N/13.L
Uno también tiene
derecho, faltaría más, a quedarse dormido, a olvidar conectar ese histriónico
despertador y saltar de la cama treinta minutos más tarde de la hora debida. ¿Y
qué pasa? Pues realmente nada. Caminas a más velocidad y comienzas la jornada
algo más tarde. El mundo no se cae, ni se paraliza nada, porque tú llegues un
día algo más tarde.
Uno tiene ese
privilegio, casi desde los inicios del camino laboral, de no tener que
‘fichar’. También se auto responsabiliza y trata de llegar el siempre el
primero, desde siempre. No creo que en estos ya treinta y siete años de vida
laboral, me haya retrasado más de tres o cuatro veces por quedarme dormido.
Ilusionémonos
cada día. Piensa en cómo motivarte, animarte, buscar nuevas metas y cómo lograr
bienestar emocional. No olvides que incluso los fracasos siempre nos enseñan
algo.
"Cada
mañana, cuando me despierto otra vez bajo el manto del cielo, siento que es
para mí año nuevo. De ahí que odie esos Años Nuevos de fecha fija que
convierten la vida y el espíritu humano en un asunto comercial con sus consumos
y su balance y previsión de gastos e ingresos de la vieja y nueva gestión." Antonio
Gramsci
Me
pasa mucho que pierdo el control sobre mí mismo. Hay días que me dejo
llevar por la euforia y otros, en cambio, vuelvo a ser ese tipo inseguro, sin
ganas, sin rumbo.
Cuando me siento así,
noto que ando distraído, que pierdo el tiempo, la vida.
Me vuelvo presa de
las circunstancias. Todo aquello que escribo para los demás soy incapaz de
aplicármelo.
Me saboteo.
Aceptar
tu propia responsabilidad, la tuya, es mucho más.
Mientras más te enfocas
en tus problemas peor te sientes.
Piensa en mejorarte porque
así mejorarás también la vida de tu entorno.
Leer
al aire. Entre hojas, bajo el cielo. Palabras que bailan mientras caminas.
Escribir
diarios
es más que plasmar pensamientos en un papel; es un viaje introspectivo que nos permite
reflexionar sobre emociones, analizar experiencias y crecer personalmente. A
través de la escritura diaria, se construye un testimonio íntimo de la vida,
capturando momentos efímeros y transformándolos en memorias perdurables en el
tiempo. Es un cajón que contiene parte de tu memoria.
Es un acto de
autoexpresión que no solo fortalece la autoconciencia, sino que también sirve
como un faro que ilumina el camino hacia la autenticidad y el entendimiento
propio. Así, el diario se convierte en un
compañero silencioso que atestigua la evolución de la mente y el alma a lo
largo del tiempo, creando un vínculo inquebrantable entre el yo presente y
el yo pasado.
N/14.M
El maestro, amigo, Séneca, que sabemos se enfrentó a
enormes desafíos y adversidades en su vida, incluyendo un exilio de 8
años, halló serenidad en su injusta sentencia de muerte.
Y esto lo sabemos
porque nos lo cuenta el historiador Tácito:
"Sin dejarse turbar, pide Séneca su testamento y, ante la negativa
del centurión, se vuelve hacia sus amigos, diciendo que, “puesto que se le
prohibía agradecer sus servicios, les deja al menos el único bien que le
restaba, pero el más hermoso de todos: la imagen de su vida". Y, como
lloraban, Séneca les habló primero con sencillez; después, con tono más severo,
les reprendió y aconsejó firmeza. Les preguntaba: “qué había venido a ser
sus lecciones de prudencia, dónde estaban los principios que habían meditado
durante tantos años contra la fatalidad. Porque, en fin, ¿quién no conocía la
crueldad de Nerón?"
¿Realmente, no es una manera ejemplar de afrontar la
muerte? ¿No te gustaría ser capaz de afrontarla con la misma serenidad y
fortaleza? ¿Cuál sería ese secreto para poder hacerle frente así?
Fundamentalmente una disciplina mental forjada en los
principios del estoicismo.
Estos principios, que
estudio y trato de practicar, le
permitían enfocarse en su mundo interior y lo que estaba en su control.
Pasé la tarde ayer,
hasta prácticamente minutos antes de dormir, discutiendo sobre la diferencia
existente entre lo que a veces le pide a uno el corazón hacer, y lo que
verdaderamente, por responsabilidad, hace.
Actuar
desde la responsabilidad.
En ocasiones lo
normal sería actuar de otro modo, pero lo haces de forma responsable. Eso es
difícil de entender, pero es lo que es. O, simplemente, es lo que hay.
