Diario de un Estoico. Lo que el viento nos deja. Semana 15
D/5.L
Vuelvo a Madrid.
He disfrutado de Minaya, he disfrutado de lo mío y los míos.
Es un día lluvioso, como sin alegría. ¿Acaso soy alegre? Depende. Me cuesta encontrar la alegría, pero cuando la encuentro me aferro a ella como un verdadero adicto.
D/6.M
Me encuentro con un día
festivo. Disfrutaré del silencio.
He soñado que soñaba, a su vez, otro sueño. Un sueño en otro sueño. Una irrealidad dentro de otra irrealidad. ¿No os ha ocurrido nunca? Todo se convierte tan real que despiertas como si continuaras soñando.
Marco Aurelio decía que
nuestra mente se tiñe del color de nuestros pensamientos.
¿Esto depende de mí?
¿Puedo hacer algo?
¿Este problema será importante en un año? ¿Y en diez?
¿Veo lo que veo o le añado juicios?
¿Me estoy adelantando a los acontecimientos? ¿Tengo algún problema ahora mismo?
¿Pasas más tiempo deseando lo que no tienes o dando las gracias por lo que tienes?
Haz siempre lo que debes hacer.
Sé disciplinado ahora de tal modo que no tengas que arrepentirte después.
Esto pasará. Las emociones vienen y van. Piensa tan solo en superar el momento actual.
Prepárate al inicio del
día y reflexiona sobre el día antes de irte a dormir.
Define los principales objetivos del día y aquello en lo que debes centrarte. ¿Qué quieres lograr hoy? Anótalo. Esto te ayudará a no distraerte.
Agradece también el día: el amanecer, y también llegar al final de tu jornada.
Al final del día pregúntate qué hiciste bien, mal y cómo puedes mejorar.
Al llegar la noche rinde cuentas de tu comportamiento. Sé tu propio juez.
Escríbelo, lleva tu diario de tal forma que clarifiques ideas, evalúes tu progreso e identifiques aquellos obstáculos que te bloquean.
El diario, escribir cada día sobre lo que hacemos o nos preocupa tiene un poder en nuestras vidas extraordinario. Reduce la carga mental de las preocupaciones, clarifica objetivos, nos ayuda a no olvidar.
El diario puede ser el baúl de nuestros recuerdos, el testigo de nuestra vida, el juez de nuestro cambio.
“Mientras vivas, sigue
aprendiendo a vivir” Séneca
Tienes el poder de
cambiar el rumbo de tu vida.
Debes comprender tu
situación actual para saber cómo cambiarla.
Ajusta tus pensamientos
y resolverás buena parte de tus problemas.
Dentro de 3 años seremos
las personas que queramos ser. Depende de nuestro entorno, de nuestros
pensamientos, de los hábitos, de los libros que leamos, de las conversaciones
que mantengamos, de lo que hagamos con nuestro tiempo, energía y dinero hoy.
Depende de nosotros quién queremos ser.
Salí a correr antes de
comer. Me metí por esos caminos y me puse de barro hasta las orejas. Fue un
trote fantástico. Con este clima se hace un poco más complicado salir, o da
algo más de pereza.
He disfrutado de Minaya, he disfrutado de lo mío y los míos.
Es un día lluvioso, como sin alegría. ¿Acaso soy alegre? Depende. Me cuesta encontrar la alegría, pero cuando la encuentro me aferro a ella como un verdadero adicto.
He soñado que soñaba, a su vez, otro sueño. Un sueño en otro sueño. Una irrealidad dentro de otra irrealidad. ¿No os ha ocurrido nunca? Todo se convierte tan real que despiertas como si continuaras soñando.
¿Este problema será importante en un año? ¿Y en diez?
¿Veo lo que veo o le añado juicios?
¿Me estoy adelantando a los acontecimientos? ¿Tengo algún problema ahora mismo?
¿Pasas más tiempo deseando lo que no tienes o dando las gracias por lo que tienes?
Haz siempre lo que debes hacer.
Sé disciplinado ahora de tal modo que no tengas que arrepentirte después.
Esto pasará. Las emociones vienen y van. Piensa tan solo en superar el momento actual.
Define los principales objetivos del día y aquello en lo que debes centrarte. ¿Qué quieres lograr hoy? Anótalo. Esto te ayudará a no distraerte.
Agradece también el día: el amanecer, y también llegar al final de tu jornada.
Al final del día pregúntate qué hiciste bien, mal y cómo puedes mejorar.
Al llegar la noche rinde cuentas de tu comportamiento. Sé tu propio juez.
Escríbelo, lleva tu diario de tal forma que clarifiques ideas, evalúes tu progreso e identifiques aquellos obstáculos que te bloquean.
