Diario de un Estoico. Lo que el viento nos deja. Semana 41
J/L.5
Recuerdo, incluso, esas miradas furtivas con alguna chica sentada en frente o en pie a tu lado. Algún tímido “hola ¿cómo te llamas?”, que terminó en cita de fin de semana y poco más.
Aunque éramos adolescentes, tan rebeldes como los de ahora, cedíamos el asiento a una señora embarazada o al señor mayor.
Hoy que el tren iba lleno de jóvenes, todos miraban hacia abajo, cabeza gacha, a sus móviles o al suelo. Lo que se pierden. Mirar a las personas a los ojos es descubrir la vida de los demás, o al menos imaginarla.
Dale Carnegie fue un escritor norteamericano nacido en Marysville en 1888, falleció en noviembre de 1955. Un tipo que llevó una vida errante, a la caza de oportunidades, hasta que su obra How to Win Friends and Influence People en 1936, le valió fama universal con sus más de cien ediciones en numerosos idiomas. Fue el promotor de lo que ahora se llamaría asunción de responsabilidades. Uno de los pensamientos centrales de sus libros es que es posible cambiar el comportamiento de los demás, al cambiar nuestra actitud hacia ellos. Autor de infinidad de frases de referencias: El único medio de salir ganando de una discusión es evitarla, Tratar con la gente es, probablemente, el mayor problema que se afronta, especialmente si se es un hombre de negocios, En vez de preocuparse por su forma de expresión, ocúpese de las causas que la producen, Encuéntrate y sé tú mismo; recuerda que no hay nadie como tú. Autor de libros de gran éxito: Cómo ganar amigos e influir sobre las personas, Cómo dejar de preocuparse y empezar a vivir, Manejando a través de las personas, etc.
En el libro ‘Cómo ganar amigos e influir sobre las personas’ Carnegie cuenta las cosas que a él le funcionaron.
Me apetece dejar por aquí algunas de sus técnicas para tratar con la gente. Yo me las guardo, creo son fantásticas y a muchos nos vendrán muy bien.
No critique, no condene, ni se queje.
Dé aprecio honesto y sincero.
Despierte en las personas un deseo ardiente.
Formas de convertirse en una persona agradable:
Muestre un interés genuino en otras personas.
Sonría.
Recuerde que el nombre de una persona es, para esa persona, el más dulce y más importante sonido en cualquier idioma.
Sea un buen oyente. Anime a otros a hablar de ellos mismos.
Converse en términos de los intereses de la otra persona.
Haga que la otra persona se sienta importante, y hágalo sinceramente.
Haga que la otra persona hable de sí misma.
Demuestre atención sobre los temas hablados con esa persona.
Sea optimista y motivador.
Formas de ganar personas a su modo de pensar:
La única forma de sacar lo mejor de una discusión es evitándola.
Muestre respeto por las opiniones de la otra persona. Nunca diga «estás equivocado».
Si usted está equivocado, admítalo rápida y enfáticamente.
Inicie sus conversaciones de forma amigable.
Comience con preguntas a las cuales la otra persona contestará «sí».
Deje a la otra persona sentirse a gusto con la conversación.
Deje que la otra persona sienta que la idea es suya.
Intente honestamente ver las cosas desde el punto de vista de la otra persona.
Sea empático con las ideas y deseos de la otra persona.
Apele a los motivos más nobles.
Ponga entusiasmo en sus ideas.
Lance un desafío.
Sea un líder. Cómo cambiar a las personas sin ofender o despertar resentimiento:
Marque los errores de su interlocutor de forma indirecta.
Hable de sus propios errores antes de citar los de la otra persona.
Haga preguntas en lugar de dar órdenes directas.
Deje a la otra persona defenderse.
Elogie cada mejora.
Genere y fomente una buena reputación acerca de los demás.
Use la inspiración y la motivación para lograr que los fallos se vean fáciles de corregir.
Haga que la otra persona se sienta feliz de hacer lo que usted sugirió.
