Nace un poema...


Nace un poema de la sed de palabras.
Cuando lloras sin ganas
porque un vacío inunda tu espacio.
Al dormir en silencio
dejando que la luz del día abrigue tu alma.

Nace un poema cuando has desechado
mirarte al espejo.
Cuando camuflas tus pasos
en unos cuantos recuerdos.
Vomitando adjetivos 
que no distraigan cada pensamiento.

Nace un poema de esos versos
que se agarran al infinito de tu sombra.
Cuando aprendes que sólo se rompe
lo que sobra, y una y otra vez
pegas y pegas sin memoria.

Nace un poema del olor a sangre
que dilata tus venas sin misericordia.
De haber roto las zapatillas
siempre huyendo de tantos dilemas.

Nace, cuando has escupido al viento
y recibes el problema
en forma de bomba.
Así nace un poema
de manchar estas páginas
mientras esa mirada
de un sin fin de golondrinas
me acaricia a la vez
que el cielo nublado me levanta.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30