Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 16

 
D/18. L
 
No recuerdo noches, de domingo a lunes, de buen sueño. Es como si todas las ideas y pensamientos se agolpasen en la cabeza produciéndome un colapso que me cuesta desenredar. Un martilleo producido por el estrés y esa ansiedad difícilmente describible. No sé muy bien que palabras utilizar para esa sensación de angustia que termina al despertar.
Anoche pensé en volverme a levantar, leer algo que me ayudase a huir de esa otra persona que soy yo sin serlo.
Salir a la calle, a menos de dos grados, bajar caminando manteniendo la posibilidad de que alguna de las orejas se me cayese congeladas. Suficiente para hacerme volver a lo real.
 
En los últimos tiempos, llegar en tren de cercanías a la oficina se está convirtiendo en una aventura, por no decir una absoluta odisea. Las incidencias son diarias y continuadas. Da igual la hora que sea. Si no es una cosa es otra: retrasos, averías, descarrilamiento de trenes en los túneles, trenes que simplemente no se ponen en marcha y un largo etcétera que desespera. Una infraestructura que hace años, junto con el metro de Madrid, era ejemplar. La falta de mantenimiento –todo envejece- y el enfrentamiento político entre administraciones de diferente color, echarse culpas los unos a los otros, supone un fastidio para todos aquellos que lo utilizamos, fundamentalmente trabajadores.
 
Solo puedes controlar de verdad aquello en donde pones tu atención y tu esfuerzo. Por lo tanto, has de elegir inteligentemente.
 
El Buda preguntó a un discípulo: “Si a una persona le alcanza una flecha, ¿le dolerá?”. El discípulo respondió: “Pues claro”. El Buda volvió a preguntar: “Si esa persona es herida por otra flecha, ¿le dolerá aún más?”. El discípulo respondió: “Claro”. Entonces el Buda explicó: “En la vida no podemos controlar la primera flecha. Sin embargo, la segunda es nuestra reacción a la primera. Esa segunda flecha es opcional”.
 
Conocer lo que se Es, es encontrar el verdadero camino que nos permite llegar a la realidad de lo que somos. Esta visión condiciona el resto de lo que vemos. Quiero decir que esto es la causa que da lugar a un efecto u otro, a que seamos abundantes, dichosos, felices, plenos o, por el contrario, que seamos desdichados, amargados, infelices, necesitados.
 
Autoliderarte es ser el arquitecto y el albañil de tu vida durante toda tu vida. No dejar de crecer, no dejar de ser.
Nos construimos permanentemente. Podemos destruirnos en unos instantes, en cuanto uno de los ladrillos no esté dónde deba estar.
 
He tomado un café con uno de esos amigos a los que veo año a año para cambiarnos un décimo de lotería.
R es más alto y joven que yo, pero le vi mayor, envejecido. Con menos pelo y muy grisáceo. Luego, al marchar, he pensado que si yo le he visto a él así, siendo algo más joven, cómo me habrá visto él a mí. A saber.
 
Nascencia. f. Nacimiento. Acción y efecto de nacer. Qué belleza de palabra, Dios.
 
Paciencia, uno de los valores que pueden llevarnos a la obtención de resultados positivos. Si siembras podrás recoger algún día. Si no siembras no hay cosechas, ni buenas ni malas.
 
 
D/19.M
 
Eran cerca de las doce de la noche, estaba durmiendo plácidamente desde poco más de las diez que dejé el libro. Todo un logro. Mi muñeca comenzó a vibrar abrazada por el smartwatch. Bajo la almohada el móvil bailaba al mismo ritmo. Sobresalto. Veo que es mi hijo, no son horas de que llame. Susto. El corazón se acelera. Descuelgo. No contesta. Digo su nombre varias veces y nada, continua sin contestar. Cuelgo. Me levanto nervioso. Le llamo. Descuelga a la primera. “¿Qué pasa, papá?”. “Hijo, me has llamado tu ¿está todo bien?”, le digo. “Yo no te he llamado.” “Sí hijo, lo acabas de hacer.” “Pero papá, si estoy en la biblioteca estudiando todavía.” “Pues lo has hecho hijo, me he asustado, pero no pasa nada si estás bien, sigue estudiando.” “Buenas noches padre”. Cuelgo y vuelvo a mirar las llamadas por si se tratara de un sueño. No lo era, me había llamado entiendo por error. Ya no me puedo dormir. Pienso en él. Me enfado. Deja la preparación de los exámenes de la universidad para el final. Pienso en mí, hacía lo mismo. Sí, pero yo a su edad ya trabajaba, tenía excusas que me permitían ir a mi ritmo, con más tranquilidad. Él todavía no ha comenzado a caminar.
 
