Diario de un Estoico. Lo que el viento nos deja. Semana 37

 
M/8.L
 
Despertar a un lunes de primavera, luminoso, poco o nada tiene que ver con hacerlo a un lunes de esos de invierno, nocturno y fríos. Mi pensar es el mismo de cada lunes, a las seis de la mañana,  cuando el despertador me devuelve a la realidad con un sonido que quiero cambiar, pero que no cambio nunca: ¿cuántos lunes más me quedan así?
Levantar con luz, tranquilo, tomar un café, escribir, caminar o correr y después dedicar las horas a alguna producción que no genere más problema y complicación que el del gusto personal por hacerlo. Eso sería vivir.
De alguna u otra manera todos buscamos eso. De una u otra manera, nos sacrificamos toda la vida para llegar a eso y encontrar la felicidad en ese propósito que ponemos en un futuro, el que sea, al que no sabemos si llegaremos jamás.
El otro día mi hijo, hablando de estas cosas, me decía que él no me veía con una vida así, tranquila. Que sería incapaz de no estar trabajando desde el despertar al final del día. Me molestó un poco. Le quise argumentar, sin éxito, que yo tenía mucha más vida además del trabajo, como era estudiar, escribir, dar conferencias, crear. Que para eso trabajaba, para poder hacerlo algún día, cuanto antes mejor.
Te conozco, papá, es imposible.
La verdad es que mi hijo, desde que nació, me veía cada mañana, amodorrado él, dejándole en la escuela infantil,  luego el colegio, y hasta la noche no volvía a verme, cuando me veía. Hasta no hace tanto, los fines de semana se llenaban de actividades que tenían que ver con mi actividad política de aquel entonces. Me ha vivido así, con lo que le es bastante complicado que su padre, en algún momento, pueda levantarse tranquilo, sin horarios, y tener una actividad más placentera que obligada.
Yo no solo me veo sino que lo he convertido en un propósito vital. Todo lo contrario carecería de sentido para mí.
 
No dejes de reflexionar sobre la vida, tu vida, sobre ti.
La vida es cambio.
Recuérdate que morirás.
Mira la perspectiva general de todo.
Busca la belleza en el día a día.
Vive siempre según tus valores.
Recuerda de quién es la opinión que importa.
 
“El discurso de los que se aman es intrínsecamente poético.” Hannah Arendt/Diario de pensamientos, 1950.
 
Las respuestas que recibes del mundo están condicionadas por tu ego.
Nada a lo que el ego de valor podrá aportarnos paz y quietud.
¿A qué damos valor?
 
El resultado de nuestros actos casi siempre se escapa a nuestro control. Lo que sí podemos controlar es nuestro esfuerzo y la preparación para conseguir un resultado.
 
Tú te conoces por lo que piensas, los demás por lo que haces.
 
Cuando uno siente desconfianza, todo se escurre.
Trabajar con desconfianzas supone no enfocar objetivos.
Incluso cuando confíes en alguien, guarda algo siempre para ti.
 
 
M/9.M
 
Martirizarse sirve de bien poco, con quejarse ocurre exactamente lo mismo.
No puedes salir a la calle cada día pensando en todo lo injusto que crees que te ocurre y no hacer nada para cambiarlo.
Soy tan contradictorio, que reconocerlo me divierte tanto como haber hecho todas esas cosas que siempre dije no haría, junto a otras muchas que, avergonzándome por hacerlas, ahora me divierte haberlas hecho. De ahí la contradicción.
Pero de algo de lo que no me siento orgulloso, de ninguna manera, es de estar constantemente preocupado por cuestiones que el que vaya bien o mal al que menos importa es a mí. No he sido capaz, ni un día de mi vida, de no estar preocupado por algo. Muchas preocupaciones son lógicas e incluso diría van unidas a esta edad mía y la vida que tengo, un privilegio desorden dentro de un razonable orden impuesto por mí mismo, y ese exceso de responsabilidad y auto exigencia impuesto. Pero otras, y son esas otras, son preocupaciones que tienen que ver con personas o situaciones de las que se desprende su poca o nula preocupación por lo suyo. Y esa nula preocupación tiene que ver mucho con ser sabedores de que ya otros se preocupan por ellos.
 
