Cinco verdades sobre los escritores y las redes sociales.
Tener presencia en las redes sociales es hoy imprescindible para un escritor.
1. Escribir es lo primero
Puede parecer evidente, pero con frecuencia lo olvidamos y nos volcamos tanto en actualizar nuestra cuenta de Twitter o publicar algo nuevo en Facebook que le robamos tiempo a la escritura para dedicárselo a las redes sociales. Con una buena organización, puede haber tiempo para todo; pero si empezamos a pasar más tiempo actualizando nuestros perfiles que escribiendo, debemos preocuparnos.
2. No hay que hacer de todo
En ocasiones nos estresa ver la intensísima actividad de otros escritores en las redes sociales: mantienen un blog, tienen miles de seguidores en Twitter y graban vídeos que suben a YouTube. Pues bien, no es necesario que hagamos todo eso. Solo tenemos que hacer aquello con lo que nos sintamos cómodos, hacer hasta allí donde nos lo permita una jornada en la que debe haber tiempo para escribir, tiempo para leer y, por supuesto, tiempo para estar con la familia y los amigos. Ahora bien, hay muchas cosas que podemos aprender de esos escritores ubicuos: podemos imitar de ellos aquellas cosas que nos parezcan interesantes, útiles o divertidas.
3. No siempre funciona
Podemos desarrollar diferentes estrategias para gestionar nuestra presencia en las redes, pero debemos tener claro que no siempre van a funcionar. Hay miles de cosas que podemos hacer y cada uno de nosotros las haremos de un modo distinto, pero a veces la que hemos elegido no da los resultados esperados. Eso no significa que debamos tirar la toalla, simplemente debemos diseñar una nueva estrategia y ponerla en funcionamiento.
4. El número de seguidores no es decisivo
El éxito de la presencia en redes sociales de un escritor no se mide por el número de sus seguidores, ni siquiera por las ventas de libros que consigamos a través de ellas. El éxito debe medirse en función de nuestra capacidad para lograr que las redes nos muestren como queremos que nuestros lectores nos conozcan: profesionales, cercanos, interesantes… Sin duda las redes sociales son un escaparate, pero deben ser además un espejo que refleje lo mejor de nosotros mismos. Ahí radica el verdadero éxito.
5. No sirven para vender
Esto es algo que repetimos a menudo, pero que parece que muchos escritores no acaban de comprender (como lo demuestra la insistencia en los mensajes del tipo “Compra ya mi libro”). Las redes sociales no son un canal de venta. Ni siquiera son un canal de promoción, o al menos no debemos usarlas como tales todo el tiempo. Las redes son una excelente herramienta para aumentar nuestra visibilidad. Es decir, que la gente sepa quiénes somos, cómo somos, cuáles son nuestros intereses y, como parte de todo ello, pero no únicamente, que hemos escrito un libro que merece ser leído.
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