El apego tiene que ver con la necesidad de seguridad que uno tenga. Y no se trata de saltar al vacío, se trata de tener fe. Dejarte ir. Saber que todo sanará y se solucionará.
 
Nos acercamos al final del año. Tiempo de balance y de marcarnos nuevos propósitos. Difícilmente mejoraremos aquello que queremos si no cambiamos de hábitos.
 
“No cometas el error que comete la mayoría”, aconsejaba Sócrates a Cármides (sobrino de Platón). “Mi buen amigo… No te desconozcas a ti mismo, ni cometas el error que comete la mayoría, pues muchos se lanzan a inspeccionar los asuntos de los demás, pero no se vuelven a examinarse a sí mismos… Esfuérzate en prestarte a ti mismo más atención.”
 
Dejo sonar ‘Gracias’ de Viva Suecia acompañados por Rozalen y Las Migas. Impresionante. Los pelos de punta.
 
Debe ser esta época navideña, estas fechas en las que todos tratamos de vernos y abrazarnos a aquellas personas que estimamos y que forman, de una u otra manera, parte de nuestras vidas. Hoy he recibido una de esas visitas que me enriquecen el alma y siembran mi corazón: mi compañero y amigo Jorge Carriedo, al que no veía, diría, desde hace diez años. Por unas cosas u otras, entre trabajo y ocupaciones, pandemia, compromisos y dejadez, esa dejadez que te va alejando de lo importante en un tiempo del que no te das cuenta. Hemos ido hablando por WhatsApp durante este tiempo, pensando que así estás cerca, pero no es lo mismo. No te ves, no te tocas, no te sientes.
Gracias a su iniciativa nos hemos visto hoy y hemos vuelto a abrazarnos como si hubiese sido ayer. Qué buen rato juntos.
Con Jorge hice amistad por dos motivos. El primero porque era compañero –fue mi conductor durante unos años, en última época de director general- y el tiempo que pasábamos juntos y esa forma de ser mía –de siempre- de no generar ningún tipo de clasismo en los organigramas, nos hizo urdir una amistad. Y el segundo, porque es amante de lo poético, hijo del poeta Gabino-Alejandro Carriedo y, por ende, enaltece la poesía siempre, en homenaje a quien fuera su padre. De hecho hoy me ha traído  alguno de sus libros y, en especial ‘Los lados del cubo’, uno de los últimos que escribiría.
Gabino-Alejandro Carriedo es uno de esos poetas del olvido. En los últimos años se han realizado homenajes y artículos, gracias a la labor de la Fundación Jorge Guillén, que guarda su legado.
Llamo poetas del olvido, a esos escritores desgarrados o descarriados, que permanecen en el recuerdo y vida de los sabios,  mientras que sus páginas pasan en manos de buscadores sedientos de esencia literaria.
España fue cruel con muchos de ellos. España escondió en las ideologías mucha de su historia literaria. Qué lástima. Así somos.
A veces me identifico, creo sentirme parte de ese grupo de escritores y poetas malditos, ajenos a formas, rebeldes sin causa o con poca causa.
"La función del poeta es acercar a los hombres entre sí, por medio de la palabra; fundirlos en una misma verdad, en una misma preocupación, en una misma fe; recordarles que viven, que son hombres y que existen la justicia y el amor. De manera más inmediata, despertar en ellos esa toma de conciencia que, en fin de cuentas, es el fin último de la Poesía." Gabino-Alejandro Carriedo
Su labor de teórico y creador de varias revistas literarias abre además el camino a una legión de poetas que transitarán por sus huellas. La apertura a la poesía española en el exilio y a la poesía en otras lenguas es fundamental para la historia de la literatura española.
Gabino-Alejandro Carriedo, (Palencia-1923, San Sebastián de los Reyes-1981) nació el 12 de diciembre de 1923, de madre santanderina y padre segoviano, en el seno de una familia numerosa y en un barrio humilde de Palencia.
