26.10.2017... Constancia: Liderarte.

Estaba pensando justo ahora, mientras me quedaba embobado en la pantalla del ordenador, en lo difícil que es ser constante en algo. Por eso tantas y tantas veces todos hemos comenzado algo y, cuando no ha pasado mucho tiempo, hemos abandonado; por pereza, por desidia o, simplemente, por no ser constantes.

Termino el día con las horas ocupadas en reuniones. De un proyecto a otro, de una actividad a otra, sin tiempo prácticamente para detenerme a pensar, más que en momentos como este. Y la semana parece comenzó y terminará así.



Cuando nos subimos a una bicicleta y nos ponemos a pedalear, sabemos que en el camino tendremos que atravesar colinas, terrenos pedregosos, suaves llanuras, cómodas bajadas o desniveles que nos obliguen a caminar lento con un esfuerzo extraordinario. Lo mismo si salimos a correr o comenzamos a subir escaleras. La meta está al final y no todos terminan la carrera.

La constancia es voluntad, es esa capacidad de que pase lo que pase, sea lo que sea, no romperemos nuestra determinación en llegar o hacer lo que sea.

Es una característica fundamental del líder y del liderazgo: ser constante.

Nadie dijo que el camino para llegar fuera fácil. Lo fácil siempre es abandonar cuando algo se complica.

La clave está en creer en lo que hacemos y no dejar de pedalear, de caminar, aunque nuestro trayecto sea complicado.

No todos llegan a la cima; no todos arriesgan, sufren, son constantes, disciplinados y pacientes.

Cada pedalada, cada escalón, cada paso... marca tu destino. No abandonar nunca.

Y ahí aparece esa esencia del liderazgo que es la de liderarte a ti mismo. La constancia solo se hace a base de constancia.

Ser un líder es una opción personal que cualquiera puede elegir. Puedes serlo o no serlo, pero lo cierto es que el liderazgo comienza por uno mismo.

Ser un líder es más importante de lo que pudiera parecer. Ser un líder no es tener un cargo bueno en una empresa, un partido político o en cualquier otra organización. Ser un líder no es ser más o menos rico o llevar en el bolsillo una de esas tarjetas de visita de diseño con nombres rimbombantes.

Ser un líder es vivir de una determinada manera, comprometerse con la responsabilidad de tu propia vida y de todo lo que le rodea.

Ser un líder está en tu mano porque todos, si lo deseamos, lo somos.

Liderarte a ti mismo comienza dando un paso y no dejando de hacerlo hasta el final de tus días.

Convertirse un líder del día a día, desde que te levantas hasta que te acuestas.

De tu transformación depende sin lugar a dudas la transformación y el progreso de la sociedad, del mundo.

Buscar la excelencia en todo lo que hagas: tu trabajo y tu comportamiento. Ser tú mejor yo, tu mismo. 

Decía Oscar Wilde:
“Sé tú mismo todos los demás ya están ocupados"
Levantarte cada día con el propósito de dejar todo lo que tocamos un poquito mejor de cómo lo encontramos. De hacernos camino, de no cejar en nuestro empeño de llegar a la meta, esa meta que no es otra que ser lo mejor que puedes ser.

Ser un líder es una manera de vivir. No es un cargo, un buen puesto o una opulenta cuenta en el banco.

Seamos líderes cotidianos, líderes de nuestra vida. Con eso es suficiente.

Busca tu propósito y ve a por él con constancia

El primer paso para liderar a los demás consiste en liderarte a ti mismo. Para ser un gran líder primero hay que ser una gran persona y ésta, sin duda, no es una tarea fácil. Liderar es, una manera de pensar de vivir.

Liderar es fijarnos objetivos y metas aprender lo necesario para conseguirlos, cueste lo que cueste, tengamos delante los obstáculos que tengamos delante. Decía mi gran amigo Montaigne:
“El glorioso legado de un ser humano es un vivir con propósito”.
Constancia y no dejar de aprender cada día a ser mejores líderes de nuestra vida.

Entre hoy y ayer he tenido alguno de esos momentos de 'pájara', de bajón. Se me ha pegado al oído uno de esos vampirillos que te susurran "abandona", "si no vas a llegar a la meta", "¿para qué seguir gastando energías?".

He tenido que bajar la marcha, lo reconozco. He respirado. Estoy respirando. He cogido fuerzas y vuelvo a pedalear a buen ritmo.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 33