Lo que el viento deja. Semana 3

S/12.L

 
“… y lo que me hace levantarme por las mañanas sigue siendo la espera de lo que está por llegar y no ceso de fantasear con lo que va a venir.” Javier Marías
He querido comenzar esta mañana de lunes, que aparece gris, con estas palabras del escritor Javier Marías, escritor que me acompaña desde los tiempos jóvenes, que he seguido cada semana en sus artículos de El País. A modo de homenaje.
 
Puedo tratar de disfrutar este día, aprovechar todo lo bueno que me traiga, o lamentarme toda la jornada de una u otra cosa, de que no incluya todo lo que quiero.
Hagamos todo lo que podamos, de la mejor manera posible, en vez de lamentarnos.
 
Percepción. Todo es percepción. Si todo te es negativo, cambia tu percepción del todo.
 
El ego es un adicto al apego. Cambiar es para el ego perder, y no está dispuesto a renunciar.
 
¿Cuáles son tus prioridades en la vida? ¿Les dedicas tiempo?
Mira tu agenda. ¿Están ahí reflejadas esas prioridades? Ahí es donde se refleja lo que te importa.
 
Efectivamente los días son como son, como en todo, no son, normalmente, como quisiéramos que fueran.
He llegado pronto a casa, en plan caminata, andando entre meditaciones, en silencio, antes de ponerme a escribir estas líneas de nada.
 
 
S/13.M
 
Lluvia. Parecía que no había llovido nunca. Toda la noche lloviendo.
Por las calles el agua corre como en riachuelos hacia abajo. No mojarte los pies al cruzar es imposible.
Las alcantarillas no tragan, los coches salpican a uno y otro lado y aquellos humildes, los que somos, que no nos queda otra, venimos en tren y a pie dejándonos el cuerpo entumecido por todo el día.
Necesitamos agua, necesitamos lluvia, pero que poco me gusta que llueva durante el día. Me desorganiza mis pasos, oscurece el día.
 
Nunca discutas ni critiques. ¿Para qué? Hazte el tonto. Nada ganas haciéndote el listillo.
 
Lo bueno siempre es nuestro, si queremos, no nos lo puede arrebatar nadie. Independientemente de nuestra situación, podemos pensar de forma correcta, actuar bien, con justicia y coraje, y ser disciplinados. Todo ello es de cada cual. Podemos utilizarlo, o no.
 
Nunca sabemos cómo terminan las cosas, sí sabemos que nuestra conducta y acciones determinarán el resultado.
 
Shakespeare en Hamlet lo comenta como “el destino que da forma a nuestros finales”.
 
Conoce antes de actuar.
El libre albedrío de hoy, el poder de decidir, el sí o no, afecta al resto de nuestra vida futura.
 
Qué bien queda quedar siempre bien.



  
S/14.X
 
Me levanto a las 6.15h. Llego sobre las 8h. todos los días que no viajo, tras una caminata de no menos de 4km. Y el trajín del tren. Pido un café solo con sacarina, me siento en la mesa del rincón que siempre, a estas horas, está vacía. Y escribo.
Así comienzo mis días.
 
En El Rey Lear, tragedia de Shakespeare, Edgar, hijo del Conde de Gloucester, se dice a sí mismo en el acto IV: “Y aun puedo estar peor. No es lo peor mientras pueda decir: es lo peor”
Si estamos vivos, si podemos decir “es lo peor”, todo podrá mejorar y pasará, lo peor realmente es cuando ya no podemos hablar de ‘lo peor’.
 
Valorar más lo que nos falta que lo que tenemos, nos genera sufrimiento.
Pasemos menos tiempo pensando en lo que deseamos y más aprendiendo a desear lo que ya tenemos.
 
No olvides tu propósito. Recuerda lo que quieres realmente, unifica tus pensamientos y acciones con un sentido único: tu objetivo.
 
La intensidad de los días no deja tiempo para el pensamiento y la reflexión.
Cuando esto ocurre mi mente se polariza, se encoge, generando un bloqueo que repercute en cada una de mis acciones.
 
No estemos, Seamos.
Estar solo presente no es Ser.
 
¿Tener razón o ser feliz? Con estos años míos, ser feliz.
 
 
S/15.J
 
La música hace mucho en el inicio de nuestros días. Depende si los sonidos son tristes, melancólicos, o si por el contrario son motivadores y alegres, para que nuestros pensamientos deambulen por un lado u otro.
 
Tú tienes el control sobre todas tus acciones.
Puedes superar cualquier obstáculo del camino, incluso de una caída salir reforzado. Todo es actitud.
Acepta con calma aquello que no puedas cambiar.
 
 
S/16.V
 
Mañana plomiza. Pocas lecturas. Ganas de llegar a casa.
 
 
S/17.S
 
Me asombra la necesidad de sueño que tengo últimamente. Como un día me salte mi horario, estoy que no aguanto hasta que consigo recuperar.
Anoche me acosté muy pronto. Prácticamente diez horas después he despertado.
 
“Soy liberal porque creo que lo primero es la libertad. Soy socialista porque creo que hay que velar siempre porque las libertades individuales no se ejerzan contra el bien común. Soy conservador porque estimo que sin un mínimo orden no puede haber ni libertad ni justicia.”
Me definiría así perfectamente, sin complejos. Y así lo hizo, en su día, Salvador de Madariaga.
 
Cuántas cosas estábamos llamados a ser y no somos.
 
S/18.D
 
¿Me debe de importar que alguien piense que no me preocupo por ciertas cosas? Lo verdaderamente preocupante sería que no me importasen las cosas importantes.
Toda mi vida he dado una imagen de despreocupado cuando uno de mis verdaderos defectos personales es ese, que me preocupo en demasía por todo y todos.
 
Habla para enseñar, no para recibir alabanzas. Si no tienes nada interesante que decir, mejor calla.
 
Si actúas guiado por esos deseos que nos llegan a cada momento, no eres libre, eres un esclavo de lo externo.
 
Lo único que podemos cambiar es el presente. Tanto el pasado como el futuro están fuera de nuestro control.

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