Lo mejor sería que todos leyésemos este fantástico libro pero, si no te apetece, con estas ideas que plasmo tienes un resumen más que suficiente.
Sé que los cambios son difíciles de asumir. Aparece el miedo, la falta de confianza, las dudas, la inseguridad. Pero no es lo mismo cambiar a un estado peor que el que teníamos, que circunstancialmente puede ocurrir, que cambiar a mejor y que la duda que inunde sea si serás capaz de hacerlo bien, si cumplirás con los objetivos o expectativas que otros ponen en ti.
Lo cómodo es siempre continuar igual, en esa idílica zona de confort que nos genera tranquilidad y paz. Yo no desestimo este tipo de vida. Igual que encajo que para todo hay una época, son etapas, y no te puedes tirar toda la vida peleando.
A mi hijo le toca arriesgar, a mí, y no porque no crea en mí, me toca vivir los años que me queden en la máxima paz, conmigo mismo y con el mundo que me rodea. No estoy ya para muchas batallas.
“Vivir una vida desapasionada y culta, al relente de las ideas, leyendo, soñando y pensando en escribir, una vida lo suficientemente lenta como para estar siempre al borde del tedio, lo bastante meditada como para no caer nunca en él. Vivir esa vida lejos de las emociones y los pensamientos, solo en el pensamiento de las emociones y en la emoción de los pensamientos.” Pessoa.
No es lo mismo vivir que malvivir.
El perdón extinguirá la ira y la venganza.
La aceptación podría anular la preocupación, las protestas o la frustración.
La gratitud mitiga la pérdida y la envidia.
El liderazgo de poder ha quedado desfasado. Poder y control sin escuchar nada ni a nadie a la hora de tomar decisiones a aquellos que jerárquicamente están por debajo es un modelo obsoleto y desfasado. Casposo.
Mayor atención a la empatía. Inspirar y motivar desde la confianza y el respeto.
Reconocer y celebrar los éxitos.
Poseer un carácter fuerte, ser íntegros y contar con valores éticos. Ser ejemplares, referentes.
Crecer haciendo crecer.
“Cada mañana nacemos de nuevo. Lo que hacemos hoy es lo que más importa.” Buda
Y ahí estaba. Solitario. Cerrado. Entre el resto de papeles de informes jurídicos y económicos, vacíos. Vagabundeando en mi mesa entre un tumulto poco espiritual e intelectual.
Solo con disciplina, meditación, objetividad y lógica podrás mantener la compostura en tiempos de adversidad y así permanecer lúcido para pensar cómo seguir avanzando.
Cada acción, gesto, es el resultado de nuestros pensamientos. En la mente está el origen de todo. Somos los responsables de todo lo que nos ocurre.
Cada pensamiento es una energía, una semilla que terminará por dar sus frutos.
No es bueno darle la espalda a lo negativo. Enfréntate a ello.
Pocas veces he estado en uso de la razón. Tampoco la razón que cree uno tener es la auténtica razón. La razón es, simplemente, la verdad y pocos están en posesión de la verdad.
Epicteto fue finalmente liberado y así formó su propia escuela filosófica. Entre sus discípulos tenía senadores romanos. Sí, senadores romanos discípulos de un liberto. Uno de ellos, Flavio Arriano, fue quién en una especie de manual las enseñanzas de su maestro. En ese libro, Epicteto nos enseña que más importante que no ser esclavo de otro, es ser dueño de uno mismo. Porque no hay peor tirano para uno mismo que uno mismo. La verdadera libertad, pues, es dominar los propios deseos. Y nos enseña una técnica para aprender a manejarlos.
