11.02.2017... reflexionando en sábado.

Llegar al sábado parece que no ha sido fácil. 

Llegar a sentarte en el silencio, desconectado de ese mundo que te rodea y acompaña, consciente del momento y buscando en la conciencia todos los pensamientos que van quedando, revueltos o alborotados, en la semana, es algo que podía más en el deseo que en el tiempo para hacerse.

Uno terminó de madrugada la semana y parece que al despertar, esta mañana, desconocía el día en el que vivía. Mi cabeza me obligaba a ponerme nuevamente la camisa y la chaqueta para comenzar otra de esas jornadas intensivas a las que me someto en los últimos tiempos, pero mi cuerpo, algo cansado, ha sido el que con inteligencia me ha avisado que podía disponer de las deportivas,  ir a tranquilamente a comprar la prensa y tomar un café  en el bar del barrio.

Los despertares sirven para hacernos recuperar lo bueno de nuestra conciencia.



No ha dejado de llover y no recuerdo un invierno tan lluvioso en Madrid como este. De seguro otros lo habrán sido, nunca recordamos lo pasado. Lo pasado pasado queda.

No podemos estar continuamente explicando la vida, la vida no puede explicarse, simplemente debemos ser testigos de ella.

Cuando una gran mayoría no piensa como tú o como aquellos que dependen de ti, quiere decir que en algo, en parte o en todo, no llevas razón. Por eso, utilizar el poder para imponer una razón, más pronto que tarde, termina por provocar una revolución.

Me gustó ayer comprobar cómo muchos comienzan a perder los miedos para dar opiniones. No me gustó comprobar cómo todavía, a estas alturas, se utiliza el poder para imponer postulados.

Seguimos con varas de medir diferentes dependiendo para unos u otros. Para unos la vara con la que se mide es la suave, la algodonada; para otros se mide con una vara llena de clavos.

Piensa por ti, piensa para ti y casi siempre acertarás. Si no aciertas, habrás sido tú el dueño de tu pensamiento.

En el momento que piensas por ti habrás perdido tu virginidad. Es el momento en el que comenzarás a llevar tus propias riendas. Dejarás atrás el control de esos que te llevan o han llevado por un camino, el suyo. Ahora eliges el tuyo, tú camino.

Cada uno debe ir construyendo su propio yo.

Cada uno debe saber cuándo seguir o cuando parar.

Comentarios

  1. El ser humano se distingue de sus iguales, el resto de los animales, por no tener conciencia clara sobre su condición animal. Nuestra inteligencia colectiva nos obliga a pensar en red y a delegar nuestro ser para conseguir el favor de aquellos "llamados" a liderarNOs. Animo a todos a volver a la naturaleza, a ejercer la libertad de contemplar a los árboles de tú a tú, pero por favor no organicen un congreso para legitimar su decisión sino que basta con que suban a la sierra o bajen a la costa.
    Sigue corriendo Forrest, sigue cuidando tu barba, que cuanto más escribes más kilómetros de distancia pones de por medio respecto de los congresistas aspirantes a indultados y paga-cafés. Un amigo de viajes adelante y de vacaciones fuera de la ciudad.

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