Diario de un Estoico. Lo que el viento nos deja. Semana 19.

E/2.L
 
Amanece en estos momentos. Tomo café, escribo. No dejar de escribir es como no dejar de caminar.
Este año me gustaría volver a publicar algún libro. Tengo material, tal vez lo que no tenga sea tiempo de ordenar y corregirlo. El tiempo es organización, y buen uso. Tal vez si lo aprovechase más y no lo ocupase en cuestiones poco importantes o enriquecedoras, sería mejor y, sobre todo, más útil. La inutilidad de mucho de lo que hago corresponde con la inutilidad de muchas áreas de mi vida.
 
Juzgamos todo lo que nos ocurre a nosotros tanto como a los demás. Somos incapaces de ver la realidad tal cual es.
Experiencias y creencias nos hacen opinar y ser de una manera concreta. Tal vez por ello, también, en ocasiones somos demasiado exigentes con nosotros mismos, incluso más que con los demás.
¿Cómo podemos comprobar que lo que sabemos es verdad y no es una opinión mediatizada por creencias?
 
Comenzar otro año es también una renovación de la esperanza en esta vida tan repleta de prisas, de lidiar con adversidades no siempre reales, que nos lleva.
El pasado, pasado es. Vivir el presente y mirar al futuro con esperanza.
La esperanza es  confianza, confianza en un mañana mejor y ese mañana comienza en el Aquí y el Ahora.
 
Lo único que tenemos es el presente, aférrate a él.
Esperar, desear, recordar, lamentar e incluso arrepentirse solo son excusas para evadirnos del presente.
Busca algo que te llene hoy, que te haga sentir pleno hoy. No esperes a mañana.
Hace bastante tiempo que leí una magnífica novelita de León Tolstoi, ‘La muerte de Ivan Ilich’. En un  momento dado, el autor, reflexiona sobre la vida pasada y dice:
“¿Y si toda mi vida he sido una equivocación, qué?” Se le ocurrió que lo que antes le había parecido completamente imposible, especialmente el hecho de que no había vivido como debería haberlo hecho podría después de todo ser verdad. Se le ocurrió que sus impulsos vitales, reprimidos brutalmente por sí mismo apenas los había experimentado, podrían haber sido lo único verdadero y real de su vida, y todo lo demás falso. Y sintió que sus obligaciones profesionales y toda la organización de su vida y de su familia, todos sus intereses sociales y oficiales, todo eso podría haber sido falso. Trató de defenderse y justificarse ante sí mismo y de pronto sintió cuán débil era lo que estaba defendiendo y justificando. No había nada que defender…”
 
Quedé con el amigo JM. Vas dejando las cosas, por un tema o por otro, cuando te das cuenta han pasado demasiados meses.
JM es una persona de gran corazón, buena, generoso al máximo, pero, sin entrar a prejuzgar, algo no debió hacer bien en su vida. Continúa anclado en un pasado inexistente. Perdió todo, incluso lo que dejó ir.
“Todos os habéis olvidado de mí. A veces lo pienso y creo que estoy soñando. A la cantidad de personas que he ayudado y todos me han olvidado, hasta familiares.”
Lleva mucha razón. Es incomprensible, pone los pelos de punta más allá de las circunstancias que le han marcado como persona.
Con la elegancia de siempre, con los comentarios de siempre. No es el que fue, pero tampoco lo somos nadie.
Ser amigo, más que ayudar, es escuchar.
 
 
E/3.M
 
Toni Morrison, Premio Nobel de Literatura, tiene una frase que me encanta y motiva aunque solo suelo leerla en los inicios del año, cuando me genero esos objetivos que nunca cumplo: “Si hay un libro que te gustaría leer, pero aún no se ha escrito, entonces debes escribirlo.”
Yo lo tengo claro, ahora solo me falta ponerme a escribir.
 
Volver a la ciudad por primera vez en este año. Ayer no vine. Los edificios siguen igual de perversos. Las aceras estáticas, tal vez lo único que haya cambiado un poco sean mis pies que continúan haciendo kilómetros y a cada paso son más cansinos y… viejos.
 
