Agarrarse a un poema en tiempos de crisis es como abrazar a quien quieres. Los versos se detienen y te miran, te susurran en silencio, te emocionan por dentro y te envuelven en una paz que te embriaga en el tiempo.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 33

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 34