26.03.2017... Entre sueños y Los Planetas!
No sé si los cambios horarios, no sé si el azar de los biorritmos alterados, la edad o este clima tonto que tan pronto nos trae calor como este frío que apelmaza.
Ando más cansado de lo normal, aunque también ando en más líos o charcos de los habituales.
El caso es que el michelín que abaraza la cintura aumenta, la cabeza anda alborotada y el cuerpo cansino. Todo tiene su porqué y todo tiene su remedio, tan solo es querer y ese querer se convierte en poder si lo invertimos bien.
Amanecemos nublados, como el cielo, tras una noche envuelta en tres sueños laborales, cada uno con su esencia y significado. Los sueños, cada vez estoy más seguro de ello, siempre los recordamos cuando nuestro dormir no es profundo, es contemplativo. Aparecen como un ficción, como una de esas películas que nos entretienen en fin de semana, pero con unos protagonistas que nos son cercanos.
Cada despertar, como hoy, entre sueño y sueño, me hace pensar en dos cosas: primero en lo que queda para el amanecer y segundo en la frecuencia cardiaca que me daría el pulsómetro si lo llevara puesto.
El único significado que siempre extraigo de sueños así, es que mi mente está en activo, que rebusca en los rincones tanto laborales como personales; cuando se esconden en lo laboral, me los pierdo. Los sueños poéticos, personales, me cuesta recordar.
Cuando despierto, la mayoría de los días, incapaz de recordar lo que he soñado, me siento en paz.
Estuve dudando, perezoso. Salí a correr unos kilómetros antes de la comida. Sentí lo esencial, sentí el momento, sentí la necesidad. Olvidé lo negativo.
He estado todo el fin de semana escuchando a Los Planetas. Y sí, he vuelto a ellos tal vez por una de esas interesantes discusiones, en este caso musicales, que mantuve el otro día, en Cáceres, con uno de los ponentes de las jornadas que celebramos en la belleza de esta ciudad.
Y qué hacía yo, discutiendo sobre tendencias musicales, entre conversaciones que más tenían que ver con el derecho administrativo y la transparencia. Pues eso, que todos los lugares son buenos para corregir errores que uno se crea, o cree, fudamentalmente por dárselas, de vez en cuando, de ese listillo que no es o, simplemente, por disfrutar de lo mundano o momentáneo.
Ivan Ferreiro, mi Iván Ferreiro, nunca fue vocalista de Los Planetas, sí de Los Piratas. Yo me empeñé en lo contrario.
A veces uno se empeña, a conciencia, de algo que no es. Lo rebusca en su mente, le da vueltas, sin ser capaz de ver, ni ser consciente, de su equivocación.
Pero hay ciertas personas, yo una de ellas, que saben reconocer las equivocaciones.
Así que yo lo reconocí, frente a esos eminentes doctorados en el derecho que, casualmente, sabían más o, cómo mínimo, como yo, de movimientos musicales.
Y qué mejor, en estos días, en este fin de semana, no sólo de reconocer equivocaciones sino, en pos de no volver a equivocar, de castigarme en un placer sublime, de deleitar con los últimos discos de este magnífico grupo, pionero de esa música indie, tan de moda ahora para algunos, tan existente antes para otros que rozamos los cincuenta.
El último disco de Los Planetas es, simplemente, fabuloso. Lleva por título 'Zona Temporalmente Autónoma', rompen siete años de espera desde su álbum anterior, solo rota por el EP Dobles fatigas.
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