“A vosotros, los audaces buscadores e indagadores, y a quien quiera que alguna vez se haya lanzado con astutas velas a mares terribles, a vosotros los ebrios de enigmas, que gozáis con la hora del crepúsculo, cuyas almas son atraídas con flautas a todos los abismos laberínticos: pues no queréis, con mano cobarde, seguir a tientas un hilo; y allí donde podéis adivinar, odiáis el deducir.” Friedrich Nietzsche, Ecce Homo
 
El poeta es ese que mira, que contempla y comprende, que se emociona ante lo que percibe y consigue transmitir en sus versos esa emoción que siente.
 
Una de las cuestiones que me ocupan, no tanto como quisiera, es el cómo frenar –ya ni siquiera revertir- la despoblación poniendo en valor las oportunidades y también la vida en el ámbito rural. Lo hago desde una doble perspectiva, que es como creo hay que hacerlo: desde lo urbano, que no olvidemos fue en origen rural y lo que representa de importante lo rural para lo urbano.
Opino con una mentalidad del que conoce los pueblos y habita la ciudad,  el urbanita que pasa temporadas en el pueblo.
Hay quienes tienen pueblo, al que acuden a refugiarse en cuanto pueden, pero se ganan la vida en la ciudad durante la semana. Los hay que tras la pandemia descubrieron el teletrabajo y han elegido volver a los pueblos a vivir temporal o permanentemente. Sin contar con esos que se jubilan y deciden buscar la tranquilidad y calidad de vida rural. Muchos, para los oriundos del lugar, son considerados forasteros o nuevos rurales.
Recordemos que la despoblación demográfica y el despoblamiento no es cosa de ayer. Los éxodos del campo a la ciudad se remontan, diría, de los años sesenta y setenta del siglo pasado y llega a nuestros días.
Cooperación entre pueblos. No todos los pueblos pueden tener lo mismo. Hay que comarcalizar y compartir. Un pueblo no puede exigir lo mismo que el de al lado. Las distancias ahora no son las mismas que las de antes. Hay que actuar conjuntamente.
Las soluciones y transformaciones no pueden ser excluyentes.
 
“Lo importante no son las reuniones, lo importante son las decisiones.
Lo importante no son los recursos humanos, lo importante son las personas.
Lo importante no es motivar, lo importante es no desmotivar a los comprometidos.” Xavier Marcet
 
 
M/10.X
 
No hacer demostraciones de fuerza. Eso no vale de nada. Hacer una demostración de inteligencia. Las batallas se ganan más con la cabeza que con la fuerza.
 
“No temas al futuro. Acudirás a su encuentro, de ser preciso, con las mismas armas con las que ahora afrontas el presente.” Marco Aurelio
 
Nadie muere del todo mientras alguien le recuerde.
 
Nuestro yo auténtico está ahí. Conectar con él es indispensable para Ser. La soledad, alejarnos del ruido, parar un instante, es la mejor llamada.
Las formas de acceder a nuestro Yo son:
Meditar.
Evitar las distracciones y el ruido a nuestro alrededor.
Escribir un diario, para pasar lo inconsciente a consciente.
Descansar lo suficiente.


 
M/11.J
 
Viajo a Barcelona.
Siempre me llena de emoción volver a Barcelona. Supone caminar por sus calles, tal vez salir a correr por la Barceloneta y de seguro quemar mis pensamientos en unas copas de vino en esas barras de lugares en los que solo yo me siento a gusto y con gusto.
 
Marco Aurelio decía que la ansiedad es algo que nos generamos nosotros, no es nada externo.
Y si nosotros la podemos crear, nosotros la podemos destruir.
“Hoy escapé de la ansiedad, o mejor dicho la descarté, porqué está dentro de mí, en mis percepciones, no en algo externo.” Marco Aurelio
Normalmente se produce por intentar controlar aquello que está fuera de nuestro control.
Es decir: ansiedad por el futuro y ansiedad por la opinión de los demás.
El posible dolor del futuro sólo existe en el ahora si lo creas en tu mente, y eso es lo que hacemos con la ansiedad.
Lo mejor que podemos hacer es actuar guiándonos por nuestros propios valores, y compararnos únicamente con nuestro yo de ayer.
 
 
M/12.V
 
Soy excesivamente tradicional y maniático en mis lugares. He comprado el periódico La Vanguardia que leo entre sorbo y sorbo de un café en la cafetería de enfrente del hotel.
Toca poner buena cara en la mañana. Cuando sabes que con quien hablas te está intentando hacer la cama, lo mejor es sonreír como si nada. Como me decían ayer: aprende a templar y pensar más en tus propios intereses.
Aceptar la realidad y utilizarla para tu propio beneficio, es la clave. Entrenamiento físico y mental para reaccionar ente determinadas circunstancias de la vida.
Pocas cosas dependen de nosotros, muy pocas, así que céntrate en lo poco que sí depende.
 