Buscar la felicidad en aquello que nos convierte en seres humanos.
¿Qué te convierte en ser humano?
¿Hacia dónde deberías ir para que se pueda decir que has llevado una vida plena?
¿Cuál es tu propósito vital?
Responder a estas preguntas sería el mejor inicio de nuestros propósitos para este año.
 
He pasado la tarde en casa. Lo necesitaba. Necesitaba la soledad. Uno sabe, normalmente, qué le produce ansiedad. Personalmente, a mí, se me genera cuando sé, soy consciente de que me están engañando y más si ese engaño viene de alguien que debería serte leal por encima de todo. Esto es algo que he vivido en muchas ocasiones a lo largo de mi vida, me refiero a la deslealtad. No me pilla por sorpresa. La gran diferencia de antes, con ahora, es que he aprendido a calmarme, analizar, no precipitar y después hablar.
Me he ido a hacer unos kilómetros caminando, bienvenidos, agradecidos, y así relajar la mente para no ser impulsivo. Después le he llamado.
Con tranquilidad, con tono amable y amigable, todo es mejor y se puede entender mejor. Tanto es así que al poco tiempo ha reconocido no solo el error sino que no era merecedor, yo, de ese comportamiento por su parte, de hacer las cosas como las ha hecho, a mis espaldas. Petición de disculpas, aceptadas, y se acabó la conversación pero…
La deslealtad es algo que te deja un poso en el fondo.  Sabía que algo así podría ocurrir en cualquier momento y, simplemente, ha ocurrido. Me he quedado muy triste con el hecho.
¿Qué es la lealtad? Respeto, honestidad, sinceridad, honradez, honor.
La lealtad siempre es para con uno mismo pero cuando esa misma lealtad se otorga a otra persona, jamás es revocada incluso ante las más difíciles y adversas circunstancias.
Nuestro ego pilota nuestras decisiones. Queremos más y más. Nos creemos más y más. Nos dejamos llevar por el más y el más.
La lealtad es un valor. Demuestra coherencia entre nuestros valores y nuestra forma de ser. La lealtad está ligada a la confianza. No hay intenciones ni intereses ocultos. Ser leal a alguien no quiere decir estar de acuerdo siempre o tenerle que dar la razón en cada cosa que haga o diga. Es cuidar, es opinar desde el respeto y construir el bien común.
“La lealtad constituye el más sagrado bien del corazón humano.” Séneca
 
Concédete un espacio para ti, concédete sosiego. Es la mejor forma de verte y limpiar tus telarañas desde dentro.
Identifica tus valores.
 
No evites el conflicto, pero no desde el impulso ni la ira. Desde la calma y la reflexión.
 
“El desapego nos da libertad y esta es la única condición para conseguir la felicidad. Si en el fondo de nuestro corazón todavía asimos a algo –la ira, la ansiedad o las posesiones-, no podemos ser libres.” Thich Nhatt Hanh
 
 
E/4.X
 
Hay determinados perfiles de persona que tienden al olvido de quienes fueron, por qué están dónde están, de dónde vienen o quienes les ayudaron para estar en determinada situación o lugar. Son personas con poca personalidad, que se dejan llevar por cualquiera que pasa o les dice.
 
No existe la felicidad perfecta, por lo tanto tampoco existe la infelicidad perfecta.
Todo bueno y todo malo tiene su fin. Esto es algo que todos hemos experimentado. Momentos de euforia, placenteros, que terminan y también momentos de sufrimiento que acaban.
 
Todo acontecimiento es una interpretación que hacemos de él asignándole una emoción positiva o negativa. Si nuestra interpretación es mala, nos provocará malestar emocional.
 
“La gente siempre le echa la culpa a sus circunstancias por lo que ellos son. Yo no creo en las circunstancias. La gente a la que le va bien en la vida es la gente que va en busca de las circunstancias que quieren y si no las encuentran, se las hacen, se las fabrican.” George Bernard Shaw
 
 
E/5.J
 
El cómo alguien se preocupa por ti es proporcional a lo que le importas a esa persona. Sentir a alguien preocupado es una de las mayores muestras de amor.
 
