26.01.2020 ...Las apariencias.

No sé muy bien por qué, en este domingo de final de semana, he vuelto a reflexionar sobre ese materialismo que nos envuelve y atrapa y sus consecuencias en esta sociedad llamada de consumo.

Siempre que pienso en esto me viene a la cabeza, también, si ese deseo de tener más tiene que ver con esa búsqueda de la felicidad en lo externo. ¿Nos creemos que teniendo mucho somos más felices?

Todo es tener para intentar ser.


Llegado aquí me he dado cuenta de que más que en una sociedad materialista, somos una sociedad aparente.

Pensemos por un momento en esto. ¿Queremos tener por tener o tener para aparentar?

Aparentar es representar o hacer creer algo, especialmente un sentimiento, un estado o una cualidad, que no es verdad, con palabras, gestos o acciones.

Aparentar es hacer crecer lo que no se es.

Estamos obsesionados por la apariencia y perdemos la esencia de la vida.

Elegimos personas o cosas por su apariencia y nosotros mismos, a su vez, buscamos aparentar tal vez lo que no somos y, en muchos casos, ni siquiera queremos ser.

Aparentamos y así nos complacemos.

Nuestro objetivo es exhibir, impresionar, y así perdemos la esencia del ser, el disfrutar de nuestro camino porque estamos en permanente alerta de cómo nos ven o queremos que nos vean los demás.

Cuando enseñas lo que tienes, lo exhibes, aparentas.

Aparentar no es hacer ver que tienes cuando en realidad no tienes; aparentar es vivir mostrando algo para que los demás te vean externamente como lo que no eres.

Como suelo escribir desde la experiencia y los errores, o de la experiencia de los errores, puedo decir que normalmente el que tiene no lo muestra. No le hace falta mostrar ni demostrar nada. El que tiene lo que no ha tenido nunca, aunque sea por un período,  lo muestra. Y el que no tiene, sería estúpido si mostrara lo que no tiene.

He conocido a muchos que viven en la apariencia, o incluso de la apariencia. Yo mismo he aparentado en alguna etapa de mi vida lo que ni soy, ni he sido ni seré. 

Ser como uno es, su esencia, en lo único que te aporta paz.

Según te vas haciendo mayor, te das cuenta de muchas de las gilipolleces de la vida. Te das cuenta que llevar o tener una marca u otra no te hace ser mejor ni peor persona. Que tener un coche u otro tampoco te hace mas feliz. Que lo importante en esta vida es ser auténtico, ser tú.

Es triste que tengan que pasar años, o circunstancias, para que valores realmente estas cosas. A su vez, es esencial darse cuenta en algún momento. Peor sería no hacerlo y morir de apariencia.

La sencillez también genera placer. Diría que cada vez está más de moda eso de ser sencillo, de pasar desapercibido.

Creo que la vida no consiste en tener más. La vida tal vez consista en tener menos pero disfrutar más de ello. Tener lo que necesitamos.

Desligarnos de las modas, desligarnos de los deseos de posesión. 

Seamos, pues.

No nos dejemos llevar por el aparentar y tampoco juzguemos a los demás por su apariencia.

Aparentar solo sirve para que el resto vea lo que no eres.

Sé tú mismo.


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