09.03.2017 Sobre el Creer.
No soy futbolero, es más, si algo soy en la vida es todo menos futbolero. No me gusta el fútbol más que como excusa, a veces, para coincidir con algunos amigos y tomar unos botellines, en ese momento de encuentro fraternal, de los que sí disfrutan contemplando a esos veintidós hombres, medio desnudos, corriendo de un lado a otro de un campo cerrado tras una pelota. Respeto muchísimo a esos que pasan horas o incluso generan como esencia vital, el fútbol.
Pero que no me guste, no quiere decir que no reconozca el trasfondo de una gesta de equipo, de grupo, luchando hasta el final por un objetivo en el que creen.
El fútbol es como la vida: todo puede ser, nada se pierde o se gana hasta que todo ha terminado.
Quiero decir con esto que en la vida nada está perdido ni nada ganado, simplemente hay que creer.
Creer.
La palabra Creer, con toda su esencia, siempre ha significado mucho para mi. Uno de los lemas que abrazan y envuelven mis proyectos es: Creer, Caminar, Ser.
Cuántas veces he reflexionado y escrito sobre el 'creer'.
Lo que uno cree es lo que le mueve para vivir, para caminar, para hacer, para buscar, para sentir... incluso, también, para morir.
La creencia es la máxima motivación para accionarnos, la palanca que nos mueve en la vida. Si no creemos, nos paralizamos y podemos incluso dejar de latir.
O se Cree o no se Cree y esto es imprescindible en cualquier ámbito de la vida y, sobre todo, antes de echar a andar. Creer en alguien, en algo, en ti. Fundamental.
Anoche, ese equipo que es el Barcelona FC, tenía que hacer lo que era imposible para muchos, no para ellos, para clasificarse en ese campeonato que jugaban. Debían meter, en inicio, cuatro goles a cero al contrario y, al recibir uno -como ocurrió-, seis. Imposible, pensaban hasta los más optimistas. Ellos no. Ellos no dieron la clasificación por perdida hasta el final. Y por eso ocurrió. Ocurrió que en el último minuto se metió el sexto gol. ¿Milagro? No existen los milagros. Esfuerzo, pasión, fe, creencia hasta el final.
Estamos acostumbrados, en este país de envidias, a no valorar el esfuerzo, a que cuando alguien consigue algo se le menosprecie diciendo que ha sido cuestión de suerte, milagros u otras cuestiones más despectivas.
Creer es tan difícil como no creer; pero es tan fácil como no hacerlo. Creemos en mil estupideces y nos cuesta creer en nosotros, que somos la esencia de nuestra vida.
A veces pensamos que hemos perdido el tiempo, que los años han pasado y no hemos sido capaces de conseguir aquello que creemos nos merecemos. Es absurdo. No hemos perdido el tiempo.
Sin todo lo vivido no seríamos lo que somos. Hemos superado adversidades, hemos conocido a gentes, hemos llegado hasta aquí por nosotros. Nuestro valor es estar aquí, saber que mañana es otro día que seguiremos adelante e incluso podremos cambiar aquello que creamos no nos convence. Es nuestro gran valor: Ser y Estar.
Es esencial creer en nosotros, comenzar a amarnos a nosotros mismos. Tú eres la única persona que puede darte aquello que crees te falta.
Comparte con los demás y no desees recibir. La vida va fluyendo y te va aportando lo que necesitas si crees en ti.
Esfuerzo, Pasión y no perder jamás la esperanza en aquello que crees.
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