Creo que a los mentirosos hay que ignorarlos. Dejarles. Pero a veces, cuando uno cercano te engaña, la mejor venganza puede ser convencerle de que crees lo que ha dicho. Se queda feliz y volverá a mentir… pero a otro.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 33

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 34