¿Crees que es malo, egoísta, amarse a sí mismo?
No dejes de pensar en los demás, es lo que predican en la sociedad.
Ama a tu prójimo, nos instruye la religión.
¿Y tú? ¿Por qué no piensas de una vez por todas más en ti, como principio para amar a los demás?
Ser bueno no es estar pensando constantemente en los demás, en dar a los demás.
Eres importante. Vales muchísimo. Ámate a ti mismo.
Reconoce esto e incluso te importará un pimiento lo que los demás opinen o piensen de ti.
Eres único.
Quererte a ti es el principio para querer a los demás sin esperar recibir a cambio.
Confiar en ti es el principio para confiar en los demás.
 
Quería haberme regalado un libro, siempre lo hago en estas fechas, pero creo he esperado al último momento y es imposible acceder a alguna de mis librerías favoritas, Antonio Machado o Pasajes, y estar tranquilo echando un vistazo a aquello que veo interesante.
La gente regala libros en Reyes, eso es algo maravilloso, lo que no tengo tan claro es si luego se leen o simplemente sirven para adornar los estantes del salón.
 
Parar para poder ver y comprender. Así, como vamos, es imposible. Todo son prisas, todos queremos más.
 
Haz un pequeño cambio en alguno de tus hábitos del día a día y tu vida puede cambiar a lo grande.
Dominar un hábito es repetirlo, no perfeccionarlo.
Tus acciones son tus motivaciones. Si quieres cambiar algo estás obligado a realizar una acción.
 
“Rehuirás la envidia si no te expones a las miradas de los otros, si no haces ostentación de tus bienes, si aprendes a alegrarte en tu intimidad.” Séneca. Magnífico siempre.
 
Noche de cabalgatas de Reyes Magos en casi todas las ciudades, grandes o pequeñas. Cuántos años participando de una u otra manera.
Reconozco mi poca alegría en estos eventos pero cuando veía a los niños, a mi hijo, a mis sobrinas… recordaba también aquellos momentos en los que yo también fui niño y, aunque eran otras épocas, esos RRMM también pasaban por la casa aunque solo fuera para dejar un juguete que, en ocasiones, una vez comenzado el cole mis padres guardaban para no despistarnos o no estropear (luego los juguetes quedaban nuevos, en perfecto estado). Tres copitas de mistela, unas pastas y un cubo de agua para los camellos. Papa Noel, en aquél entonces, no existía para nosotros. Hasta que esa noche, la noche, esperé despierto y descubrí que esos Reyes no eran tres sino dos Reyes que no han dejado de serlo jamás.
Tal vez, no sé, por eso, disfruto tanto haciendo lo que no comparto: comprar regalos en estas fechas a las personas que quiero. Juro que me jode (¡mal hablado!), que me regalen. De verdad. Pero en cambio me encanta regalar, dentro de mis posibilidades, ese detallito de Rey Mago.
Hoy un amigo me ha enviado este texto que merece ser guardado por aquí:
“Una vez vi a los Reyes Magos.
No eran tres, eran dos y eran los mejores magos que vi en mi vida. Se las arreglaban para que siempre hubiera algo en los zapatos, lo mínimo, lo que fuere. Aunque no hubiera nada, ellos lograban que hubiese lo que para nosotros era todo. El tercero nunca lo vi, pero seguro que lo dejaban cuidando los camellos. Nunca, nunca los olvidaré a los dos reyes magos que vi. Seguro que tú también los viste y sabes quiénes son y son más magos que reyes. Si dejaste de creer, si esta noche no pones los zapatos, ni el pasto, ni el agua, acércate a tus reyes y dales un beso en la frente (tú sabes que los tienes cerca); y si ya no los tienes contigo, que sepas que desde un cielo hermoso siguen viajando para seguir entregando ilusiones y sonrisas.
Agradéceles la herencia porque ahora te has convertido en rey y en mago. Y lo mejor que puedes dejarles a tus hijos y sobrinos es esa magia que los convertirá en reyes y en magos… Y tal vez, dentro de unos años, tú recibirás el beso en la frente y así será hasta el fin de los tiempos…
Feliz noche para los reyes de hoy, para los de ayer y los reyes del futuro, porque no hay mejor reino que mágico, ni mejor rey que tú.”
Simplemente especial.
 
