Muchas veces parece que uno se levanta pensando que se comerá el mundo. Conforme van pasando las horas, te das cuenta que es el mundo el que termina por comerte a ti.

Comentarios

Publicar un comentario

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 29