Con 57 años  Carriedo fallece, repentinamente, un 6 de septiembre de 1981 en San Sebastián de los Reyes (Madrid), donde residía. Era domingo y al atardecer, el poeta, solo en su dúplex, se encuentra mal, realiza una angustiosa llamada telefónica y momentos después cae fulminado en el vestíbulo de su vivienda, llave en mano, intentando salir. 
Se afilió a Falange Española de las SEU, en su organización juvenil, alentado por su hermano Pablo. 
El ingreso en el Instituto Nacional de Previsión en 1945 abrió para Gabino-Alejandro una nueva etapa marcada por la pasión literaria. Comenzó a frecuentar tertulias, como la inaugurada en el bar La Reja en Palencia y que Gabino y un grupo de amigos, José María Fernández Nieto, Mariano del Mazo, Luis Martín Santos Andérica, Ricardo Cesteros, Félix Buisán Cítores y otros, bautizaron Peña Nubis. 
En 1946, nació el primer número de la revista Nubis, de corta vida. Ese mismo año, publicó su primer libro de poesía, Poema de la condenación de Castilla. Se relacionó con los poetas de Espadaña (León) y Halcón (Valladolid). En el ‘48 se traslada a Madrid, donde tomará contacto con la segunda fase del movimiento postista, que se manifestó en gran parte de su obra. Vinculados a este movimiento, escribió el libro La Piña Sespera, en 1948, y, un año después, La flor del Humo, que se mantuvieron inéditos hasta 1980.
De esa forma, en 1950 fundó, junto con Federico Muelas y Ángel Crespo, la revista literaria 'El pájaro de paja',  de corte postista, donde publican, además de sus creaciones, otras muchas de sus contemporáneos, además editó cuatro libros de una colección con el mismo nombre. En esta época, Carriedo y los otros dos fundadores se acercaron a una nueva corriente vanguardista, el realismo mágico.
Apareció por vez primera en una de las antologías anuales de poesía española de Aguilar. Federico-Carlos Sainz de Robles lo incluyó en su Historia y antología de la poesía española en lengua castellana del siglo XII al XX. Un año después, la revista 'Bandarra' de Oporto lo nombra su director en España. En 1959 publicó 'Las Alas Cortadas' y conoció a Joâo Cabral de Melo, máximo exponente de la generación brasileña de 1945, con quien mantuvo una imperecedera amistad, y a quien traduciría.
En 1960 se publicó el primer número de 'Poesía de España', revista que fundó con Ángel Crespo y que incluyó un suplemento, 'Poesía del Mundo', donde se publicaron importantes traducciones. La vida de esta revista duró hasta 1963, aunque, un año después, publicó su libro 'El corazón en un puño'. Además, colaboró también en revistas extranjeras, como la francesa 'Promesse' o la portuguesa 'Vértice'.
En 1963 publicó en la colección 'Poesía de España' su libro 'Política agraria', donde el compromiso social se manifiesta de una forma ya más clara junto con el libro 'El corazón en un puño'. Un par de años después funda la revista 'El Inmueble', reflejo de su pasión por la arquitectura y el diseño, que se llamaría, posteriormente, 'Forma nueva'.
En 1973 publicó 'Los lados del cubo', donde indagó en las posibilidades literarias de las artes plásticas. Siguió escribiendo en revistas y reeditando algunas de sus obras hasta el final de sus días.
Por las imágenes que he visto de él, era un tío elegante, bien puesto, atractivo.
Ha sido realmente emocionante y, sinceramente, una bella poética para finalizar este año. Las cosas que importan.
 
Tal vez ahora, sin vendas en los ojos, vea más de lo que veía antes. Antes veía lo que quería ver con un interés, ahora miro con un sentido de lo importante.
 
Lo normal en tu camino vital, es que si te desvías y te dejas ir luego será difícil volver para encontrarte.
 
