11.02.2018... Colors!

Es domingo, atrás una semana que entre viajes, reuniones y circunstancias varias y variadas, todavía no podemos asumir como de las mejores.

¿De qué escribe uno cuando no le apetece o no le sale? ¿De qué escribe uno cuando sabe que es leído por algunos ojos que buscan sentidos o interpretaciones que no son? ¿Te supedita? Pensaba que no, pero sí, claro que sí.


Cuando alguien busca en esas palabras, escritas en tiempo, pensamientos o ideas que no son, te das cuenta que dejas de hacerlo con libertad. He sabido siempre que escribir te compromete, te sincera y te condena. Antiguamente muchos eran perseguidos por sus ideas, difundidas de palabra o en escritos. No es el caso, espero. 
Ahora nos dedicamos a interpretar lo que otros dicen, buscar escamas de incorrecciones en sus ideales, moralidad,  personalidad o vida para así evitar mirarnos a nosotros mismos y escudriñar entre nuestras inperfecciones.
Y aunque haga de la escritura mi necesidad, tampoco pienso corresponder con el morbo de esa sinceridad con la que me dejo llevar.

Curiosamente todo lo escrito por aquí está publicado en esos libros, prototipo y sustituto de esas pastillas para el sueño. Jamas mis palabras pretenden faltar el respeto ni hacer daño a nadie, jamás lo he entendido así. Sé que casi todo lo que escrito son tonterías, a veces llevado por las emociones, unos días mejor, otros peor, como cada uno. Nunca dañar. ¿Para qué?

Uno es lo que es y no lo esconde. Tal vez un imbécil, seguro.

Es curioso que jamás he deseado mal a nadie. Hace un rato lo pensaba. Siempre deseo y desearé a todos los que me rodean, los que quiero, que vivan cada día como si fuera el último, de la manera más feliz que puedan. Vivir la vida a medias siempre es una desgracia. Creo que la mejor forma de hacerlo es tratando de no enjuiciar a los demás, de no leer la vida de los demás según más nos interese en cada momento. No conozco a nadie que un día sea un miserable y otro día no lo sea; no conozco a nadie que sea un día una buena persona y al siguiente no lo sea por el hecho de que a nosotros ya no nos convenga o porque, en alguno de los casos, pudiera haber hecho mal las cosas depende del por qué o para quién.

No sé, tal vez yo mismo he creído vivir pensando de una manera que no era. No lo sé. O tal vez no.

Somos libres y por ello escogemos nuestros pensamientos, nuestra mente: una mentalidad errada o recta.

Interpretamos constantemente el mundo que nos rodea, lo que vemos y oímos. De esas interpretaciones nos generamos nuestras propias ideas, nuestro propio mundo. Vemos lo que queremos ver pero no quiere decir que lo que vemos sea lo real.

Todo en la vida es un reto y lo mejor es aceptarlo como tal.

Creo que voy a dejar por aquí esta canción que me gusta y que lleva por título Colors, como los colores inmensos del dragoncito/velociraptor de la foto... démonos más color...


Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Diario de un Estoico III. El presente que me vive. Semana 12

Diario de un Estoico III. El presente que me vive. Semana 15