23.09.2018... Esos auténticos líderes!

Esta mañana de domingo, casualmente leía este texto de José A. Gómez Iglesias (Defreds) sobre los domingos:
"Sólo es un domingo más. Pero ninguno es igual. Es ese día en el que te das cuenta de lo rápido que avanza el tiempo, que se acabó una semana más. Que hemos sumado algún sueño y perdido gente por el camino. Ese en el que asoman las primeras canas (a otros, algunas más). Que tus prioridades han cambiado. Pides menos, pero todo tiene que ser bueno. Muchas cosas y tantas regulares ya las has pasado."
Los domingos son como son. Los de antes eran de una manera, tal vez ahora de otra, nunca sabremos si vendrán más domingos como los que han sido o los que son.

Estoy inmerso estos días, sin lograrlo, en la redacción y conclusión del capítulo ‘Nuevo liderazgo Institucional y Político’ del libro 'Comunicación Institucional y Política' en el que participo, junto a otros autores de mucho más prestigio, y que se publicará próximamente. Tengo además el honor de coordinar los trabajos, lo que me permite un poco de calma, que no dejadez.


He leído mucho sobre liderazgo personal y político; he escrito, sigo estudiando y reflexionando sobre un tema que realmente me fascina: el liderazgo. Y me fascina porque tiene que ver con las personas y su comportamiento en el día a día, en su actividad. 

Escribir sobre liderazgo es escribir sobre emociones y personas. Todos somos líderes, cada uno en su ámbito de la vida; pero lo más difícil es ser líder de sí mismo. 
La esencia del liderazgo es esa: liderarte. 
Yo me he creído líder en determinados momentos de mi vida, sin darme cuenta que realmente no lo era porque, tal vez, en el ámbito más importante no era capaz de liderarme. Eso pasa a muchas personas, líderes o no.

A veces uno hace de lo fácil lo difícil y le tienen que aconsejar sobre los procesos en los que, para escribir desde una reflexión y opinión propia, debe recordar lo que lee y dónde lo lee, para luego no olvidar lo que pensó en el momento de la lectura de uno u otro texto o autor. Es lo que me está ocurriendo a mi para escribir este capítulo. Pensaba sería fácil, pero me está costando sintetizar todos y cada uno de mis pensamientos en un texto y en el contexto.

¿Líderes somos todos?

Líderes auténticos fueron nuestros abuelos y abuelas, que sacaron adelante a familias a duras penas en épocas verdaderamente adversas; nuestros padres, cualquier madre o padre que lo sea de hecho y derecho. Líderes somos todos, aunque líderes de uno mismo no lo seamos del todo.

Hay una cantidad extraordinaria de líderes anónimos. Personas con unos valores y virtudes que engrandecerían la educación de cualquiera de nuestros hijos. Pero son menos visibles.

Es verdad que cuando se habla de liderazgo rápidamente nos viene a la cabeza esa persona poderosa, sea político o empresario; no nos viene, por ejemplo, ese cooperante que da su vida, en la india o en África por ejemplo,  intentando que otros seres vivan mejor. 

¿Se es líder porque te admiran o siguen miles de personas o, por el contrario, se es líder porque aportas tu valor a la sociedad aunque nadie te conozca o reconozca?

En las instituciones públicas, en la empresa y, por supuesto, en la política, te encuentras también muchas personas que aportan mucho más de lo que reciben porque el concepto de servicio a los demás, de compromiso, lo tienen totalmente arraigado.

Muchas veces estas personas se desechan, se las aparta o se las critica. Tal vez no interese el compromiso altruista, el servicio vocacional. 

Liderarte es saber dónde estás y a dónde quieres ir. Liderazgo es compromiso, trabajo, convicción, pasión, integridad, carácter, disciplina, coherencia, persistencia, disciplina, fe y relaciones.
Liderazgo es tener un propósito en la vida. Es mejorar, cambiar, progresar.
Y el liderazgo comienza en uno mismo, por uno mismo.

En estos tiempos que corren, me viene la siguiente reflexión: ¿qué queremos en un líder? ¿una acumulación de títulos, máster o doctorados? ¿O queremos personas que realmente lo sean desde dentro? Íntegras, ejemplares, conciliadoras, pacientes, sensatas, sencillas... Personas en mayúsculas. Personas en las instituciones, en la empresa, en la política, en la vida. Eso es ser líder de verdad. 

Un título, el dinero, no hace a un líder. Un título o el dinero no es calidad de persona. Los títulos o el dinero pueden ayudar, no hacer líderes.

Y en este domingo termino con este vídeo que me han hecho llegar,  realizado por auténticos líderes... Grabado en el Hospital de Cruces por Fito y Fitipaldis con enfermeras del centro y niños con cáncer... verdaderos líderes de la Vida:


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