18.04.2021... El Tiempo y los Cambios.

Tiempo de silencio, tiempo de paz. Mi tiempo. Nuestro tiempo. Anhelamos el tiempo, nuestro tiempo, nuestros espacios, pero a pocos les gusta encontrarse con él.

Me gusta escribir sobre el Tiempo porque al escribirlo no queda en el olvido.

La importancia del tiempo tiene que ver con la importancia de la vida, tal vez por eso, porque perder el tiempo sea perder la vida y aprovecharlo, o utilizarlo consciente y consecuentemente, sea vivir de tal manera que no demos cuenta de que ha pasado... el tiempo.

Los cambios también tienen que ver con el tiempo. Son un proceso temporal, una transformación normalmente para bien aunque a veces, de primeras, lo veamos como negativo. 
Los cambios ocurren en un espacio de tiempo.
Las horas, los minutos, los días... cambian. Todo es cambio.



Todo cambio nos modifica, nos desordena y, en un principio nos asfixia generando miedo y ansiedad.
Todo es tiempo. El tiempo hará que veas todo tal y como en realidad es. La paciencia es parte de ese tiempo.

Hace poco volví a escribir por aquí sobre los cambios (Lee Aquí: CAMBIANDO!): cualquier cambio siempre plantea inseguridad y temor. Sentimos que todo se resquebraja bajo nuestros pies. Es una sensación de vértigo. ¿Estaremos equivocados?
Pocas veces pensamos en que cuando damos un paso, decidimos cambiar, hemos acertado. Nuestra mente nos lleva hacia pensamientos oscuros, contradictorios, generándonos ansiedad y miedo.

Todos los cambios requieren de paciencia.
Todo cambia,  nada permanece.

La seguridad, la comodidad, desaparece momentáneamente con el cambio, entonces parece que todo se tambalea a nuestro alrededor.

☝️El modo en el que nos enfrentamos a los cambios es el modo como miramos la vida.
A los cambios no nos queda más remedio que hacerles frente.

Hay personas que reniegan al cambio, protestan, se quejan, porque las cosas han dejado de ser o no son como ellos quieren que sean. No se dan cuenta de que esto no les ayudará a superar el cambio y adaptarse cuanto antes.

Debemos tener flexibilidad para reprogramar la vida, para adaptarnos a las nuevas circunstancias.

¿Qué ha cambiado?
¿Qué debemos hacer o aprender para adaptarnos a ello?

➡️ Aceptar los cambios. Si un aspecto de nuestra vida sufre una modificación, éste no suele volver a su estado anterior, por lo que, queramos o no, debemos aceptar esta nueva situación.
Negar el cambio produce más miedo, más malestar, más ansiedad.

➡️ Debemos tener una actitud positiva. Que sí, que es fácil decirlo. La actitud en momentos de cambio es fundamental. Asimilar el cambio. Tenemos una nueva realidad. Disfrutemos esa realidad.

➡️ Aunque siempre pensemos que son mínimos, pensemos en los beneficios de la nueva situación que, sin duda, vendrán. Busca el lado positivo.
Vive el presente, cada día.

➡️ No te compares nunca con los demás. No creas que estas cosas solo te pasan a ti. Lo que hacen unos lo pueden hacer otros. 

Se ha demostrado que si la respuesta que tenemos ante un suceso vital estresante no es adaptativa, corremos el riesgo de sufrir un trastorno de adaptación. Sufrimos una reacción de desajuste a una situación psicosocial estresante, desarrollándose un conjunto de síntomas emocionales, o conductuales, manifestándose en estados de ánimo depresivos (sentimientos de tristeza y desesperanza), ansiedad, preocupación, sentimiento de incapacidad para afrontar los problemas, de planificar el futuro o de poder continuar en la situación presente y un cierto grado de deterioro del cómo se lleva a cabo la rutina diaria.

Si somos incapaces de adaptarnos y padecemos un trastorno de adaptación tendremos la sensación de que la situación a la que nos enfrentamos es insostenible, y no somos capaces de vislumbrar una solución; nos sentimos atrapados, ya que las dificultades que experimentamos sobrepasan nuestra capacidad de afrontamiento, provocándonos malestar y frustración que generarán un comportamiento que es desproporcionado respecto a la gravedad o intensidad de la situación estresante.

🌞Aceptemos que toda situación puede cambiar, para bien o para mal. La vida tiene, necesariamente, momentos y situaciones agradables y otras desagradables y de sufrimiento que se intercambian de forma alternativa.

🌞 Aceptemos que no podemos controlar gran parte de los sucesos que pueden afectarnos negativamente.

🌞 Aceptemos aquello que no podemos cambiar de nosotros y/o de nuestro entorno. La nueva situación puede requerir cambios en la forma de ver y de relacionarnos con nuestro entorno, pero no todos los cambios deseados serán posibles.

Estamos obligados a definir un nuevo escenario para el desarrollo de nuestra vida y poner en práctica las acciones necesarias para que este escenario pueda generar un estado de equilibrio y bienestar, eliminando la incertidumbre y la inseguridad que nos acompaña.

➡️ El requisito fundamental es tener una actitud proactiva.

La predisposición y la actitud positiva para enfrentarnos a la nueva situación vital deben ser firmes pero también flexibles. Dejo por aquí un ejemplo del camino a seguir que nos aporta la física de sistemas:
“Si llenamos de agua líquida un recipiente de forma cúbica, ésta se adaptará fácilmente al contorno del recipiente y adoptará su forma, pero ante cualquier fuerza externa que agite el recipiente la perderá, pues su naturaleza líquida le hace inestable. Si está en estado sólido, como el hielo, si no tiene la misma forma y tamaño no podremos introducirlo en el recipiente y para adaptarlo a él tendremos que utilizar la fuerza y se romperá. Sin embargo, un estado intermedio, como el viscoso o gelatinoso, se adapta perfectamente a cualquier recipiente de forma lenta, lo que le permite mantener su estructura si es sometido a una fuerza, y es más estable que el líquido.”
☝️ Todo requiere un tiempo. Tiempo para adaptarnos. Tiempo para ver las cosas como realmente son, no como nuestros pensamientos hacen que sean. Tiempo para Ser.

Parar, respirar, meditar. Seguir.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 33

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 34