03.03.2018...Sé tú instante!

Es un verdadero privilegio despertar con el cantar de los pájaros y con ese sonido que provoca su caminar, corretear, por el tejado.

Es un verdadero privilegio salir al patio, recibir el frío de la mañana y ver el cielo completamente azul, inmenso, con una luz que ilumina todo y, sobre todo, que te ilumina a ti.

Parece que los pájaros conversan con el sol mientras un suave viento emborracha su melodía.
Es mi instante.



Por aquí, en estos campos, en estos parajes manchegos, me curo las heridas que llegan de la semana infectadas de toda obscenidad materialista.

Aquí me invento palabras y evito pensamientos que no enriquezcan mi alma.

Es mi instante.

Me estoy convirtiendo en un buscador de paz, de silencio y serenidad.

Este es el único instante que tengo por eso es el instante que más vale. Este instante vale más que tocarte la lotería porque el tocarte la lotería es algo futurible, que no existe en el Ahora, es un instante de futuro que no sabes si tendrás.  Lo que verdaderamente vale es este instante porque su valor es muy superior a nada de lo que podamos pensar porque es único es tu instante, mi instante. 

Sé tú instante.

El mundanal ruido lo aniquila todo menos el silencio. ¿Por qué tendemos a huir del silencio? Tal vez porque tememos encontrarnos con nosotros. 

Estamos viviendo una vida y no nos estamos dando completamente a ella. ¿Por qué? ¿Por qué no nos damos a ella tal como ella se nos da a nosotros? ¿Por qué no nos damos a esa vida que nos ha ofrecido el universo y que es un privilegio? Estamos vivos, estamos aquí, estamos Ahora.

Una vida que solo por el hecho de despertar cada mañana ya es un privilegio pero en cambio la  pasamos como almas en pena. Qué manera de perder el tiempo. Qué manera de perder la vida. Simplemente deambulamos con los ojos vendados, sin observar, sin ver, sin disfrutar de lo que nos rodea, quejándonos continuamente y en esencia, dejando de vivir el instante.

Nos da miedo la vida. Vivimos en un constante miedo porque pensamos más en el futuro que en el presente. Vivimos sin vivir.

Despertemos a la vida. Despertar al mundo. Despertar al silencio.
El camino que recorremos no debería de llevarnos a otro sitio más que a nosotros mismos.
Podemos vivir, podemos ser útiles. Tenemos todo el poder dentro de nosotros. Solo tenemos que cambiar la percepción que tenemos.

Podemos vivir la vida que se nos ha ofrecido. Podemos ser útiles dándonos a los demás, dando primero, y no se entienda como egoísmo, a nosotros mismos que somos los primeros que debemos darnos cuenta de que si encontramos nuestra paz, nuestro ser, nuestra esencia, nuestro significado aquí en el ahora, podremos generar, aportar, ayudar y dar esa paz, esa ayuda a todos aquellos que nos rodean. Nosotros somos nuestro peor adversario. Debemos darnos primero a nosotros y sentir que al final la vida es solo eso: la vida es ser, la vida es estar, y la vida es dar. 

Es complicado dar a aquel que no quiere recibir. Es muy difícil dar a aquel que solo quiere ver desde un punto de vista, desde el suyo, que solo quiere verte como el quiere verte. Es muy difícil caminar pensando constantemente, o sintiendo, qué piensan o qué dirán los demás. Es muy difícil estar, caminar, ser, con los ojos cerrados. Es imposible vivir una vida desde el punto de vista del sufrimiento constante y la desidia.

Si te doy a ti me estoy dando a mi. Si me das a mi y yo me dejo dar, te estás dando a ti.

El problema no es nuestra vida. El problema es lo que nosotros pensamos de nuestra vida y qué es nuestra vida para nosotros. Si yo pienso que mi vida es un desastre, una mierda, que todo me va mal, que todo es negativo, que nadie me quiere, que nadie me mira, que nadie valora mi trabajo, evidentemente mi vida, porque lo es para mi, será una asquerosidad por mucho que todo lo que nos rodee sea positivo. Si nosotros miramos nuestra vida en negativo jamás nuestra vida será en positivo.

La vida no castiga, la vida da nuevas oportunidades. La vida no es un castigo por creernos culpables de algo. No, esa culpabilidad que nosotros mismos nos achacamos por haber cometido un error, tropezado, en algún momento de nuestras vidas es un aprendizaje y debe de ser una nueva oportunidad para caminar y, sobre todo, para tratar de no volver a tropezar. 

Pero la vida está llena de tropiezos. Qué sería una vida sin tropezar. Sería una vida sin aprendizaje. La cuestión es vivir y querer vivir, aprender de ellos y desprendernos del sentimiento de culpa que termina por acompañarnos cuando en algún momento pensamos, o entendemos, no haber hecho lo correcto. Porque todo lo negativo de la vida, absolutamente todo, está en nuestros pensamientos, está en nuestra percepciones. 

Lo que para uno es una adversidad, o un problema insalvable, incluso llegando al límite que algunas personas caen en depresiones tan profundas que les lleva a quitarse la vida, para otros esas mismas circunstancias, esos mismos problemas, o peores, son una oportunidad son un aliciente y son una forma de levantarse, vivir, superarse, crecer y sentir la esencia de su ser en el ahora. Es el modo en cómo miramos o percibimos las cosas.

Por eso a veces debemos buscarnos y alejarnos del ruido. Abrir los ojos y escuchar. Sentir el instante. Percibir lo real y desechar lo irreal.

Vive tu instante.

No busques ni desees nada más que sentir y vivir tú instante. 

El próximo instante, el próximo día, será otro instante, será otro día. 

Lo único que existe ahora mismo es tú instante presente.

Y un poquito de alegría...

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