Si ponemos cuidado en cómo comenzamos el día, en cómo impulsamos nuestras mañanas, de seguro que el resto de la jornada se irá arreglando sola.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 33

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 34