Cada uno de nosotros tenemos nuestro lugar en el mundo, como ese verso que se coloca en el poema buscando el ritmo. Debemos encontrarlo, nadie ni nada sobra.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30