Lo que decía ayer era fruto de lo que pensaba ayer. Lo que digo hoy es fruto de lo que pienso hoy. Por ello la clave está en controlar lo que pensamos y así no diremos lo que no queremos.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 33