Dice que cuando te mueras de ganas de hacer algo que sabes que no te hace bien, lo primero que debes hacer será retrasar un poco la decisión. Así, se apaciguará un poco la emoción y verás con más claridad. En segundo lugar, propone que aproveches ese rato que ganaste para considerar cuánto va a durar el placer que te va a dar hacer eso que te está tentando tanto. En tercer lugar, te pide que lo compares con cuánto enfado te va a causar el arrepentimiento que posiblemente vendrá después. En cuarto, imagínate cómo vas a disfrutar y te vas a agradecer a ti mismo si logras abstenerte. En quinto y último lugar, repítete una y otra vez que el placer de saber que tú mismo eres el vencedor de esa batalla es mucho más duradero. Y, además, es mucho más satisfactorio que lo que sea que te está tentando. Porque, cuanto más deseas eso que te está tentando, más gloriosa va a ser esa victoria.
Esa victoria, pequeña y anónima, vale más que las grandes conquistas militares del mismísimo Marco Aurelio.
Hacerte preguntas. Incomodarte. Preguntas Potenciales, esas que te hacen mirar de otra manera, que te ayudan a cambiar de rumbo. El miedo nos paraliza, nos sabotea.
Insatisfacción, desánimo, cansancio generalizado, sensación de fracaso. Es la vida.
Habitamos una sociedad exigente con tendencias cada vez más narcisistas, individualistas.
Reivindico ciertas lecturas de libros que de seguro no se encuentran en esas listas de los ‘más vendidos’:
‘Cartas a Lucilio’, de Séneca.
‘Disertaciones’, de Epicteto.
‘Meditaciones’, de Marco Aurelio.
‘Ética a Nicómaco’, de Aristóteles
Te ayudarán a encontrar un sentido a tu vida a largo plazo. Te ayudan a potenciar esas virtudes que hagan mejorar cómo afrontar la vida.
No busques el placer inmediato, comprométete en una vida con propósitos a largo plazo.
Hazte preguntas Potenciales, preguntas Palanca: si hoy fuera el último día de mi vida ¿estaría haciendo eso? ¿para qué? ¿por qué?
Escribe un diario, cada día: ¿qué he hecho mal? ¿qué he hecho bien? ¿qué podría haber hecho de otra manera?
Vivimos momentos de incertidumbres, de crisis, de miedos. Liderar, de crisis, de miedos. Liderar en esta época supone desarrollar una inteligencia emocional, una mentalidad a largo plazo y, sobre todo, una capacidad de pensamiento crítico.
No valen los liderazgos autocráticos, por la fuerza. Sobresalen los liderazgos participativos.
Cercanía, Humildad, empatía: liderazgos humanistas.
Los paseos por el campo, las conversaciones familiares, las sonrisas, esos botellines con los amigos que te saben a gloria, el despertar con los pájaros bailando sobre el tejado o el anochecer mientras los grillos cantan a las estrellas. Simplemente es eso: la sencillez.
Por aquí andan ya con la siega aunque, por lo que comentan, este año no será bueno. Ha llovido a destiempo. El cereal no ha crecido.
Aunque no entiendo mucho, pero algo más que la mayoría de los urbanitas, tampoco suelo meterme dónde no me llaman, pero es verdad que las siembras, lo que está por recoger, se ve como pobre, sin fuerza.
Si el campo va mal, vamos mal.
En este caso, pensé también en la tragedia de ciertas familias. Cuando conocí a esta persona, a la vez que a su padre (abuelo del chaval), su hermana acababa de fallecer por suicidio, joven. En aquel entonces él hablaba, recuerdo me lo contaba, como tratando de superar algo que resulta doblemente duro: fallecimiento y suicidio de un hermano. Ahora pierde a su hijo, también joven.
Ahora, que he leído algún comentario suyo en las redes, pienso que es gente de otra pasta. Que llevan el sufrimiento por dentro, pero no lo trasladan a los demás.
Siguen estando en pie, pese a las tragedias de la vida.
Perder un hijo creo que puede ser lo más imposible del mundo, lo antinatural, lo que puede terminar con la vida de un padre en vida. Nada más fuerte que eso.
Que la vida nos deje disfrutar de nuestros hijos como corresponde.
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