 
E/6.V
 
Describe la realidad tal como es, sin juicios de valor. Te ayudará, por otro lado, a tomar distancia de las preocupaciones.
 
Hoy es también Epifanía, día de revelación. Al día siguiente, mañana sábado, vuelve la vida y comienza de verdad el año, con sus largas cuestas y esas piedras que aparecen, como cada año, en el camino.
 
 
E/7.S
 
El año pasado decidí regalar a mi hijo y sobrinas un libro y un cuaderno (tipo moleskin). El libro casi me lo tiran a la cabeza y el cuaderno, que les indiqué era para que escribieran cada día su mejor experiencia, o sus pensamientos, o lo que les diera la gana, simplemente me miraron como con una especie de ‘asco de alumno’ y me contestaron que ya tenían bastante con los deberes del cole.
No los he guardado pero me recuerdo muy pequeño, haciéndome pequeñas libretas con cuartillas que me traía mi padre, rayándolos y mal escribiendo tan mal como ahora (no he mejorado mucho) mis cuentos e historias inventadas.
Escribir –bien, mal o regular, es lo mismo- me ha ordenado mentalmente y, en momentos de dificultad, de esas que todos tenemos en las diferentes etapas de nuestras vidas, me ha ayudado mucho o a superarlas, ordenando ideas y pensamientos, o a no caer en agujeros de espesor negro, vomitando sobre las hojas mis miserias o, simplemente, escupiendo la ira o la culpa para pasar página y dejar guardado en el tiempo.
Leer y escribir. Dos actividades que prácticamente no cuestan nada y nos pueden aportar mucho.
 
Y para continuar hablando de libros, anoche, como es tradicional en la noche del día de Reyes, se celebró en Barcelona la gala del Premio Nadal, tradición que se remonta al año 1944, año en el que la escritora Carmen Laforet, con su obra ‘Nada’, fue la primera ganadora de este premio literario.
No sé, pero de siempre he sido más seguidor de este premio que del Planeta que lo veo como mucho más comercial, aunque ambos lo son.
Anoche el premio recayó en mi seguido y leído Manuel Vilas con ‘Nosotros’. Habrá que esperar a su publicación, que leeré tan apasionadamente como leo su poesía o sus dos últimos libros, que recomiendo y aplaudo, ‘Ordesa’ y ‘Alegría’, ambas obras más autobiográficas, autoficción.
Me encantan los narradores que son más poetas.
 
Nuestra existencia es fugaz. Lo efímero de la vida es lo que pasa sin darnos cuenta, como cada día.
La vida se nos escapa. Este diciembre e inicio de enero ha sido, de los que yo recuerde, los que más personas cercanas, padres de amigos y conocidos, han marchado.
Yo que lo pienso, y siento, el ciclo de la vida no para, continua, y si ellos marchan, en su mayoría por edad, es que nosotros pasamos a otra etapa, otro escalón. Y es en este escalón, si no lo hemos hecho antes, en el que cabe pensar, no mucho pero sí un poco, que la muerte está y que saber de la fugacidad de la vida debería suponer apreciar el presente y no desperdiciar ninguna posibilidad de dejar huella en este mundo.
Somos seres temporales. Valoremos la existencia, el hoy. No juguemos las cartas equivocadas, no somos permanentes.
Cada muerte es nuestra muerte porque evidencia que solo existe un presente.
 
Marco Aurelio, en su día a día, se hacía variadas preguntas que él mismo se iba contestando en sus cuadernos. Las preguntas es algo que se utiliza mucho en el coaching porque sirve para revolvernos, hacernos pensar, invitarnos a la reflexión. Sócrates fue el primer coach, el padre de la mayéutica, el arte de preguntar. Sócrates ayudaba a sus discípulos a aprender haciéndoles preguntas y dejando que encontrasen las respuestas por sí mismos. La base metodológica del coaching, como sabes, es la misma: el diálogo, la ayuda del coach hacia el coachee, instándole a preguntarse y responderse por sí mismo. El autoconocimiento como camino de construcción personal.
Debemos preguntarnos más. Marco Aurelio, como decía, entre muchas, solía hacerse las siguientes:
¿Qué dice esta acción de mí?
¿Está esto bajo mi control?
¿Es esto necesario?
¿Qué me impide actuar con benevolencia?
¿Acaso esto es terrible?

