17.06.2015... De cambios en el PP.



Mi día ha comenzado así. 
Podía haber sido de cualquier otra manera pero ha sido así: con mi café, rodeado de prensa y con uno de los cuadernos en los que la tinta va escupiendo ideas, proyectos, versos, deberes y notas que muchas veces quedan en el olvido de estas páginas. 
Pero lo importante, normalmente, no es cómo se comienzan los días  sino cómo terminan. En mi caso espero que con los deberes hechos y los pasos dados adecuadamente.

Sinceramente que repasar los medios de comunicación a primera hora de la mañana supone una emoción desmedida.

Entre la imagen, los tuits o declaraciones de algunos de los nuevos cargos electos municipales, sobre todo los de la capital, y la incertidumbre de los 'cambios', tanto en el gobierno como en la estructura del Partido Popular, parece que las ciudades, y este país, quedan paralizadas como temporada preveraniega. 

Parece mentira que los ciudadanos no nos demos cuenta de lo importante que es elegir bien a nuestros representantes públicos. Gobernar un municipio, por pequeño que sea pero cuanto ni más si es grande,  si es la capital de España ya ni te digo, no es ninguna broma. Es importante, y mucho.

Pero ahora lo que toca estos días no es si el desempleo disminuye y el empleo crece, o si comienzan las bajadas de impuestos o si la economía crece a buen ritmo. No. Ahora lo más importante son los 'cambios en el PP'

Parece que si el Presidente del Gobierno y Presidente del Partido Popular no hace cambios estos días (mañana, tiene que ser mañana) de personas, o lo que es lo mismo, cambio de uno por otro, en un lado o en otro, de corbata o traje, de vestido o chaqueta, la debacle electoral está servida y la responsabilidad caerá sobre él. Y yo creo que no.

Es curioso pero, los que estamos fuera del ámbito de responsabilidad, normalmente exigimos todo lo que no nos gusta que nos exijan a nosotros cuando tenemos alguna responsabilidad ejecutiva. A más, hacemos lo contrario. Reconocer esto ya sería un signo de humildad para muchos.

El Presidente Rajoy va a hacer los cambios necesarios que cree debe hacer,  por responsabilidad y porque cree en convicción debe ser así; ni por presiones, ni por esta corriente interna y externa, desde mi punto de vista interesada, sino por cuestiones de pura organización estructural: unos se marchan a otros menesteres y hay que reorganizar equipo.

Porque seamos sensatos. ¿Que una cara u otra, que una imagen u otra, con una chaqueta o traje, con una corbata o camisa, con un tono u otro, ahora, va a cambiar en algo lo que ocurra en unos meses? Mi opinión es que no. 

De hecho, en breve comentaré por aquí pero hoy no toca, ¿por qué algún dirigente regional, de esos que ahora piden cambios, tomó las decisiones que tomó, caprichosas en algún caso, a sabiendas que iban a ser perjudiciales para la organización política que representamos? 

Creo que, de momento, ahora, es cierto que algunos deberían asumir esa responsabilidad de cambio dando un paso hacia fuera. No he visto a nadie que se marche, todos se quedan.

Si en esta España nuestra que tanto amamos, los ciudadanos, libremente, respetablemente faltaría más, han sido capaces de votar, como representantes y gestores de sus ciudades, a personajes como los que estamos conociendo en los últimos días, quiere decir que la imagen, sinceramente, les importa bien poco. Aunque en gustos, vuelvo a decir, no hay nada escrito. 

¿Y qué es lo que importa? El mensaje.

El verdadero cambio, desde mi punto de vista (humilde punto de vista), está en el mensaje. Lo verdaderamente importante es el mensaje. Luego, pero después, quién lo da y cómo lo da. En España, en estas últimas elecciones, se ha votado por mensaje, no por imagen. A la vista está.

No sirve de nada que las fichas se muevan entre sí de una casilla a otra. Siguen siendo las mismas en distintos lugares.

El verdadero cambio está en la sensibilidad, en la actitud y aptitud, en el realismo, en la humildad y humanidad con la que se explique el  mensaje. 

Hay que cambiar el lenguaje porque no somos capaces de conectar con el receptor. Hemos perdido la conexión. No es una cuestión de imagen, que también, sino de una emisión acorde con la realidad social que está escuchando. Y para eso hay que bajar, ya que no lo hemos hecho antes, del atril.

No conectamos. Debemos reconocerlo. Nos hemos alejado de la verdadera realidad en la que vive la gente,  las personas. Vivimos en una realidad que no es la de la mayoría. Creemos que nuestra realidad es la que vale y no. 

Debemos enterrar, aislar, las prepotencias de algunos, los personalismos. Debemos ser más los 'remangados' de la camisa de Springfield o Pull & Bear o Bershka -por ejemplo, y no es publicidad- que los 'señoritos' de la camisa y chaqueta entallada y a medida.

Hace falta un cambio en el lenguaje, hace falta menos tecnocracia y más política pegada a la arena por personas, que las hay en este partido nuestro, de la calle, de los barrios, de los pueblos. Más unión, más humanismo y más humildad.

De verdad que los que estamos en el Partido Popular desde hace tiempo, que hemos pisado barro y nos hemos inflado a pegar carteles de unos y otros (incluido el de uno mismo) en lugares en donde conseguir un voto se hacía en el cuerpo a cuerpo, en la calle, no necesitamos más.

Un mensaje distinto, explicando las cosas con un lenguaje claro y real, sin artificios ni vocabularios académicos; asumiendo errores pero poniendo en valor los grandes aciertos, que son muchos; desde la humildad, sin prepotencias, tocando a la gente, a las personas, con humanismo y algo de poesía. Nos faltan intelectuales políticos y nos sobran capitanes tecnócratas.

He estado leyendo la entrevista que la fantástica publicación Jot Down hace a Cayetana Álvarez de Toledo. Cayetana Álvarez de Toledo es diputada por el Partido Popular, una de esas personas de gran inteligencia que tenemos en nuestras filas.  Es periodista y entró en el partido de la mano de Ángel Acebes como Jefa de su Gabinete. Más tarde, en el 2008 fue candidata al Congreso de los Diputados por Madrid y, desde entonces, es Diputada Nacional y Directora del Área Internacional en FAES.

Cayetana, como he dicho, entró por la puerta grande del partido, como muchos otros en aquella época en la que entiendo debía de ser así. Es, según conocemos, miembro de la nobleza, ya que es marquesa de Casa Fuerte.

Pero lo más importante, al menos para mi, es que Cayetana es de esas voces libres.  Una voz libre es aquella que dice lo que piensa, independientemente de si su opinión es compartida o no, o de si su opinión, por expresarla, le puede traer consecuencias de una u otra manera. Suelo tener mucho respeto y admiración, a este tipo de voces aunque, en inumerables ocasiones, no voy a ejemplificar, sean éstas las que menos admiten las opiniones diferentes a la suya del resto. Espero que no sea el caso.

Esta entrevista es dura pero valiente. No comparto muchas de sus opiniones. Creo que hay debates que, en el momento que estamos, no vienen a cuento. No hay tiempo ni es el lugar. Pero la esencia de la entrevista es acertada.

Ahora mismo no creo que el problema sea de personas o de imágenes. El problema lo tenemos en un mensaje que ha sido rechazado por la inmensa mayoría y que, desde mi punto de vista, hay que reconducir para intentar que este país no vaya hacia dónde ya se están dirigiendo algunas ciudades.

Es una cuestión de proyecto, de tener claro hacia dónde vamos para marcar los cómo y luego los quienes.

En fin, nosotros a lo nuestro. Vaya desahogo.

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