Normalmente nos enfadamos cuando algo nos sale mal o no conseguimos lo que queremos. Eso provoca una reacción de contrariedad que nos genera malestar. Aquello que no podemos evitar es difícil de evitarlo por lo que si controlamos nuestros pensamientos nos ahorraremos un enfado.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Diario de un Estoico III. El presente que me vive. Semana 15

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

SIMBOLOGÍA: 'EL OJO QUE TODO LO VE'