No soy de cartas ni barajas, ni sé jugar a nada, pero cuando lanzamos un órdago, en la vida, entiendo, hay que saber muy bien hasta donde se juega porque la mayoría de las veces se vuelve contra uno.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 33

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 34