 
D/20.X
 
Los días en esta época del año suelen ser cansinos, acelerados, densos. Queremos hacer todo lo no hecho, abrazar a aquellos que en la normalidad no abrazamos, como si se tratase del final. Y el final está en cualquier día, cada uno puede ser el último.  
Vivimos como si sobrase la vida.
Trato cada día de reconducir mi camino, algo que nada fácil, yo mismo me subí a un caballo que galopaba por si solo y coger las riendas no es tarea fácil.
Si leo mis cuadernos de otros años, en esta misma época del año, escribo prácticamente lo mismo. Tal vez sea porque es ahora cuando más pienso, cuando más me preocupo de mí y cuando más veo esas estupideces en las que nos hemos embarcado casi siempre sin rumbo. La tontería que tenemos encima es inaudita, se supera por sí sola.
 
No sé si necesitamos más, sé que todos queremos y tendemos a más. Y se puede tener más y ser buena gente, y buen ser. Cada día que pasa siento que son más los buenos con menos, que los compasivos y solidarios con más.
 
Si deseamos recibir cosas diferentes en nuestras vidas tal vez deberíamos comenzar por dar también nosotros algo distinto.
¿Por qué no ser ese cambio que queremos ver reflejado en el mundo? Algo así nos decía, nos instaba, Gandhi.
 
“Es mejor apresurarse en la partida, que en el camino.” Sócrates
 
Pronto en casa. Leo. Medito.
¿Por qué los amigos estoicos se esforzaban en ver la vida como algo breve? Pues porque así no desperdiciaban ni una milésima de su tiempo.
El Estoico sabe que su tiempo es finito. Por eso no deja ningún momento al margen de sus propósitos. Por eso se centra siempre en el momento presente y no ata su felicidad en un futuro siempre incierto.
Séneca nos dejó este recordatorio: “Si el futuro mantiene en suspenso nuestro ser, es porque nuestro presente es inútil.”
Toda esa energía y tiempo que utilizamos en preocuparnos por cómo saldrán las cosas, la estamos quitando de dónde verdaderamente podemos actuar y cambiar las cosas.
Nuestro  presente es inútil si nos cegamos con el futuro.
 


 
D/21.J
 
El mayor poder que tenemos es ser capaces de mantenernos tranquilos por dentro, independientemente de lo que pase fuera.
 
Todo éxito exterior tiene fecha de caducidad. Salvo el éxito interior.
 
En las últimas semanas, el último mes, me ha costado orinar unos 10 euros, he pagado a euro por pis. Tiene huevos la cosa. Pero o pagas o te arriesgas a hacértelo encima, en el tren mientras viajas, o camino al despacho mientras caminas. Y no es plan. Ay, las edades.
 
“Los que quieren llegar a ser capaces de cualquier cosa, intentan practicar de la manera más continuada posible lo que quieren dominar, y no por sí mismos, sino a los que pasan por ser los mejores.” Sócrates
 
Sabemos que suele haber dos tipos de personas:
Las que convierten los obstáculos en excusas y las que los convierten en energía.
El estoicismo es una herramienta, una manera de afrontar los problemas de la vida. Los cotidianos, como esas catástrofes que nos sorprenden.
El amigo Marco Aurelio es un gran ejemplo de esto.
Tuvo 14 hijos de los que sobrevivieron solo cuatro. No quería ser emperador, pero era el cargo que le asignaron y así cumplió con su deber. En su reinado se enfrentó a plagas, a la peste Antonina, a catástrofes naturales, a  múltiples guerras que no le dejaron ni un segundo de paz. Durante uno de sus viajes su amada esposa murió.
No sería admirado a día de hoy si hubiera respondido a todos esos acontecimientos como lo hubiera hecho un tipo cualquiera.
En cada momento de su vida aplicó la virtud de la mejor manera posible: Justicia, Templanza, Coraje y Sabiduría.
Son las herramientas necesarias para afrontar la vida.
El sabio hace fuego de todo lo que se le arroje. No pierde el tiempo en lamentarse, quejarse o levantar las manos.
Construye sobre las ruinas. Se quita el polvo y sigue.
En sus ‘Meditaciones’ Marco Aurelio escribió: “Un fuego resplandeciente con gran rapidez se apropia de lo que se le arroja encima y lo consume totalmente levantándose a mayor altura con estos nuevos escombros.”
Tenemos la oportunidad de crecer con la adversidad, con los problemas, con los retos, o dejar que la llama de nuestra voluntad se apague.
 
