16.11.2014 Examen de Candidatos a Alcalde...

Corrí temprano esta mañana. Como todos los domingos pero con más frío y en soledad. 15 kilómetros conmigo mismo, de pensamiento y reflexión, de cansancio y pasión, de meditación y equilibrio.

Cuando uno corre solo una distancia más larga de lo habitual, además de echar de menos la compañía, se pierde en mil pensamientos. Da tiempo a hacer un repaso general de la semana y a liarse en esas miles de ideas y proyectos de futuro.

Según comenzaban caer las primeras gotas de sudor volví a pensar, tras ver las portadas de los periódicos esta mañana, en cómo la política ha llegado a un desprestigio tal que ni siquiera las buenas noticias, los buenos hechos y prácticas, tienen la atención que merecen por parte de los ciudadanos. Veía las fotos de los líderes del populismo español, ya constituídos en verdadera organización política, de esas a los que ellos mismos han criticado y de la que, sin duda, más pronto que tarde, tendrán que dar buena cuenta.

Unos pocos han conseguido echar por tierra el buen hacer de muchos y una situación de crisis extrema ha conseguido auspiciar un populismo que, arropado por algunos medios de comunicación, ha encontrado en una población desesperada su bandera de enganche. No tengo ninguna duda:  todos terminaremos por pagarlo.

Por eso, es en estos momentos, en estos momentos en los que corre verdadero peligro lo que tantos años ha costado construir, en los que menos espacio hay para los oportunismos. El oportunismo ya está en manos de los populistas, no debería, también, verse acogido por los políticos serios y de prestigio.

Y es que no he entendido, ni entiendo, ni la pretensión, ni la ocurrencia, del denominado Examen a Candidatos a Alcalde, promovido por la presidenta de mi partido en Madrid, Esperanza Aguirre. No entiendo tal disparate y menos viniendo de alguien como Esperanza Aguirre, que no sólo merece todo mi respeto y admiración, sino que es, a más, defensora de propuestas liberales y participativas a la hora de elegir candidatos. ¿No?

Mientras corría, entre zancada y zancada,  pensaba en esto. Llevo toda la semana dando vueltas sobre si dejar mi opinión  por aquí. Nunca sabe uno, o sí, si eso del liberalismo obedece tan solo al dicho. 
El caso es que tras leer los periódicos, ya en casa, he comprobado, sin sorpresa, cómo las opiniones existentes sobre el tema, surgidas en estos días, no han sido del todo positivas. 
No podía ser de otra manera, he pensado. Parece que hasta el propio Presidente del Gobierno de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, se ha mostrado algo confundido con la ocurrencia.



Porque es una ocurrencia que, desde todo punto de vista, ahonda más en el desprestigio de la política y los que, honradamente en un 99,9%, se dedican a ello.

Resulta que se trata de hacer un examen público a las personas que van a tener la responsabilidad de ser alcaldes de sus municipios, pero que ya fueron elegidos en las listas por los ciudadanos como concejales.

¿Quiere esto decir que lo que valía para ser concejal, a lo mejor no vale para ser alcalde?
¿Quiere esto decir que se pone en duda las listas de candidatos hechas, propuestas y posteriormente aprobadas por el Comité Electoral Regional?
Creo que la imagen que se da es que nosotros mismos dudamos de nosotros mismos.

Un tanto por ciento minúsculo de personas, ínfimo, que ostentaban cargos de responsabilidad, están incursos en procesos por presuntos delitos. El resto no. El resto, que son la mayoría, desarrollan su trabajo prestando un servicio a los ciudadanos  de la forma más honrada, eficaz y sacrificada que pueden en los tiempos que corren. Y digo en los tiempos que corren porque hacer política municipal cuando a tus ciudadanos les comen los problemas, cuando además no tienes un duro en las arcas municipales para prestar más y mejores servicios, para invertir, es muy difícil. 

Los ciudadanos no entienden ni admiten ocurrencias. No están para ocurrencias, están para acciones, para que les solucionen cuanto antes sus problemas y no atender a retransmisiones preparadas, en directo, que llegan ha provocar más de una sonrisa entre los espectadores y, entendería, la humillación de alguno de los protagonistas.

Y es que en estas sesiones, exámenes públicos,  solo faltaba el tal Jorge Javier Vázquez y que hubiesen sido retransmitidos en Sálvame Deluxe.

Y yo, ya puestos, me pregunto: 

¿Quién debería, en todo caso, examinar o elegir a los candidatos? ¿Los afiliados del municipio? Según propuestas pasadas y cercanas de los mismos -y que yo defiendo-, críticos a los 'dedazos', debería de ser.

