13.11.2015... En movimiento.

Hemos asistido esta semana a un concierto de sol, de luz y vida que el otoño nos ha regalado en Madrid. He podido despertar cada mañana olvidando las insensateces que nos guarda la jornada, sonriendo y agradeciendo ese baño de luz. 

He caminado cada día bebiendo de los versos que las calles me iban dejando a cada paso.

Llegar así, temprano,  al despacho provoca que cada nuevo proyecto o problema se focalice de una manera diferente.

Ver en color no es lo mismo que mirar en negro.

Y así llegamos al final del viernes. Uno que vuelve de  entre literaturas, celebrando el Día de las Librerías con alguna adquisición y, en los sueños cansados acompasados por el tren, olvida la literatura. Solo espero que el que haya encontrado la bolsa valore un buen libro: Oliver Sacks. Tendré que volverlo a comprar.



Con ganas de terminar esta semana laboral, con ganas de pensar y repensar, con ganas de estar off perdido en versos, con olor a campo y envuelto en buena literatura.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30