Diario de un Estoico. Lo que el viento nos deja. Semana 11

N/7.L

Despertar tan temprano, de noche, para inmediatamente salir a trabajar, cada vez se me hace más difícil. No es lo mayor que soy, es lo cansado que estoy.

¿Qué nos impide vivir con alegría?
Tal vez sea una de esas preguntas complicadas, de esas que nos da miedo hacernos. Casualmente son esas las preguntas que nos remueven y responderlas nos abren la puerta a una existencia más plena.

Cada instante es único. El tiempo, una vez pasado, no podemos volverlo a recuperar.

Postergas las cosas importantes porque no te apetece hacerlas. Pereza, miedo, dudas. Enfrentarse a un problema normalmente es la solución.

“Si quieres tranquilidad, haz menos, haz lo esencial.” Marco Aurelio

No pierdas el foco en el destino final, pero hoy céntrate en el paso a dar, por pequeño que sea, para llegar.

Podemos deshacernos del ego practicando cada día: compasivos, altruistas, más abiertos a los demás.

El odio, los celos, la obsesión, el orgullo, la avaricia, el deseo, nos conducen al sufrimiento.


N/8.M

Muchos de nosotros, con el tiempo te das cuenta, renunciamos a soñar por culpa de una estabilidad que lo que hace es que estemos cada día un poco menos tristes.
No es fácil cambiar.
Escribimos nuestra historia componiendo pedacitos y migajas, condenándonos a una vida que no nos lleva a ningún lado.
¿Qué propósito, qué meta, qué objetivo?
Miedo. Miedo a caernos del tren ese que alguien nos dijo deberíamos de coger. ¿Era nuestro tren?
Quítate la venda, quítate los miedos, inténtalo, no pienses en el qué dirán los demás, piensa en ti, en tu corazón. A lo mejor mañana te levantas y sonríes de verdad, sin fingir. Lo mismo mañana despiertas y eres feliz de verdad, sin forzar nada.

“Ten el coraje de empezar algo y hacerlo mal. Las vidas insignificantes se caracterizan por el miedo de no verse capaces de intentar algo nuevo.” Epicteto
Esta extraordinaria cita del amigo Epicteto nos induce a hacer,  aunque lo que hagamos lo hagamos mal. Hacer, siempre hacer.
Debemos estar dispuestos a hacer las cosas mal para luego hacerlas bien.
Intentarlo. Asumir el error, la equivocación, como aprendizaje.
La perfección llega a base de experiencia, de errores.
No hace falta tener el mejor plan, lo importante es saber la dirección en la que tenemos que ir y caminar.

Tus acciones cambiarán tu vida, no tus emociones o pensamientos.

La percepción viene derivada de un juicio. Una vez que hemos emitido un juicio sobre algo, vemos lo que queremos ver porque lo hemos decidido contemplar así.
¿Podemos ver las cosas de otra manera?


N/9.X

Hacer lo correcto. Qué importa lo demás.

Todo lo que nos aleja de lo correcto nos aleja de la vida.

Un mal paso te hacer perder parte del camino recorrido.
A la libertad interior, como destino, se llega con una dedicación plena e inamovible a la práctica espiritual.


N/10.J

Una niebla fría envolvía las calles esta mañana. El camino hacia el tren se hacía así, en la noche, algo más tenebroso. Despertar así, caminando temprano, bañándote en un frío que revive el cuerpo del sueño de la noche y te ratifica que solo caminando recto se puede vivir.

Solo si tienes lo que deseas, puedes hacer lo que quieras.

Para lo bueno y para lo malo, uno se convierte en lo que le rodea. Cuando éramos pequeños, mi padre siempre estaba pendiente de las gentes con los que mi hermano y yo nos juntábamos. Nos decían eso de que las compañías nos hacen.
Ahora, de mayor, además de agradecer aquellos consejos, aunque en ocasiones me enfadaran, yo he estado también muy pendiente de las amistades de mi hijo, siempre con la cautela de que eligiera, elija, las correctas. Y las correctas siempre son aquellas que van por el buen camino, que no andan ociosos, esos que normalmente son los más divertidos o fiesteros pero que jamás piensan en su porvenir.
Las amistades correctas son aquellas virtuosas, rectas, que tienen objetivos, sea de estudios o de trabajo, y caminan para conseguirlos evitando perder el tiempo.
Y para mí, en mi caso, ya de mayorcito, también reconozco lo importante que es rodearte de aquellos que te harán mejor.
Cuanto más claro tengamos nuestros valores y quién queremos ser, más inmunes seremos a las influencias de los demás.
El entorno siempre nos afecta.

Entre la multitud tendemos a perder nuestra identidad. Nos dejamos llevar.
No hay que dejarse arrastrar por las masas.
Es bueno alternar soledad y compañía.
Ser disciplinado es una batalla individual.
Determina tus objetivos. Pasa tiempo y rodéate de aquellos que te pueden ayudar a lograrlos.

Si percibes el mundo de una manera diferente a como lo percibías, el futuro será muy diferente a tu pasado.
Los errores del pasado no pueden ensombrecer nuestro presente ni tampoco nuestro futuro.
Cometimos errores en el pasado, elijamos el presente para ser libres.
No carguemos con el pasado en nuestro presente, dejaremos de vivirlo.


