22.11.2014... De Enric Marco a Francisco Nicolás.
Pasar más de una noche fuera de casa, embestido por lo laboral y aunque me apasione, es algo que desorienta.
Despertar en la soledad de una habitación impersonal, en una cama que no es la tuya y en la que sin duda habrán pernoctado quién sabe cuántos, quienes y de qué modo, me produce cierta incomodidad física y mental. A lo mejor es fruto de la edad, tal vez nos hagamos con el tiempo más cómodos, o simplemente es fruto de esa falta de costumbre que nos hace perder el rumbo cuando salimos de la normalidad.
El caso es que esta semana he estado entre Huesca y Zaragoza, participando en jornadas más que interesantes, sobre la Protección de Datos, aprendiendo y conociendo a personas también de interés, y visitando alguna de esas ciudades españolas que, de no ser así, posiblemente no lo hubiera hecho: Huesca.
Y ahora aquí, en mi Getafe, con los míos, entre mis libros y mi música, entre reflexiones y lecturas, en esos momentos en los que no sabe uno si ponerse a escribir mucho más o no volver a hacerlo jamás, te das cuenta que es dónde estás a gusto de verás.
Ya en la vida, como los momentos, nos van quedando los rincones. Cada uno tienes sus rincones para estar; esos en los que encuentra su felicidad, su comodidad. Los animales buscan sus lugares, sus espacios. Por mucho que corran por el campo, siempre vuelven esas guaridas dónde entienden su seguridad. A nosotros, que no dejamos de ser animales nunca, somos de costumbres y por muy en libertad que a veces queramos o creamos estar, finalmente buscamos el calor del cobijo, ese rincón nuestro que nos permite recostar la cabeza y los pensamientos tan a gusto que querríamos no movernos del sitio jamás.
Leo la novela de Javier Cercas que titula 'El Impostor' y que no deja de ser la historia real de un personaje que se inventó unos hechos durante años y todo el mundo le creyó hasta que se descubrió su mentira: Enric Marco. Y esta mañana, leyendo la primera entrevista (AQUÍ) que ha ofrecido Francisco Nicolás Gómez Iglesias, conocido en todo el mundo como el Pequeño Nicolás, desde su cautiverio voluntario.
Leyendo, me he preguntado lo siguiente: en este caso ponemos en duda todo lo que este chico cuenta, aunque lo cierto es que consiguió engañar a muchos de esos que asumen importancia pero ¿y si al revés de la historia de Enric Marco, en este caso lo que cuenta Francisco Nicolás si fuera verdad? Enric mintió y todo el mundo le creyó; a lo mejor Francisco Nicolás está diciendo la verdad y nadie le cree.
Lo que te ocurre es que tú sí ves en su relato algunos lugares comunes y sabes lo apreciado que puede ser un tipo que te llena una sala de conferencias con más de cincuenta chavales, y lo que gusta a algunos el tener a alguien dispuesto en todo momento, y lo fácil que puede llegar a ser el que te encarguen hacer algún trabajito, y ...
ResponderEliminar