06.05.2018... Reflexiones del Camino IV.

Este es el primer domingo de un mayo algo más que especial, por lo que tiene de historia, esa que en días como el de hoy inundan los periódicos, aquél mayo del ’68, y por lo que tiene de vida.

Casi despertando a ese sol naciente, leía la columna de mi admirado Manuel Vicent dónde comienza diciendo que “El sol es el verdadero Padre Celestial, una inmensa bomba de hidrógeno, que cada mañana se asoma a la ventana.”

Este sol de mayo nos da la vida, esa vida que tal vez el tiempo, las tormentas y borrascas, va intentando apagar, pero que enciende y alimenta la emoción de buscar más allá de lo que hacemos accesorio.




A este mes, en el que se cumplen 50 años de lo que fue aquella revolución de Mayo del 68, convertida en patrimonio de la cultura francesa, se unía en este país nuestro otra historia, la historia de alguien que llega a los 50 gruñón y cansino, entrado en canas y tal vez algo desordenado por dentro.

Es por eso que, en estos días que restan hasta la fecha, recurra con demasiada frecuencia al análisis interno para así poder estrujar las entrañas de quién escribe, hasta sacar la substancia esencial que integre la continuación del camino.

Sé que no puedo escribir todo lo que pienso como tampoco todo lo que siento. Tal vez si así lo hiciera al menos podría ordenar, al igual que esos libros míos, cada pensamiento y sentimiento en su estante. Pero no siempre se puede.

Cada pensamiento que pensamos sobre la verdad de lo que somos, nos hace conscientes de su energía y por tanto va y viene en nosotros hasta que consigue quedarse. 
Sólo regresamos cuando realmente somos conscientes de nuestra verdad, no de la ilusión, de la verdad de nuestro Ser.
La libertad únicamente se consigue sabiendo quienes somos. Es un camino lento, pero el mero hecho de comenzarlo ya es importante porque siempre será el primer paso de la reconciliación contigo mismo, primero, y volver a estar en la dirección adecuada.

Observar nuestra mente y ser capaces de desechar todos esos pensamientos que sobran y se apoderan de nosotros.

Dejarnos enseñar y aprender. Reaprender. Echar marcha atrás, desaprender y volver a aprender.

Últimamente me dejo enseñar por mi hijo. 

Mi hijo es un ser fabuloso del que me he perdido muchísimos momentos, fundamentalmente por esa mierda de tiempo dedicado a los trabajos varios. Pero eso es pasado y el pasado es pasado. Estamos aquí y ahora y por ello trato de vivir, el máximo que puedo permitirme, su aquí y su ahora. 

Creemos que somos nosotros los que sabemos de todo, pero simplemente es porque nos cerramos y nos aferramos a nuestras propias realidades que la mayoría de las veces son ilusorias. Tal vez ellos, esos chavales que se terminan de hacer como hombres a pasos agigantados, te pueden dar clases de lo esencial en la vida. De mi hijo estoy aprendiendo el renacer de los valores, de su sensibilidad por lo esencial de la vida, y del sentido que da a lo verdaderamente importante por encima de las adversidades.
"La capacidad para aprender carece de valor cuando ya no hay necesidad de cambiar." Un Curso de Milagros
Cómo me gustaría que nunca cambiara o le cambiara la dirección; que fuera corrigiendo sus desatinos, en caso de tenerlos, sus errores e incluso sus fracasos, sobre la base de esos pensamientos que sin duda le llevarán a superar los obstáculos que se le pongan delante del del destino, de la manera más adecuada.
“Corriges tus previos tropiezos yendo hacia delante. (...) La Expiación es el medio a través del cual puedes liberarte del pasado a medida que avanzas. La Expiación desvanece los errores que cometiste en el pasado, haciendo de este modo innecesario el que sigas volviendo sobre tus pasos sin avanzar hacia tu retorno." Un Curso de Milagros.

Se aprende caminando y uno de los aprendizajes más difíciles es el de cambiar nuestras percepciones. Pero se puede. Solo cambiando las percepciones podemos corregir y volver sobre nuestros pasos. La Expiación es un compromiso total contigo mismo y el mejor camino de retorno en el Ahora.

Y dicho esto creo que hoy sí voy a dejar algo de música por aquí...


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