08.10.2017... España dice NO a los golpistas.


Lo prometo, no iba a escribir hoy de lo que voy a escribir. No me apetece opinar, aunque esté en mi derecho, sobre cuestiones políticas porque bastante lo he hecho en gran parte de mi vida. La política va unida a mi desde siempre, soy de los que piensan que forma parte de todos y cada uno de nosotros, aunque pretendamos ser ajenos a ella. De las decisiones políticas depende el futuro de las sociedades y las decisiones políticas, he ahí la cuestión, las toman hombres (neutro), personas.

Sería deshonesto conmigo, en este día de hoy, si no me mostrara orgulloso y emocionado de lo que ayer y hoy ha ocurrido en nuestro país, en este caso, como respuesta (por fin) a decisiones tomadas de modo incongruente y, diría, personalista.

Nunca es tarde si la dicha es buena.

Aquellos que saben y conocen lo cómodos que somos en nuestra mayoría, a la hora de responder, aprovechan para ventilar sus opiniones como si fueran únicas convirtiendo mentiras en verdades.

No sé si vivimos en un país de tontos o es uno de esos en los que habitan demasiados listos.

Esta semana que ha pasado, he estado trabajando en Segovia. En esta maravillosa ciudad castellano leonesa, he degustado España y su historia, la poesía y la memoria.

Entre el Alcázar y la Diputación, su Catedral y el Acueducto; sus templos gastronómicos como José María, el Duque y Cándido; esas calles empedradas repletas de rincones sombríos, un sol de justicia poco visto en el mes de octubre y la poesía de los momentos.

Un magnífico anfitrión, Francisco Vázquez, Presidente de la Diputación de Segovia, junto a otros presidentes y diputados provinciales de toda la geografía española y de todos los colores políticos. España sin fisuras.

Hemos sentido los miedos, las incertidumbres y la zozobra de los paisanos catalanes que nos acompañaban en las jornadas. Ahí estaba Manuel Baltar de Ourense, Paco Reyes de Jaén, Miguel Ángel de Badajoz, Benjamín de Cuenca, Rosario de Cáceres, Miguel de Huesca, Marái Teresa de Zamora, Luis de Soria y un largo etcétera de presidentes de otras diputaciones que se me van ahora mismo...

En todos ellos una preocupación, además de las habituales de sus provincias y municipios: la situación de España y la deriva a la que nos han llevado aquellos que, desde un personalismo absurdo, han decidido romper la convivencia de un Estado hasta ahora fuerte, entre otras cosas, por su unidad.

Al más puro estilo golpista y populachero, unos personajes políticos, de la sociedad catalana, han querido enfrentar a una sociedad que, más allá de sus diferencias culturales e ideas, jamás ha pretendido ni pretende romper con el resto.



Pero por fin, por primera vez diría yo, los silenciosos, los cómodos, esos que nos cuesta movernos del sillón para expresar nuestras opiniones, hemos salido a la calle. 

España ha respondido a los golpistas con un NO a la ruptura de este país.

España se ha hecho más español en estas últimas semanas. Las banderas han inundado las calles de todos los puntos y rincones de nuestro país pero, con más fervor y con mayor importancia, diría yo, las calles de Barcelona hoy.

Las banderas de España han llenado de color, junto con las banderas de Cataluña, las calles de esa hermosa y bella ciudad (que me fascina) que quiere seguir formando parte de este inmenso país.

Qué necesidad tenemos para esto. Qué necesidad de separarnos cuando lo que prima en este siglo es la unión para así generar progreso juntos. Qué ignorantes somos.

Creo que, más allá de otras consideraciones, quién rompe la unidad, quién no respeta e incumple las normas y la ley, debe ser castigado por medio de la justicia como lo sería cualquier ciudadano por cualquier otra infracción.

Creo que lo único que han conseguido los separatistas es unir más a los españoles, que somos más, muchos más, y nos han sacado, por fin, de nuestro letargo para defender y vestir, con orgullo, la unidad de nuestro país, nuestra bandera y nuestro himno.

Hoy escribía mi admirada JS, en su perfil de instagram, algo que solo puede escribir alguien que ha vivido y vive,  desde la experiencia, lo que supone, o es, una ruptura en tu país: "Para aquellos que desean que su propia experiencia les enseñe que una verdadera fuerza no está en la separación, sino en la unidad, antes de que sea tarde, sería útil organizar un vuelo directo Barcelona - Donetsk. Una lección educativa de tal actividad consistiría en que, a la hora de aterrizar, anuncien  la cancelación del aterrizaje y el regreso al aeropuerto de partida, por motivo de la ausencia del... aeropuerto. A la pregunta: ¿Cómo es que no hay aeropuerto?! se contestaría: "Es que YA NO lo hay..."


¿Queremos separarnos? Yo diría que, aquél que no desee formar parte de España que se vaya a cualquier otro punto del mundo. No nos hace falta que siga por aquí, enredando entre nosotros. Aquí se está para sumar, no para restar.



Orgulloso de España, orgulloso de Cataluña y orgulloso de ser español.

Y cómo no, orgulloso y agradecido, también, de todos aquellos que trabajan día a día por mantener el orden y la seguridad: los Cuerpos y  Fuerzas de Seguridad del Estado, y en especial a la Guardia Civil y el Cuerpo de Policía Nacional.



Y sí, hoy termino con nuestro himno, pero en lugares en los que nunca sería inimaginable que sonara. 

Estas noches nuestro himno ha sonado, yo creo que por primera vez, en las discotecas españolas. Y por cierto, a nadie le ha entrado ningún tipo de alergia. Con orgullo...


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