Tengamos claro que si no dejamos ir aquello que nos preocupa, difícilmente podremos solucionarlo. Las soluciones siempre vienen desde la calma, la serenidad, nunca desde la impaciencia o la tensión.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 25

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 26

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 27