12.07.2020... Reflexiones de Verano II.

Un fin de semana rural, de campo, en Minaya

Un fin de semana de esos que te hacen sentir, en estas fechas, que cada vez necesitas más un descanso, aunque sea breve, en el camino. Toca parar. El año no está siendo, ni parecido, a como lo preveíamos. 

Los pájaros me han cantado en cada despertar, en dos mañanas que amanecían frescas por esas tierras manchegas.


Las previsiones pueden generar frustraciones,  las cosas no siempre salen como pensábamos.

No creo que a nadie, este año, las cosas les estén saliendo como tenían pensado.

El 2020 pretendía ser un año simbólico, pero no lo es. No lo será. Cuando pase, no volverá.

La mascarilla es un símbolo que representa defensa, precaución y responsabilidad; pero quedará también como ese símbolo de este año, de obstrucción a la libertad, de callar, de llanto.

No dejemos que el miedo nos dirija o que el miedo nos someta.
Nos encontramos habitando un mundo que nos obliga a caminar con la boca tapada.

Comenzamos a acostumbrarnos a ver solo los ojos de los demás, su mirada, sin conocer si caminan tristes o van sonriendo a la vida.

Besamos con un trozo de trapo, o de papel , cubriéndonos los labios; imaginamos cómo serían esos besos de antes.

No sé si estamos creciendo como personas o si lo que verdaderamente estamos haciendo es decrecer, ir hacia atrás.

El desarrollo personal está de moda: cambiar de vida, descubrir tu mejor versión, dejar de ser como eres.

Evolución. Desarrollo.

Todos podemos ser mejores. Todos podemos cambiar.

Cada uno es como es y eso no se puede cambiar, pero podemos ser mejores de lo que somos.

No hay que rebelarse contra uno mismo. Hay que aceptarse. Hay que vivir.

👉 Aceptar ya es cambiar.

La mayoría de nosotros planeamos más nuestras vacaciones que nuestra propia vida.

¿Verdad?

¿Sabemos cuál es nuestro propósito vital?

¿Para qué estamos en este mundo?

¿Por qué queremos que nos recuerden?

No actuamos.

Es indispensable tener alineados nuestros mundos: espiritual, mental, emocional y físico.

¿Estás perdido?

¿Caminas por la vida sin saber qué quieres y hacia donde vas?

Muchos de nosotros, tras estos meses, estamos algo perdidos. Andamos de un lado a otro sin llegar a centrar la dirección. Todo es incierto.

Podemos hacer cualquier cambio en nuestra vida.

Me es necesario bajar el ritmo de trabajo.

Cuestionarnos. Saber dónde estamos y cómo vivimos para mantener hábitos, incorporar nuevos, desechar esos que no han servido de nada hasta ahora.

Tenemos claro que la vida no se puede controlar. Gocemos y disfrutemos de ella, de esos momentos que nos ofrece.

➡️ Disfrutemos del presente.

👉 Infravaloramos lo que tenemos y sobrevaloramos lo que no tenemos. 

Así no disfrutamos de la vida ni de nada.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 33