N/11.V

Esta mañana alguien ha puesto un comentario en mi 'Diario de un Estoico', que voy colgando semanalmente fruto de estas notas: “tus reflexiones me hacen bien; me parece muy valiente lo que haces.” Yo también creo que es valiente escribir, aunque sea para uno mismo, en abierto lo es todavía más. Al igual que unos te dicen que les sirve de algo lo que escribes, otros opinan, muy respetablemente, que lo que escribes es una gilipollez.


N/12.S

Qué momento ese en el que te acuestas y piensas que al día siguiente no estás obligado a madrugar y no te despertará el estridente, aunque melódico, sonido del despertador.
Es en ese momento cuando te ves inundado por un torrencial de paz y tranquilidad, dejándote ir en el silencio de la noche hasta que despiertas, por ti solo, a la mañana siguiente.
¿Han desaparecido los problemas? ¿Se han evaporado las preocupaciones? No, pero hasta tienes esa sensación de ver todo de diferente manera, con una mente en paz, descansada.

Define lo que está bajo tu control y lo que no.
Lo que está bajo tu control, si lo trabajas, te permite llegar a tus objetivos.
Lo que no está bajo tu control, o lo aceptas o lo evitas, pero nunca te resistas.

Lo que sucede no se puede cambiar, pero sí el cómo nos enfrentamos a ello.
Lo cierto y lo que nos da una impresión. Lo cierto, una vez comprobado, nos podemos fiar; dar por cierto cosas, situaciones que simplemente son impresiones (me da la impresión de…) no comprobadas y sin evidencia alguna, es un riesgo. Solo lo comprobado es absoluto. Evitarás dolores de cabeza.
La personalidad puede trabajarse. Cómo tomarte las cosas que pasan en la vida, cómo gestionarlas, cómo expresarlas. No hagas sufrir a los demás de tus sufrimientos.

Nunca entendí la política como el arte de la mentira, tal vez así me fue. Pero todo se ve distinto con el paso del tiempo.

No me interesa el fútbol, me interesan los libros.
No me interesan las ciudades, me interesan los pueblos, sus vidas y sus gentes.
No me interesa tener, me interesa vivir en paz.
He tenido que esperar 54 años para darme cuenta de esto y de mucho más.


N/13.D

Leo que el mundo supera la cifra de 8.000 millones de individuos, personas, repartidos entre los continentes de una manera desigual, con vidas muy diferentes y con un choque entre Occidente dónde el índice de natalidad va a la baja y el bienestar material al alza, en cambio otras muchas zonas en desarrollo donde la pobreza hace insostenible su densidad poblacional.
Vivimos desde el privilegio de donde hemos nacido, ante una crisis global.

Vuelvo sobre el concepto de la frónesis del que ya he escrito días atrás.
Podríamos decir que la frónesis es algo así como saber leer las situaciones específicas y tomar decisiones acertadas en función de un fin loable.
Ya Aristóteles, como Platón anteriormente, la consideraban como una de las grandes virtudes del ser humano.
Sabiduría práctica.
Para Aristóteles, la frónesis es una sabiduría que se materializa, no es saber, es decidir, es hacer bien.
Es la virtud de aplicar el conocimiento en función del mayor bien posible. Para una vida plena.
Conocimiento, sensatez y prudencia en las decisiones que se toman.
Según Aristóteles la frónesis era una “virtud de la inteligencia”, la cual permitía “deliberar rectamente respecto de los bienes y de los males” en función de lograr la felicidad personal y colectiva.
Implica una mente lúcida, formada, pero práctica a la vez dónde impera el sentido común. Una virtud propia de líderes.

Hablando entre mi padre, mi hijo y yo sobre la vida, el esfuerzo y el trabajo, salen a relucir tres visiones diferentes de lo que deseamos y el cambio que se está produciendo en las generaciones actuales.
Mientras que a unos, digamos a los de mi generación, nos han inculcado la cultura de trabajar cuantas más horas mejor, para tener y ser, los jóvenes, esa generación dónde subyace la precariedad, la pandemia y la preocupación por la salud mental cambian radicalmente su visión sobre vivir para trabajar.
El esfuerzo lleva al éxito, eso es indudable; el sobre esfuerzo también al fracaso en muchos ámbitos de la vida.
Yo no creo que los jóvenes de ahora sean más perezosos. Sobre sus espadas ya varias crisis, viendo cómo su vida, su futuro, cada vez es más difícil.
Según una encuesta, el 55% de los jóvenes entre 18 y 29 años preferirían estar en el paro antes que ser infelices en su empleo. El 64% asegura que el ocio es más importante en su vida que el trabajo, este porcentaje cae por debajo del 50% en los mayores de 55 años.
Los jóvenes españoles están también más dispuestos a rebajar su sueldo a cambio de tener más tiempo libre, pero no a cobrar un sueldo por debajo de su calificación.
Los jóvenes priorizan la vida frente a la meritocracia y el trabajar para vivir. Nuestras generaciones no y así rompimos con muchas de las cosas importantes de la vida.

Actúa con justicia siempre sin esperar nada a cambio. No es lo mismo si nuestras acciones tienen la finalidad de obtener un reconocimiento.

El ritmo con el que caminamos activa de una manera u otra nuestros pensamientos. No pensamos lo mismo si paseamos, si caminamos deprisa o si trotamos.

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