Lo que el viento deja. Semana 1
J/1.S.2022
Leí este texto esta mañana, según venía en el tren, camino de la oficina, todavía con las calles a medio hacer, y pertenece a la novela de Iris Murdoch ‘El mar, el mar’. No sé por qué aparecieron este verano un par de reseñas y que han conseguido interesarme.
Este párrafo podría haberlo escrito yo, en parte. Me parece bastante adecuado excluyendo, lógicamente, las descripciones que, por otro lado, en mi época activa, bien podría tratarse de otros adjetivos, incluso peores.
Actúa siempre desde la calma.
No dediques tiempo a aquello que no depende de ti mismo.
Observa diariamente tus fortalezas, tus flaquezas y debilidades. Es la mejor manera para gestionar tus emociones.
No importa tanto lo que sucede sino cómo reaccionamos con virtud hacia lo que sucede.
Si verdaderamente quieres valorarte deja a un lado el dinero, casa o posición/cargo/título que tengas, simplemente considérate a ti mismo por dentro.
¿Publicar semanalmente retazos del diario? Podría estar bien. Ordenaría algunas ideas.
V/2.S.
Esas personas que caminan lentos, como arrastrando los pies cabizbajos, como cansados de la vida nada más levantarse, yendo a sus lugares de trabajo. Interrumpen el paso a aquellos que vamos lanzados, rápidos, ágiles, gozosos y agradecidos por tener la oportunidad de un nuevo día.
Estás atrapado por tus miedos; estás atrapado por tus apegos.
Liberarte de tus malos hábitos, de tus dependencias incluso emocionales.
Trabaja por tu libertad.
Liberarnos de las causas de nuestro sufrimiento.
El dolor es el mayor obstáculo para conseguir la felicidad.
El culpable no solo ha de saber convivir con esa culpa, que siempre estará, sino aprender a perdonarse. Creo que esto es más importante que la persona o personas a las que has dañado, te perdonen.
Podrías terminar enfermo de culpa.
Sentirte culpable puede ser más peligroso que sentirte triste.
Los días de fiestas de pueblo son una explosión de alegría, de sonrisas, de añoranzas. De aquella primera vez que tus padres te dejaron salir solo, con los amigos. Son tantos años y todavía los recuerdas.
S/3.S.
Incapaz de dormir aunque me haya acostado de madrugada. Lo normal es que no pueda con el cuerpo.
El ego me hace sentir miedo, angustia, ansiedad.
El Ser me hace sentir en paz, sereno, tranquilo.
D/4.S.
Los momentos de desgracia pasan lentos, te aprietan, te persiguen.
Por eso el fin de semana ha terminado y guardaremos en el recuerdo otras fiestas de pueblo, el nuestro, en el archivo de la memoria.
Decidimos picar algo en casa antes de salir de vuelta. Decidí tomar una Coca-Cola en vez de una cerveza o un vino.
Antes de salir a la carretera los agentes han parado el coche (lógicamente, tres jovenzuelos a esas horas no van a venir de sus casas). Me han invitado a soplar por ese tubo que controla el alcohol en la sangre y ha aparecido 0,2 g/l. Realmente me he quedado blanco, nervioso en ese momento. Educadamente los agentes me han indicado que entendían que no iba por ahí de fiesta ya que con una cerveza podría llegar a los 0,5 g/l. Y eso supone multa de 500 euros y 4 puntos de carnet.
Si hubiese tomado la cerveza comiendo es posible que me hubieran, acertadamente, fastidiado la vuelta con una importante sanción y la consiguiente vergüenza.
Si avanzas hacia tu libertad interior, conseguirás abordar con serenidad los altibajos de la existencia y, liberarte de la ignorancia y las causas del sufrimiento.
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