28.02.2019... Falta de sangre!

Últimamente parece que asumo que exprimir los días al máximo se convierte en una constante. Eso genera que la mente y el cuerpo lleguen al final de la semana totalmente extasiados y rozando el límite de lo poco saludable.

Comencé la semana pasada, por enésima vez, mis ejercicios de meditación porque la ansiedad y las pulsaciones me vencen y preocupan. Más o menos estoy consiguiendo resultados aunque la cabeza me estalle en mil y un pensamientos, proyectos, errores, fracasos y alguna victoria. Es mi día a día y así, mirando hacia atrás, ha sido siempre.

Es la sangre lo que lleva a unos por caminos que del no parar. Charco tras charco. Otros, en cambio, prefieren la vida contemplativa y qué queréis que os diga, de seguro gozan de más felicidad.


En mi pueblo, a los que están acelerados, creando, ilusionados en sus proyectos, inquietos, se dice tienen sangre. Por el contrario, aquellos que son parados, que están como mustios, apagados, que les cuesta hablar, se dice que están faltos de sangre.

A aquellos que nos gusta la política y el ambiente político, asistimos a momentos históricos en nuestro país: cinco votaciones en un mes. Congreso, Senado, municipales, autonómicas y europeas. ¿Quién da más?

Y estamos en campaña; una campaña que durará tres meses, desde ya, y en la que por primera vez en mucho tiempo, muchos no decidirán su voto hasta el final. Cinco partidos se disputan el reparto de poder y el error, o el acierto, en la comunicación y la acción de aquí a cada una de las fechas electorales será, posiblemente, crucial en el resultado.

A nivel nacional ya conocemos lo que hay y, para algunos, lo que queremos cambiar: a Sánchez el trilero, acompañado de Iglesias el hipnotizador y de todo el equipo de partidos de la ultra izquierda que le apoyaron para tomar el poder.

Y luego se postula por primera vez Casado, elegante orador y novato como candidato; Rivera el camaleón, capaz de adaptarse al entorno con y quién sea y el populista de moda, el sandokan de la política, Abascal.

Bueno, pues entre unos y otros anda el hundimiento del país o la defensa de España como unidad. Luego no caben los sollozos. Ya sabemos lo que son unos y otros, lo que hacen unos o no hace otros.

Y en la Comunidad de Madrid, donde vivo, también se van perfilando prácticamente todos los candidatos de todos lo partidos.

La Comunidad de  Madrid y el ayuntamiento de la capital son la bandera de España; un buen resultado aquí significa mucho más que en otras provincias o capitales.

Me han sorprendido los candidatos del Partido Popular. No por su novedad o valía, que no pongo en duda como tampoco voy a poner hoy en duda la de los demás, sino por su falta de sangre.

Me da la sensación, a lo mejor me equivoco, que quién no es capaz de ilusionarse a sí mismo poco o nada puede ilusionar al resto y eso es lo que me transmiten estos candidatos y mucho me temo que los que están llegando a ciudades importantes de la comunidad.

No sé si es una estrategia o es el nuevo perfil adoptado pero, valga mi opinión lo mismo que la del resto, comparen los candidatos de las pasadas elecciones con las de estas. Es más, y me arriesgo en mi apreciación, el actual presidente de la Comunidad de Madrid, al que conozco desde que fue portavoz en Pinto hace 23 años, tiene más imagen y sangre que cualquiera de los dos juntos. Pero en esto de la política ya sabemos que vale más un buen amigo leal que un buen político capaz de liderar, no sea que luego me haga sombra.

En Getafe, la ciudad donde vivo, no quiero ni pensarlo; aquí no es que falte sangre, es que falta alma, que no cuerpo.

Me apena porque la juventud siempre iba unida a la 'sangre', a la valentía, al proyecto de liderazgo. Noto cierta desidia, falta de ganas, ilusión, por aquellos que no deberían dejar perder lo que con trabajo se ha hecho y optan por lo cómodo.

Falta sangre en política y falta sangre en los candidatos. Si no ilusionas no te votan ni los de casa.

Feliz noche.

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