Mi
mente está perdiendo brillo. No es porque me haga mayor, que también, es
porque la someto, me someto, a presiones dignas de otros años. Ahora no toca
eso. Ahora toca reposar y pensar en tranquilidad y paz.
En
un intento de alejarme del ruido, trataré de encontrarme con el silencio.
N/15.X
Despistado. Así he
comenzado el día. No es que no supiese donde me encontraba, también, es que no
sabía en el día que estaba. Por un instante pensé era jueves, hasta que he
analizado mentalmente la agenda de hoy y me he percatado que las citas que
tengo no se han producido todavía.
No me acosté tarde,
sí algo confuso.
Por
muy tranquilos que queramos estar, siempre habrá algo que nos busque y rompa el
silencio. Solo una mente en equilibrio supera el ruido.
En ocasiones pienso
que las personas que conviven con unas circunstancias externas adversas, desde
que nacen, difícilmente consiguen abandonarlas por mucho que lo intenten y
merezcan. Es como si la adversidad les persiguiera.
Casi
siempre podemos encontrar motivos para sonreír aunque a veces pueda parecer
imposible.
Es
la paciencia esa capacidad del ser humano para superar contratiempos y
dificultades. Proviene del latín pati, en castellano sufrir. Luego entonces, el paciente es aquel
que sufre. Y sufrir es esperar.
Saber sufrir, o ser
paciente, es importante en estos tiempos de inmediatez.
N/16.J
Está Madrid, y sobre
todo las zonas que tienen que ver con las proximidades y alrededores del
Congreso de los Diputados, intransitables.
El despliegue
policial, debido a la investidura del presidente del gobierno de España, es
impresionante, nunca se había visto algo así en este país por un acto como
este. Lo calificaría de ridículo.
Mínimas son las protestas en la calle contra la futura ley de amnistía, y
diría, de gentes de bien, exceptuando los cafres de siempre, y
desproporcionadas, comparándolas con otro tipo de manifestaciones, desde mi
humilde punto de vista, las actuaciones policiales.
Tendemos
a una sociedad dividida, todo por intereses ajenos al bienestar de toda la
nación.
Si divides, si
polarizas, si tensionas y crispas, consigues, desde ese punto de vista,
sostener el poder generando miedo y clientelismo en una parte importante de la
población.
En España, más allá
de esos problemas comunes y globales, vivíamos tranquilos. A alguien le
interesa que no sea así.
Nunca
te arrepientas de ese bien que has hecho, eso sí, elige quien o quienes merecen
tu esfuerzo. Tanto tu tiempo como tu energía son finitos; ni las malgastes con
aquellos que quieren manipular tus emociones.
Si
lo externo se convierte en ruidoso, agobiante, confuso, vuelve a tu interior y
recuérdate la calma.
La serenidad se
practica y conseguirás, poco a poco, tener más.
Uno toma una decisión
cuando quiere conseguir un objetivo. Normalmente es porque queremos cambiar de
la situación en la que nos encontramos a una situación mejor.
Coraje. El coraje es
mucho más que esa adrenalina que nos recorre cuando nos enfrentamos a una
decisión o una situación. Tampoco ese impulso valiente. El coraje es hacer lo correcto, incluso cuando no sea fácil.
El
coraje implica defender lo que crees, enfrentarte a miedos o, simplemente,
pararte y repensar tus creencias.
N/17.V
Aprender a ser feliz
con lo tuyo, dependiendo de ti y no de otros, puede ser algo individualista,
incluso antisocial, pero te aseguro que te evita muchos berrinches. Cada uno va
a lo suyo y lo más inteligente es no estar pendiente de los demás.
Te
vas haciendo mayor y te vas dando cuenta de muchas más cosas que antes pasaban
desapercibidas. Lo que va y lo que viene. Los que van y los
que no vuelven.
Lo
más divertido en cualquier discusión es darte cuenta que el que tienes delante
cree que eres gilipollas. Es ese momento en el que disfrutas un rato
hasta que le demuestras que el gilipollas es él, aunque, normalmente, no lo
reconozca jamás.
El
que casi todo te resbale, que te la sude, es un arte.
No merece la pena
enfadarte; toma aire, respira.
Suena ‘La Salvación’
de Arde Bogotá. Estos tipos son bastante buenos.
Cuando una relación,
una amistad, está basada en el interés por alguna o ambas partes, tiende a la
disolución irremediable. No tiene futuro.
N/18.S
Puede
parecer que nunca es el momento de cambiar algo que no está bien, en cambio
piensa que siempre es el momento perfecto. No es fácil, pero no
dudes que a la larga lo agradecerás.
