Se dice en el Monasterio benedictino de Tibití que...
“Guardar silencio no significa meramente no decir nada, sino prescindir de las oportunidades de huir y mantenerme tal como soy.
Renuncio no sólo a hablar, sino también a todas aquellas ocupaciones que me apartan de mí mismo.
En el silencio me obligo a estar conmigo”.
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