Cuando una bombilla no luce, se cambia. Cuando un pensamiento es negativo, se desecha. Cuando dormimos, siempre despertamos.
 
 
D/22.V
 
Difícilmente puede tocarle la lotería al que no apuesta. Esto es lo que me digo cada 22 de diciembre, junto a que he ganado lo que no me he gastado. Compro lo justo y por compromiso. No conozco a nadie cercano que le haya tocado la lotería y en algún caso, no en todos, me hubiera alegrado de ello. Por otro lado, si todos son como yo, que juegan lo mínimo, pues raramente tocará.
 
Oficialmente hoy da comienzo la navidad. Días de alegrías, pero también de ciertas tristezas. Días de recogimiento, de familia de calor.
 
“Siempre escoger lo mejor, en lugar de lo más agradable.” Sócrates
 
La inteligencia no es ser más listo que los demás, como la belleza no está en ser más guapo. Inteligente es aquel que en la adversidad se crece y guarda en su interior la belleza altruista de dar sin esperar recibir.
 
 
D/23.S
 
Estos días son raros. Sensibles, de recuerdos, de abrazos, de recogerse interiormente. También son días de esos en los que echas de menos momentos.
No paro; no parar te obliga a no pensar.
Ayer hubo encuentro con amigos, posiblemente hoy también. Introduciendo la cena de Noche Buena.
 
Tenemos una vida, una. En ella tenemos la oportunidad de hacer lo que queremos, una oportunidad. No hay que pensarlo tanto, simplemente hacerlo.
 
Llevo algunos décimos de lotería, los justos, que compro para cambiar con la familia y los amigos más cercanos. Es como un ritual de tradición navideña. Jamás compro lotería más que ahora y cada año he ido ajustando tanto, que soy capad de no adquirir un décimo más del que necesito para cambiar. El caso es que todavía no he mirado si tengo algún reintegro o, como todos los años, no me ha tocado ni eso.
Desde el jueves ando enredado entre comidas, copeteo, abrazos y sonrisas navideñas.
Hoy cociné para los amigos. Hice unos gazpachos manchegos.
A las once de la mañana, en el patio del amigo AT, en el centro de Valdemoro, comencé a preparar lo que, sinceramente y aunque no esté bien decirlo, fue un exitoso guiso. Nunca los había cocinado más que para tres o cuatro personas. Aquí salieron como quince raciones que, junto a las gachas que preparó el otro amigo A, conseguimos una mañana de esas memorables, gastronómicamente hablando.
Luego, acertadamente, a casa a cocinar para el hijo.
 
Todo en el camino son retos, y los caminos sin retos y obstáculos no serían caminos. 
Caminar y vivir es algo que va unido, no podemos esperar del vivir un universo de nubes de colores porque lo cierto es que no existe un vivir sin complicaciones.
El sortear esas complicaciones depende de cada uno, y es nuestra responsabilidad tomar las decisiones adecuadas para ello. 
De cómo decidamos, superaremos las dificultades de una manera más o menos sencilla. 
De cómo nos lideremos, dependerá nuestro camino. Tendemos a buscar líderes externos, referentes, que nos solucionen nuestros problemas o culpables de nuestras circunstancias; el verdadero líder, ese poder, está dentro de cada uno de nosotros.
La palabra LÍDER se origina en la partícula LID, que proviene del latín “Leit”, que significa “Avanzar o ir hacia adelante”. Siendo así, el líder es, entonces, el que toma la delantera para ser el pionero.
Liderazgo: es la habilidad que cada persona tiene para influir en otros; implica responsabilidad personal y congruencia al actuar. Y para liderar, como he dicho tantas veces, lo primero es liderarse uno mismo.
Según Ray Daliopara gozar de la mejor vida posible debes conocer cuáles son las mejores decisiones y, más importante que ello, tener el valor para ponerlas en práctica
A veces confundimos lo que deseamos con la realidad. La libertad comienza porque nos demos cuenta de que no somos realmente 'lo que pensamos': observamos lo que pensamos. Ahí está la confusión. Vemos a través de nuestros pensamientos y a través de ellos nos emocionamos y deseamos
Nos preocupamos más de lo que los demás piensan que de llegar a alcanzar nuestras metas, por ello nunca somos lo que queremos ser.
Tenemos la responsabilidad de liderarnos, de allanar el camino no solo para nosotros sino para que las personas que nos rodean les sea más fácil el caminar. No se recibe si no das, pero hay que dar sin deseo de recibir nada a cambio.
 