Decidí hace tiempo no escribir comentarios sobre política en estos cuadernos que quiero sean un espejo de mi pensar y un cajón de mi recuerdo. En boca cerrada no entran moscas. Ello no evita, ni mucho menos esconde, porque lo llevo con orgullo, que en una época de mi vida me dedicase a la noble actividad de la política. No me exime, también, de que la política en general, con mis ideas en particular, sea algo que me guste. Leo y sigo el día a día de la política y sus políticos en España.
Difícil es estar ajeno a una época electoral, que finalizará con el año y que comienza ahora.
Tal vez deberíamos tener elecciones cada mes. Los ciudadanos serían mucho más felices.
¿Se dan cuenta que un mes antes de las elecciones todos ofrecen más viviendas, más transportes, más avales para conseguir hipotecas, más ayudas para estudiantes y más y más y más? Y yo, que he estado por esos mundos, me pregunto de dónde sale o saldrá el dinero para todo eso. Si el dinero está ¿por qué no se ha hecho antes? Si no tenemos el dinero ¿por qué se ofrece algo que no podremos pagar?
No me creo nada.
¿No será mejor ofrecer poco y cumplir, que mucho y no cumplir?
La política es credibilidad. Y ya no digo más.
 
He traído del viaje sensaciones más que contradictorias. Hay quien me ocupa tiempo y pensamientos, no es bueno.
 
“No esperes. El momento nunca será el adecuado.” Napoleón Hill
 
No te dejes influir por nada, que todo fluya. No fuerces nada, que todo surja. No te culpes, el alma es tu brújula. No dejes morir tus sueños, que se cumplan. Que no te atrape la adversidad, que tu fe sea tu libertad y fortaleza.
 
 
M/13.S
 
No permitamos que los límites de nuestra mente nos limiten. Todos tenemos posibilidades. Busca, descubre tu potencial. Está ahí.
 
Buscar la sabiduría, buscar la bondad, ese es el camino, es nuestra naturaleza.
 
Minaya. Ya he tocado esos mini racimos de la parra, con esas diminutas uvas que serán, si las avispas y los pájaros dejan, dulces en octubre.
Antes del verano mi padre, cuidadosamente, embolsará cada uno de ellos, ya crecidos pero no maduros, en esa especie de farolillos de papel que convierten los brazos de la vid, al atardecer, en una pérgola de ambiente zen.
No han dejado de cantar los pájaros, no sé si de alegría.
Oler a tierra mojada y a mejorana, que recuerdo plantaba mi abuela en esas grandes macetas que rodeaban el aljibe.
En el aljibe ponían a refrescar, en un cubo que se bajaba mediante una polea, el porrón con el vino, la casera y a veces el melón.
 
No es importante donde nos encontremos en este momento, lo es más el camino que nos ha traído hasta aquí.
Todo trayecto está lleno de alegrías y tristezas, de errores y aciertos, de éxitos y fracasos. Todo nos ha venido por decisiones, por el destino, por carambolas. Lo que merece la pena es vivirlo aunque a veces se sufra.
Mirar la realidad con nuestros ojos.
 
He comido, me he sentado en el centro del patio. El sol entre nubes de frente, a mis espaldas la casa y junto a mí esos árboles que con mimo, junto a la parra, plantó y cuida mi padre. El cerezo,  impresionante, junto a la higuera. El almendro, algo más separado, como cada año sus brazos no aguantan el peso de las almendras. La parra es una grandiosidad al cielo.
Kika va de aquí para allá. Tranquila. Sin ruido. Los pájaros están como si no estuviéramos.
 
“Es la característica de una mente educada, ser capaz de albergar un pensamiento, sin aceptarlo.” Aristóteles
 
 
M/14.D
 
Dejé la persiana subida hasta arriba. No eran las siete cuando la luz ha invadido la habitación y he comenzado a escuchar ese jolgorio de cantos que rompen el silencio de la noche y anuncian el día.
Sobre el tejado cientos de pájaros. Escucho sus pasos sobre las tejas. Van dando pequeños saltitos, suficiente para percibir su movimiento.
 
Solo gestionando y liderando emociones llegaremos a nuestro destino.
Los líderes emocionales llevan siempre una ventaja.
Generar mensajes, discursos, que pellizquen la sensibilidad, lo emocional, es una ventaja frente al que no lo hace.
 
