26.01.2018 Reflexiones del Invierno IV.
Esta semana ha fallecido el gran poeta Nicanor Parra. Aunque no es uno de esos momentos en los que leo lo que me gustaría leer, sí que busqué algunos poemas suyos para recordar su esencia e impostura poética. Encontré uno de esos que nos pellizca el alma, al menos a mí. Dice:
“PocoapocomefuiquedandosoloImperceptiblemente:PocoapocoTriste es la situaciónDel que gozó de buena compañíaY la perdió por un motivo u otro.No me quejo de nada: tuve todoPerosindarmecuentaComo un árbol que pierde una a una sus hojasFuimequedandosolopocoapoco.”“Solo”Nicanor Parra.
Realmente extraordinario, realmente emocionante. ¿Es este el verdadero caminar en la vida?
Cuando camino estos días, en el amanecer, hacia la oficina, me doy cuenta que busco en ese frío que nos viene acompañando, la limpieza de todos esos pensamientos tóxicos que me acompañan en estas agrias jornadas.
Me gustaría hacer una mejor versión de mi, de lo que fui el día anterior, en cada despertar.
Hay días que camino y me molesta el ruido, el tráfico, el sonido de esa vida que despierta. Son días en los que me gustaría perderme en el sueño porque la realidad, o lo que creo realidad, no me gusta. Y tal vez, cuando no nos gusta la realidad es porque esa que hemos hecho para nosotros no nos gusta. Normalmente pensamos esto después, a toro pasado.
¿Por qué pasan las cosas? Nos preguntamos. ¿Por qué las dejamos pasar? Nos decimos.
Pienso que el miedo no es real. Pienso que el miedo solo es algo que existe en nuestros pensamientos y nos confunde. El miedo siempre es el futuro. Tenemos un constante miedo al futuro y eso nos hace montarnos un montón de historias mentales sobre hechos que no sabemos si ocurrirán.
Lo importante es no tener miedo. Si tenemos miedo creamos una realidad de algo inexistente.
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