“Si vuelvo alguna vez
por el camino andado/ no quiero hallar ni ruinas ni nostalgia./ Lo mejor es
creer que pasó todo/ como debía./ Y al final me queda/ una sola certeza:/ haber
vivido.” José Emilio Pacheco
“Mejor
hoy no hablemos de política”. Esta frase, que escribo en estos
cuadernos personales, vuelve a decirse en las reuniones familiares o los
encuentros con amigos o compañeros de trabajo. Cada uno tiene sus ideas, como
las haya tenido siempre, pluralidad que enriquece una sociedad. Pero alguien la
ha partido en dos, esa sociedad, adrede. Amnistía sí, amnistía no. Se está
tejiendo un manto de tensión que no había percibido desde hacía mucho tiempo.
Con lo tranquilos que estábamos.
Me
gustaría inventar una vida mientras escribo. Tal vez en eso
consista el proceso de escritura, en sacar al mundo de a pie lo que tiene de
mágico.
Escribo
para comprenderme, tanto como para recordarme. Converso con mi yo
más remoto, escondido ahí dentro. Me animo o me regaño. En ocasiones invento.
N/19.D
Nos
acostumbramos a ciertas pautas que se convierten en hábitos, rituales de
nuestras vidas que cuando no son nos descolocan.
Superar un día es
esperar que llegue otro, todavía mejor. Así, día a día, se construye una vida
que vaya apilando nuestra esencia y Ser.
Terminé ayer tarde el
último capítulo, el séptimo, de la serie ‘La Mesías’. Me enfrenté a ella
dubitativo, como para asomarme de lejos y echar un vistazo a ver que traían de
nuevo estos dos Javi, el Calvo y el Ambrossi que vienen de otras series a las
que ni siquiera he prestado atención.
Siete capítulos en un
progreso, o crecimiento, exponencialmente emocional. Una historia que podemos
decir está basada en hechos reales, más allá de los toques fantásticos que,
desde mi humilde punto de vista, tal vez sobren. La historia de una persona que
se falla a sí misma, de lo que puede provocar el engaño de la fe y, sobre todo,
los daños que quedan de una infancia no elegida.
Presente y pasado de
unos hermanos y su madre. Una familia. Manipulación. Drama y terror familiar.
Un final con mensaje que sorprende y, al menos a mi, emociona.
Un elenco de actores,
conocidos y no conocidos, extraordinarios.
Guion y dirección
excelentes.
Por ello, un notable
alto a estos dos jóvenes que prometen seguir creciendo en el cine español. Que
no se les rompa lo que les une y les hace ser un equipo muy digno en la
creatividad española.
No es una serie
común, es algo más. No te deja indiferente.
Es
más fácil escribir sobre el éxito que sobre la derrota, pero se escribe más de
los derrotados, literalmente hablando. Los perdedores tienen más
literatura. Los fracasados. Los denostados.
Hay
que ver todo fracaso con un romanticismo positivo, no pasa nada, mañana se
puede volver a comenzar de nuevo.
He aprendido a
perder, tal vez porque en mi vida sean más las veces que he perdido que las que
he ganado. Sinceramente que me cuesta recordar alguna victoria que no haya sido
a costa de perder algo.
Saber
perder, esa es la lección como también lo es estar vivo y con fuerza para
mañana volver a empezar. Esa es la clave.
Hasta antes de irse
estábamos viendo ‘Donnie Brasco’, una película de mafias neoyorquinas de
aquellas épocas y me ha recordado los domingos, en Sanchez Preciado, de esos
finales de otoño e invierno. Anochecía pronto, como ahora, y bajábamos con mi
padre a esa tienda de frutos secos donde hacían, también, las patatas fritas
que te echaban en una bolsa de papel. Comprábamos un variado de avellanas,
almendras saladas, panchitos y kikos. Unas patatas fritas y unas cortezas.
Subíamos corriendo de vuelta la cuesta a nuestra casa. Mi madre ponía un
mantelillo en la mesa camilla, unos cuencos y unos platos para echar todo. No
faltaban las aceitunas. Unas mirindas
o zumos, agua y mi padre su Dyc con tónica. Una película de esas, todavía en
blanco y negro, y terminábamos los fines de semana con esa felicidad infinita
que ya no está, pero queda.
Todavía hoy mantengo
esa tradición con él, con mi hijo, mientras la vida nos permita hacerlo.
Toda
adversidad es un reto o desafío.
Todo fracaso
humaniza.
La vida puede cambiar
cuando dejas de competir, de exponerte para recibir reconocimientos, cuando
dejas de juzgar o criticar a los demás y aceptas tu momento, lo que te sucede y
te enfocas en mejorar como persona y como SER.
Si
cambias de pensamientos, cambiarás de realidad: tu realidad.
PD. Disculpen si hubiese alguna errata. Gracias
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