 
D/24.D
 
No soy muy navideño, que no es lo mismo que no ser festivo. De fiesta soy el primero, de ambiente navideño el último. Se debe, en parte, a que en mi casa, mis padres tampoco lo fueron. Recuerdo cómo las familias de mis amigos, cuando éramos niños, montaban en sus casas los belenes o, más tarde, el árbol de navidad. Nosotros no. Procedo de una familia bastante austera, eso de gastar por gastar nunca ha estado contemplado. Tengo la sensación de que a mi hijo tampoco le he transmitido mucha alegría en esto,  tampoco le siento con mucho espíritu navideño.
No me disgustan estas fechas, me alegra sentir a la gente feliz, olvidando, aunque sea momentáneamente, esos problemas cotidianos que suelen acompañarnos durante el año. Comparto esa alegría, aunque no se me escuchará cantar ningún villancico que, por otro lado, me parecen de lo más triste.
He de decir que, además, soy un privilegiado porque no me falta nadie, seguimos todos, con los padres al frente, y ellos nos agrupan alrededor. No quiero ni pensar el día que nos falten, tal vez entonces todo perderá mucho de esa esencia que es, al menos, estar todos juntos en navidad.
 
Leo la prensa sentado en este sillón, mi sillón. Desde aquí veo el cielo a través de la ventana. Fuera hace bastante frío, no hace mucho que llegué de tomar el café. A duerme y Kika se enrosca sobre mis piernas. Suena ‘Speak Now’ de Taylor Swift. Así pasaría el día, sin más.
 
Leer un libro es el mayor premio que nos podemos dar. Leer un libro te para, te detiene el tiempo, te interrumpe la prisa. Te sosiega, el corazón te late más despacio y, encima, se aprende.
“¿Qué importa si uno es culto, está al día o ha leído todos los libros? Lo que importa es cómo se anda, cómo se ve, cómo se actúa, después de leer. Si la calle y las nubes y la existencia de los otros tienen algo que decirnos. Si leer nos hace, físicamente más reales.” Gabriel Zaid, ‘Los demasiados libros’.
 
Ten fe. Confía en ti.
Cada una de tus decisiones hará tu vida más fácil o más difícil. Pero no olvides que son tus decisiones las que dan forma a tu vida.
Nos rodea el ruido. Apártate de él. Búscate dentro.
Tu única misión es saber quién eres, descubrir tu poder y llegar a tu destino. El destino de cada uno es la meta vital que nos marcamos.
No hace falta caminar deprisa, pero sí tienes que caminar, dar pequeños pasos. Las pequeñas acciones terminan por producir en el futuro grandes resultados.
Sé responsable de ti.
Todo cambio, el que sea, sucede, única y exclusivamente, si tú quieres cambiar. Si no deseas un objetivo es muy difícil que lo persigas. Y aquí aparece la voluntad. Sin voluntad no habrá cambio.
Todo comienza por un deseo. Hacer realidad ese deseo, llegar a esa meta, conseguir un objetivo no es fácil, no basta con anhelarlo. Aquello que deseamos debemos de quererlo y nuestro guía será la voluntad y motivación para conseguirlo.
Si no hay voluntad de conseguir algo, el cambio que sea, no habrá tal cambio. 
El mundo no cambia, cambiamos nosotros y luego cambia el mundo.
 
Y ahora a la cena de Nochebuena.
 
Hay un famoso dicho del Buda, en el sermón a los Kalamas que decía:
“No os dejéis guiar por relaciones, ni por la tradición religiosa, ni por lo que habéis escuchado. No os dejéis guiar por la autoridad de los textos sagrados, ni por la simple lógica de la razón, ni por las apariencias… simplemente conoced por vosotros mismos: si algo es provechoso y conduce a la felicidad, tomadlo y morad en ello
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