Al menos un despertar, un día, en el que dejar que el silencio se apodere de ti y así recuperar, como sin quererlo, la esencia de lo más íntimo de tu existencia: Tú.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 33