a cada uno de sus tutores y maestros de vida, las diferentes virtudes que le mostraron y transmitieron.
El mayor y último agradecimiento va dirigido a una persona, lo dedica a su padre adoptivo, el emperador Antonino Pío.
Una pequeña muestra de ese extenso agradecimiento que nos permite conocer de cerca la conducta del cuarto de los "5 emperadores buenos" dice así:
«Mansedumbre, y a su vez, firmeza inalterable en las decisiones tomadas con reflexión.
[…] El amor a los negocios con perseverancia.
[…] La jovialidad con todos.
[…] El cuidado en conservar a los amigos sin mostrárseles fastidiado ni excesivamente apasionado.
[…] La represión de todo género de lisonja hacia su persona.
[…] La tolerancia con las murmuraciones.
[…] Sobriedad en todo, conducta constante, experiencia del vivir con moderación y sin deseo de novedades.
El uso de los bienes que contribuyen al regalo de la vida». Marco Aurelio en Meditaciones (L.I, 16)
 
Toda esperanza tiene alas, lo difícil es hacer que vuelen.
 
Escribir es un ejercicio espiritual: tiempo, parar y silencio.
 
¿Demure? Recatado, discreto, elegante, respetuoso, minimalista.
 
No sé habitar el presente y se me escapa.
 
Mereces perdonarte. Date permiso y perdónate.
Mereces celebrarte cada día.
 

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