Hacerse preguntas adecuadas. Encontrar la respuesta, tu respuesta. Pueden ser éstas u otras, pero llevar estas a mano nos puede hacer evitar más de un susto emocional.
 
Tarde de sillón. Hacía tiempo. Una tarde de sillón es una tarde con alguna película y libros. Una de esas tardes que te recomponen el alma.
 
Escribir en abierto es compartir la experiencia como ser humano.
 
 
E/8.D
 
No es mi época del año. Me cuesta animar. Es como si cayesen las hojas y tuviera que esperar a marzo, mi primavera, para renacer.
No podría vivir en uno de esos países, Irlanda por ejemplo, que conozco, en los que ven el sol muy ocasionalmente, viven entre cielos grises y los días son tan cortos que parece siempre es de noche.
 
Eremiomanía: deseo irresistible por la calma, con lo que debo ser un eremiomaniaco.
 
Haz lo que debes hacer, actúa siempre con virtud aunque en ocasiones esto pudiera perjudicarte o ir en contra de tus intereses.
Esto no es algo fácil. Es mucho más fácil decir. Pero sería lo que todos deberíamos hacer.
Todo lo justo y valiente es lo que hay que hacer.
Ser la mejor versión de ti mismo como hijo, como padre, como pareja, como amigo, como compañero.
Haz siempre lo bueno y, sobre todo, cuando nadie te ve.
No es lo mismo actuar para cumplir que actuar con virtud.
 
¿Tienes una razón para levantarte cada mañana? Es tu Ikigai, según los naturales de Okinawa, la isla con mayor índice de centenarios del mundo.
 
Propósito vital. Tu misión, tu objetivo vital. Encontrarás la manera de caminar hacia delante, por muchas piedras que haya en el camino.
Haz siempre lo que hay que hacer. No te líes. No pierdas el tiempo dando vueltas a ideas que no te llevan a ningún lado. Pasa del pensamiento a la acción. No pongas excusas.
Acepta tus emociones. Autoconocimiento. Si te opones a determinadas emociones, terminarás sometido a ellas.
 
“Ha surgido una mayoría ciudadana apática, desprovista de interés, fácilmente aplacada con trivialidades y mentiras evidentes”. Parece que algo así escribe Hannah Arendt en el prefacio a la primera edición de su obra ‘Los orígenes del totalitarismo’, a mitad del siglo pasado.
En el primer cuarto de este siglo, terminándolo, sería una reflexión más que válida.
Nos llevan a dónde quieren que vayamos, como borregos, y solo nos vale quejarnos cuando cerramos la puerta para entrar en casa.
Estamos dando por válidos relatos totalmente estructurados y dirigidos con la única estrategia del control de las personas a través de sus mentes.
Están evitando que pensemos y nosotros, por pereza, lo admitimos sin decir ni pío.
 
El mundo está habitado por tres tipos de personas: los que hablan y así refuerzan su propia creencia; los que escuchan para aprender y buscar la verdad; y los muertos.
 
Termina hoy su artículo dominical, en El País Semanal, Javier Cercas afirmando que “la literatura nos alivia del mal, nos permite observarlo, entenderlo y asumirlo, y así nos previene y nos protege de él, fortaleciéndonos; pero quizá el misterio de verdad no radica en el mal, que es común, sino en el bien, que es excepcional.”
 
El ser humano, todos, los exitosos y los que no, suelen tener una característica común, que todos desean algo distinto de lo que tienen.
 
Haz una auditoría de tu tiempo.
¿Qué uso le das al tiempo?
¿Cómo puedes mejorar el uso de tu tiempo?
Estamos a principios de año, qué mejor momento, tengamos la edad que tengamos, para evaluar y reconvertir el uso de nuestro tiempo, nuestro bien más valioso.
 
PD. Posibles errores gramaticales y ortográficos. Las prisas. 
 
 

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 33

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30