El diario, escribir cada día sobre lo que hacemos o nos preocupa tiene un poder en nuestras vidas extraordinario. Reduce la carga mental de las preocupaciones, clarifica objetivos, nos ayuda a no olvidar.
El diario puede ser el baúl de nuestros recuerdos, el testigo de nuestra vida, el juez de nuestro cambio.
Depende de nosotros quién queremos ser.
He aprendido que, por mucho que seas o tengas en la vida, lo único que verdaderamente importa es tu familia y, como mucho, y también, tener una sonrisa cerca que se preocupe de ti. Lo demás viene y se va. La única y verdadera felicidad es esa, estar con las personas que te quieren, que tú quieres y que te hacen sentir que estás con los pies en el suelo.
No duermo bien. Es esta época del año, el clima, el exceso, la culpa, la vida. No duermo bien.
El futuro siempre debe de estar previsto.
Vivo en un municipio no muy grande, frente al campo. Un campo que de seguro, en unos años, estará vestido con esos ladrillos y el asfalto que nos esclaviza a todos. Pero a día de hoy no. Ese campo, en breve, se vestirá de verde convirtiéndose en una maravilla más para respirarlo, contemplarlo y caminarlo. ¿Es un privilegio o no? Lo es. Es mi privilegio y de mi depende el valorarlo o, simplemente, dar por hecho que está ahí.
Es un error quejarse. Es una irresponsabilidad, además, quejarse sin razón.
Tener lo necesario compensa el Ser.
¿Qué es lo necesario?
Con este modelo de la ampliación y de la construcción explica qué función cumplen las emociones positivas y las emociones negativas.
Por un lado las emociones negativas como el miedo, la ira o la ansiedad suscitan una reacción inmediata en una situación determinada. Nos preparan para realizar una conducta de supervivencia en una situación de peligro.
Por otro lado la función adaptativa que cumplen las emociones positivas es que ayudan a construir un conjunto de recursos personales que las personas podemos utilizar en momentos difíciles de nuestra vida. Beneficios que apreciamos a largo plazo.
Tres tipos secuenciales de las emociones positivas:
Ampliación: amplían las tendencias de pensamiento y acción.
Construcción: se favorece la construcción de recursos personales para afrontar situaciones difíciles o problemáticas.
Transformación: esta construcción produce la transformación de la persona, que se torna más creativa, conoce más profundamente las situaciones, resiste las dificultades y socialmente está mejor integrado.
Las emociones positivas son la chispa de nuestras vidas. Estamos bien cuando nuestra mente emocionalmente está bien.
El gozo, opuesto al dolor.
La inspiración, aliento que nos mece a la acción.
La alegría, oxígeno de nuestro día.
La serenidad, calma, hace frente a la ansiedad.
El asombro, emociónate ante lo sencillo.
La esperanza, confianza en mañana.
El orgullo, de tus logros, de ti.
El interés, por ti, por el mundo, por la vida. Te empuja a moverte.
La gratitud. Estar satisfechos.
El amor. La energía que nos hace latir, crecer, vivir.
Focaliza y promueve estos estados emocionales.
¿Existe la paz? En mi opinión, he de decir que no lo sé. No tengo ningún día de paz plena. Algún momento, tal vez, en mis caminos, en mi porche, con un libro en la mano. Pero es algo momentáneo porque rápidamente se esfuma y mi cabeza se llena de preocupaciones o pensamientos. Debemos hallar ese punto de equilibrio si queremos ser felices.
Tanto el budismo como el estoicismo te ofrecen una segunda oportunidad de vivir, de cambiar, de transformarte. Una oportunidad de parar y contraponer los deseos, apegos, egos y placeres a la paz interior, la meditación y la vida saludable.
Buscar la ataraxia, la serenidad en cada acto.
Estudio, leo, escribo.
Presto atención (presoche).
Agradezco.
Trato de discernir más entre aquello que está bajo mi control y lo que no.
Pasear/caminar buscando la eudaimonia, estado positivo.
Tal vez hayamos malgastado mucho. Hay tiempo para recuperar la carga. Siempre hay tiempo.
Pero podemos decir, también, que el día ha amanecido maravilloso, con una temperatura fría pero agradable, que la lluvia, no intensa, está limpiando el ambiente tóxico y alimentando, además, nuestros campos que tanta falta de agua tienen.
El precio de la luz subiendo, los combustibles más caros que nunca, la guerra de Ucrania que nos influye en el precio del gas, la cesta de la compra, el ascenso del euribor, la subida del IPC, el paro, los alquileres impagables, la inflación. ¿Todo eso ocurre aquí?
¿De qué nos quejamos? ¿Han visto las calles, los bares, los restaurantes, los trenes, las luces de navidad derrochando energía?
¿Hay crisis? La hay, pero aquí preferimos vivir el presente y luego todos, y digo todos, a quejarnos de lo mal que estamos.
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