¿Deberían ser examinados por responsables y experimentados alcaldes de otros municipios? Parece que tampoco. 
Personas del comité que, en la mayoría de los casos, no han tenido  ninguna experiencia en política municipal de pueblo (por cierto que todos y cada uno merecen mi respeto, a casi todos conozco y tengo estima y cariño personal).  De los que he visto, tan solo uno sabe lo que es realmente hacer política en un municipio, pasar por las 'trincheras' de la oposición primero, trabajar cada día por ganar un difícil voto, llegar a gobernar y no siempre en condiciones fáciles. Por cierto, no le hizo falta pasar ningún examen para ser concejal y luego candidato a alcalde. 

Porque, a los examinadores ¿quién les examinó para ser lo que son: diputados, viceconsejeros, concejales? 

Y a partir de ahora, ¿se va  a examinar a los 178 candidatos  a las alcaldías madrileñas o sólo a algunos?  
¿Qué baremo se va a utilizar?  ¿Qué se va a exigir para presentarse a candidato de candidato? ¿Se puede presentar cualquier afiliado? 
Y para candidatos a concejales ¿se va a examinar también? ¿Y a diputados? Y, por qué no ¿a presidente del gobierno de la Comunidad o alcalde de Madrid? 
¿Se van a sentar los aspirantes o las aspirantes frente a examinadores y medios de comunicación, para que les hagan todo tipo de preguntas? 

Y ¿Quién examina al examinador? ¿El examinador que examine al examinador buen examinador será?

Yo creo y confío en la honestidad y honradez de todos los candidatos del Partido Popular. Y el que pierda esa confianza, pues se le retira por los mecanismos que existen y han existido siempre para hacerlo. Así se está haciendo.

Para ser concejal o alcalde de un municipio se necesitan pocas cosas, pero importantes:

Honestidad, honradez y humildad.
Ser ejemplar para los ciudadanos a los que representas.
Estar integrado socialmente en el municipio.
Ser 'vecino' y no dejar de 'serlo' aunque seas elegido.
Ser conocido por los afiliados y simpatizantes del municipio.
Defender siempre los intereses vecinos y, sobre todo, de los más débiles.
Sacrificio y dedicación personal.
Defender las ideas y el proyecto del partido por el que eres elegido.

Y trabajando, seguro se podrán cometer muchos errores, pero al final los ciudadanos valorarán los aciertos.

Confío en que los candidatos de mi partido lo cumplen. No hace falta exámenes ocurrentes y televisivos. Y si los hay, si los tiene que haber, que los haya para todos y para todo.

Y, dicho esto, para terminar este domingo y semana, me voy a enfrascar un rato en esos ensayos, llenos de sabiduría, de Montaigne.

Comentarios

  1. Bueno, los que quieran que lean al respecto a Sostres el 14 de noviembre y su "Vivimos muy bien" (no pongo el enlace por no abusar).
    Te entiendo a la perfección. Es un momento durísimo para el 99% de autoridades públicas. Todas ellas hacen dignamente su trabajo y hay que empezar a hablar claro. Entiendo la crítica global y sin paliativos a “los políticos” desde estos puntos de vista:

    .-Fascismo duro: la única política es la voluntad del “Jefe”.
    .-Autoritarismo discreto: el “no se meta usted en política” de Franco.
    .-Representantes de poderes con interés en influir en las decisiones públicas. Por ejemplo, alguna empresa multinacional interesada en trabajarse un monopolio de facto y protegido.

    Más allá de todas estas posiciones, no es comprensible la descalificación sistemática a “los políticos”. Ello no obsta a la necesidad de ciertas mejoras institucionales, por supuesto.

    Por otra parte, llegan momentos relevantes para “los políticos”: tendrán que decidir cómo enfocan lo del Estado islámico, cómo afrontan los problemas energéticos (no todo es tan sencillo como manifestarse contra una prospección, a lo cual yo me apunto), cómo se articulan los comedores escolares…(y alguien -ese tipo tan denostado- ha de poner la firma definitiva).

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    1. Efectivamente amigo. Lo que es cierto es que los políticos plantean soluciones, otra cosa es que nospuedan gustar más o menos, o pensemos que son las más acertadas. Somos muchos para opinar lo mismo. Pero lo cierto es que desde aquellos griegos, la política ha existido y existirá. Estará en manos de unos o de otros, pero habrá políticos. Algunos quieren romper ese sitema establecido, pero finalmente, como se está viendo, terminan por vivir de ese sistema que critican.
      Un saludo...

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