No es la primera vez que leo, o escucho, que en un pueblo, de esos cientos del país, no hay una sucursal bancaria, una farmacia, una panadería o que incluso la persona  más joven no tiene menos de 50 años. La España vaciada, la España despoblada, es una realidad que debería preocupar a toda la sociedad.
Las consecuencias de este vaciamiento son la despoblación, la falta de oportunidades para los jóvenes, el envejecimiento.
Ya no hay excusas. Difícil de recuperar lo irrecuperable pero sí fácil de frenar. La administración debe actuar, está obligada a actuar.
Fomentar la inversión en zonas rurales, generar políticas que promuevan el emprendimiento y el desarrollo económico de estas áreas.
Equilibrio territorial y justicia social.
Infinidad de políticos y académicos no se cansan de hablar de despoblación, de esa España vacía o vaciada, sin haber pasado, por no decir pisado, por uno de esos pueblos o aldeas en su vida. Algunos hasta diría que se les pone los pelos de punta con el hecho de pensar en mancharse con barro sus limpios mocasines visitando una siembra en invierno. O pasando una noche sin cobertura en esos rincones españoles donde todavía no llega ni el 3G.
Entonces ¿quién puede hablar de despoblación, de visibilizar esa España rural que se va poco a poco? Los que están, los que siguen y aguantan y luego, sin duda, aquellos que estudian y saben de los comportamientos humanos y el porqué de ellos.
 
Se ha llenado el cielo, a media mañana, de nubes. El viento mueve las ramas del cerezo que se llenan ya de esos frutos algo amargos que los pájaros no nos dejarán probar.
En cuanto nos vamos ellos son los dueños del patio, de la parra, de la higuera, el melocotonero y este cerezo que este año parece cubrir con sus ramas ese pequeño terreno de tierra que dejé a modo de huerto para entretener y sentir.
 
El presente es un regalo que normalmente no valoramos. A veces solemos estar tan preocupados por el futuro, y tan cargados con el peso del pasado, que somos incapaces de vivir y disfrutar del momento presente.
No nos damos cuenta que según nuestro mundo interior, así es nuestro mundo exterior. 
Todo lo que nos ocurre fuera es una proyección de lo que nos está ocurriendo dentro: sentimientos, emociones, desequilibrios, pensamientos.
Da igual en el momento de nuestra vida que nos encontremos, planta la semilla y asume que todo lo que ocurre en tu vida es responsabilidad tuya y solo tú puedes hacer que cambie.
 
He rescatado este texto de los Tratados Morales de Séneca y dice:
"Miraré la muerte con el mismo rostro con que oigo hablar de ella. Por grandes que sean, me someteré a los trabajos, fortaleciendo mi cuerpo con el espíritu. Con la misma igualdad de ánimo despreciaré las riquezas tanto presentes como ausentes; no me entristeceré de verlas en otros lugares, ni estaré más animoso si me deslumbran a mi alrededor. No haré caso de que venga o se ausente la fortuna. Miraré todas las tierras como si fueran mías y las mías como si fuesen de todos. Viviré como quien sabe que vive para los demás y por eso mimo daré gracias a la naturaleza. ¿Pues de que otra manera puedo arreglar mis otros asuntos? Ella me hizo a mí para todos y a todos para mí. Cuanto posea no lo guardaré sórdidamente ni lo derrocharé con prodigalidad. Nada creeré poseer mejor que lo que doy bien. No ponderaré los beneficios por el número o el peso, ni por otra estimación que la del que los reciba. Y nunca me parecerá mucho lo que reciba una persona digna. Nunca haré nada por la opinión, sino por la conciencia. Cuanto haga, siendo yo solo testigo, creeré hacerlo en presencia de todo el pueblo. El fin de mi comida y bebida será cumplir la necesidad de la naturaleza, no llenar el vientre y saciarlo. Seré amable con mis amigos, suave y condescendiente con mis enemigos; concederme antes de que se me pida y atenderé toda petición honesta. Sabré que mi patria es el mundo y los dioses mis protectores; que ellos están por encima de mí y me rodean, censores de mis hechos y mis dichos. Y cuando la naturaleza reclame mi espíritu y mi razón lo despida, saldré con el testimonio de haber amado la buena conciencia y las buenas inclinaciones y que nadie vio disminuida su libertad por mí, ni menos la mía por nadie".
 
 
 

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